Para celebrar su 10º aniversario, Laurent Ferrier nos descubre su primer reloj fabricado en titanio y un nuevo calibre manual.

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Si hay un coto realmente privado en la Alta Relojería es el de los relojes clásicos de máximo nivel. Patek Philippe, 1839. Vacheron Constantin, 1755. Audemars Piguet, 1875. Jaeger-LeCoultre, 1833. A. Lange & Söhne, 1835. Blancpain, 1735. Chopard, 1860. Breguet, 1775… Los orígenes de sus principales exponentes se remontan a los siglos XVIII y XIX, unos registros que son prácticamente imposibles de encontrar de forma tan masiva en cualquier otro sector. Pero a este exclusivo elenco de primeras espadas se les han unido algunas firmas independientes de reciente creación entre las que se encuentra Laurent Ferrier. ¿Cómo ha logrado una marca creada hace únicamente diez años ser objeto de deseo por parte de los coleccionistas más clásicos?. Combinando un altísimo nivel técnico y de acabados artesanos con un códigos estéticos que, sin copiarlos, rinde homenaje al diseño de la relojería más clásica, algo muy difícil de llevar a cabo con éxito. Y ciertamente, como popularmente se dice, fue llegar y besar el santo: el mismo año de su creación ganó el premio al mejor reloj masculino del Grand Prix d’Horlogerie de Genève 2010 con su primer reloj, el Galet Classic Tourbillon Double Spiral.

Laurent Ferrier Classic Origin Opaline

Diez años después, Laurent Ferrier celebra su décimo aniversario con el Classic Origin Opaline. En muchos sentidos, esta nueva referencia es una versión minimalista de ese galardonado Galet Classic y sus suaves formas, pero esta vez fabricado en titanio (por primera vez en la firma) e implementando un nuevo movimiento de remonte manual significativamente más simple, lo que posibilita ofrecerlo a un precio bastante inferior. Manteniendo la típica estética de LF, exhibe una preciosa, sobria y elegante esfera rematada con el toque sport que le confieren los detalles en burdeos.

Laurent Ferrier Classic Origin Opaline

Caja Galet, rebautizada ahora como Classic.

Con cinco cajas disponibles, las fluidas formas redondeadas de la Classic son las más identificadas con la marca, por lo que resulta normal que haya sido la elegida para celebrar su 10º aniversario.

El Classic Origin Opaline tiene una caja de titanio de acabado pulido de 40 mm de alto y 10,7 mm de grosor, ostentando el mismo diámetro pero es un poco más delgado que el Galet (Classic) Micro-Rotor. Con estas medidas y el hecho de estar fabricado en titanio, su comodidad debe ser absoluta. Como cabía esperar, la corona tiene una forma clásica de cebolla, uno de los elementos que, al igual que mis siempre admiradas manecillas sagaie, lucen todas las creaciones de Laurent Ferrier.

Laurent Ferrier Classic Origin Opaline

Simple, detallista, proporcionada, discreta, elegante… la esfera es un buen ejemplo del diseño clásico atemporal de Laurent Ferrier.

Con una simetría perfecta, la esfera opalina de color blanco plateado está dividida en cuadrantes delimitados por una fina cruz que une los puntos cardinales marcados por índices de oro blanco aplicados a las 3 y 9 horas, que son dobles a las 12. El resto de posiciones horarias son ocupadas por delgados y largos índices serigrafiados.

Laurent Ferrier Classic Origin Opaline

En la periferia se dispone la escala chemin de fer de horas y minutos en gris pizarra, que incluye los números arábigos del 13 al 24 (quizás lo único que cambiaría en este reloj) en color burdeos . El hecho de incluir detalles cromáticos no es habitual en Laurent Ferrier; hasta ahora, el único reloj que implementaba este recurso estético es el Montre Ecole Annual Calendar, otro delicioso guardatiempo presentado en 2018 con el que también comparte la división en cuartos de la esfera. Esa misma tonalidad burdeos es la que adoptan los 60 índices del pequeño segundero que, levemente encajado y decorado en azuré, se ubica a las seis horas.

Un nuevo movimiento de remonte manual, el calibre LF 116.01.

Cuando observamos las imágenes, descubrimos claramente que estamos antes una versión simplificada del calibre LF 126.01 que implementan los antes citados Montre École Annual Calendar. Además de prescindir de la parte mecánica correspondiente a la complicación de calendario anual, las principales diferencias las encontramos en la ausencia del indicador circular de reserva de marcha, la decoración en Côtes de Genève de los puentes y el perlado de la platina, ambas sustituidas por un contemporáneo rodiado negro micro-arenado que mantiene el biselado pulido de los cuatro puentes.

Laurent Ferrier Classic Origin Opaline

Además, el escape de silicio de doble impulso de los Micro-rotor ha sido reemplazado por un más simple y tradicional sistema de áncora suizo. En casi cualquier otro reloj, esta mecánica y sus acabados serían geniales, pero debido al altísimo estándar al que nos ha acostumbrado Laurent Ferrier, sobretodo con sus primeros movimientos (el LF 229.01 del Galet Micro-Rotor y el LF 619.01 del Galet Tourbillon), el LF 116.01 del Classic Origin Opaline se sitúa a un nivel inferior. La ventaja de esta simplificación es que repercute directamente en el precio.

Por suerte, recurre al mismo y antiguo sistema de rochete con trinquete largo que se ha acabado convirtiendo en uno de los signos distintivos de los calibres de la firma ginebrina.

El trinquete o retén es una palanca provista de un pico que penetra en el dentado del rochete de remontuar (rueda dentada sujeta al árbol de barrilete) para inmovilizarlo en el sentido del desarmado. A medida que vamos cargando el reloj, el salto continuo de este trinquete largo al paso de cada diente produce un agradable sonido de «clic» más profundo que la habitual baja sonoridad de un sistema con trinquete corto.

Laurent Ferrier Classic Origin Opaline

Con un diámetro de 31,60 mm (14’’) y un espesor de 4,35 mm, el LF 116.01 late a una frecuencia de 3 Hz (21.600 alternancias por hora) y dispone de una excelente reserva de marcha de 80 horas.

El Laurent Ferrier Classic Origin Opaline (Ref. LCF036.TI.G1G) se entrega con una correa de piel de becerro Barbialla de color marrón claro con costuras blancas y una hebilla de titanio. Su precio se sitúa en 28.500 CHF antes de impuestos, lo que lo convierte en el reloj más accesible del portafolio de Laurent Ferrier.

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Ingeniero geólogo, Master en Geología Marina y Master en Restauración Medioambiental, Co-fundador y editor en Watch-test. Opinión, pasión y rigor, son los pilares fundamentales que sustentan la redacción de mis artículos. La clave, disfrutar de una profesión que coincide con mi afición.

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