Jaquet Droz nos presenta un nuevo reloj que aúna las complicaciones de indicación de las fases lunares y el calendario perpetuo. Puede que a muchos os parezca un hecho banal ya que ciertamente la mayoría de calendarios perpetuos incorporan la fase lunar, pero la realidad es que no dejan de ser dos complicaciones distintas e independientes.
Como siempre ocurre, el mérito no estriba en el «que» sino en el «como» y Jaquet Droz es una firma maestra en la implementación de indicaciones de forma original y con suma elegancia, dos conceptos muy difíciles de aunar. La prueba más evidente de ello es este Perpetual Calendar Éclipse.
Al observar la esfera, apreciamos que todas las indicaciones del calendario perpetuo se realizan mediante agujas, desmarcándose de la tendencia actual de hacerlo de forma digital, es decir, mediante ventanillas. Es indiscutible que el sistema de ventanas proporciona una lectura más rápida, pero tampoco creo que muchos discutan que el sistema de agujas es mucho más elegante y aporta ese aire clásico tan apreciado en Alta Relojería, aun más en piezas de este nivel.
Aun y dentro de este sistema de agujas Jaquet Droz se desmarca de lo habitual. Normalmente estamos habituados a que los calendarios indicados por agujas, ya sean perpetuos o simplemente completos, se implementen mediante subesferas que albergan los índices correspondientes a la fecha, al día de la semana y al mes, que son los que recorren las agujas. Jaquet Droz utiliza este sistema para el mes, en una subesfera ubicada a las 12, pero para la fecha y el día semanal recurre a agujas retrógradas.
Así, en el perímetro de la zona derecha de la esfera, encontramos el índice de la fecha, con numeración árabe del 1 al 31 que prácticamente recorre todo el arco de las 12 a las 6. Cuando la aguja llega al día 31, o en función del mes al 30 o 28 (ya que se trata de un calendario perpetuo) realizará un salto instantáneo para colocarse de nuevo en el índice 1. Lo mismo ocurre con la aguja del día de la semana, que recorre un arco simétrico al de la fecha, esta vez ubicado en la zona izquierda de la esfera.
Para no confundir las agujas retrógradas del calendario con las de horas y minutos, Jaquet Droz aplica a las primeras un diseño ondulado terminado con una medialuna. Estas agujas, al igual que la tipografía y la delicadeza de los acabados de todos los elementos de la esfera proyectan una imagen exquisita, que aun se realza más con el esmalte «grand feu» de su base.
La caja, realizada en oro rojo, mide 43 milímetros de diámetro por 13,4 de grosor. Desde luego son unas cifras considerables en un reloj de corte clásico, más teniendo en cuenta el fino bisel de este Perpetual Calendar Éclipse, lo que aun incrementa la sensación visual de tamaño. El poco contenido grosor se justifica en parte por el espacio adicional que requiere la masa oscilante de su movimiento automático, por otra parte un sistema de carga muy recomendable para un calendario perpetuo. Otra justificación a su tamaño es el sistema de dos barriletes de su calibre 5853LR.4 ,que proporcionan unas impresionantes 68 horas de reserva de marcha, nuevamente un dato muy aporpiado para esta complicación.
El Perpetual Calendar Éclipse se presenta en dos variantes de esfera, con esmalte de tono marfil o negro, compartiendo ambos la misma caja en oro rojo. Más discreta la variante marfil y más llamativa la negra, cualquiera de ellas completa un excelente reloj por el que no pasará el tiempo (desde el punto de vista estético, claro…) y al que solo le pongo la pequeña reticencia antes citada de sus dimensiones.
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