No es exagerado considerar los Jaquet Droz Lady 8 Flower como la máxima expresión en sofisticación y exquisitez mecánica en relojes femeninos. Esta cualidad les viene otorgada por aportar un mecanismo autómata, una especialidad mecánica de la máxima complejidad en la que Jaquet Droz es referente histórico y actual.
Los autómatas y los relojes con autómatas forman parte de la dilatada historia de Jaquet Droz y una prueba de ello es el impresionante Singing Bird Clock, un reloj de mesa restaurado recientemente y que cuenta con más de 250 años de historia. pero con buen criterio, Jaquet Droz no se duerme en sus laureles históricos y en los tiempos más recientes nos ha presentado alguno de los relojes más impresionantes que se han visto, evidentemente con mecanismos autómatas que complementan sus indicaciones del tiempo.
En el año 2012 dejó pasmados a todos los apasionados de la máxima complejidad relojera con el “The Bird Repeater”. tan solo una año más tarde, en el 2013, nos presentaba lo que se puede considerar una variante de estética contemporánea; el “The Charming Bird”.
Si alguien creía que después de estas dos maravillas mecánicas de Jaquet Droz ya no cabían sorpresas, estaba equivocado. En el 2014 presenta el “The Signing Machine”, que con formato miniaturizado y estética contemporánea sigue los pasos del «The Writer», uno de los tres legendarios autómatas construidos entre 1768 y 1774.
Hasta aquí, todos los relojes contemporáneos con autómatas de Jaquet Droz estaban destinados al cliente masculino, aunque a decir vedad, no me imagino a nadie atreviéndose a llevar estas maravillas en la muñeca, más bien los veo mejor ubicados en una vitrina en el domicilio de su afortunado propietario. Pero llegamos al 2015 y aparecen los Jaquet Droz Lady 8 Flower, los primeros relojes con autómatas de la firma suiza destinados exclusivamente al público femenino.
Ahora, Jaquet Droz añade dos nuevas variantes del Lady 8 Flower, algo muy necesario ya que como es costumbre en la firma, estas piezas excepcionales se emiten en formato de «Numerus Clausus» (edición limitada en idioma Jaquet Droz) a tan solo 8 unidades.
Los dos nuevos Jaquet Droz Lady 8 Flower se diferencian de sus predecesores por la exquisita decoración floral, realizada en esmalte Grand Feu, que decora su esfera. El modelo de tonalidad blanca recurre al oro rosa para su caja y a un grabado de lotos en bajorrelieve a los que se aplican distintas tonalidades de esmalte azul. El segundo modelo se decanta por el oro rosa en su caja y el grabado sobre nácar de un ramillete de flores blancas. Ambas variantes comparten un engastado de 249 diamantes en su bisel.
Otro elemento que diferencia estos dos nuevos Lady 8 Flower es precisamente la estética de su mecanismo autómata. Como en los anteriores relojes de esta selecta colección, encontramos el mecanismo autómata alojado en una cúpula acristalada ubicada en la parte superior del reloj. En ella se aloja una flor de loto cuyos pétalos se abren a petición, accionando un pulsador alojado en la carrura de la caja, a la altura de las 1 horas. Cuando lo hacen, se desvela una piedra preciosa que esconde su interior. Además, de forma autómata, la piedra gira sobre sí misma, en ambos sentidos y durante unos 8 segundos, para ofrecer todos los efectos de la reflexión de la luz sobre las facetas de su talla briolette. En la imagen superior podemos apreciar la flor autómata en sus dos fases, cerrada y abierta.
Siguiendo la tonalidad elegida para cada uno de los dos nuevos Jaquet Droz Lady 8 Flower, en la variante «blanca» cuando se abren los pétalos se desvela un diamante y en el caso del modelo «azul», la piedra preciosa que aparece es un zafiro.
El movimiento que equipan estas nuevas variantes del Jaquet Droz Lady 8 Flower no varían con respecto al de sus antecesores ya que las funciones mecánicas son idénticas. Se trata del calibre Jaquet Droz 615, un movimiento de carga automática que utiliza el silicio en su espiral y en el áncora. Para mayor eficacia de carga, su masa oscilante está realizada en platino.