Laurent Ferrier Galet Square Porcelain… Ohhhhhh!
Laurent Ferrier nos ofrece uno de los relojes más exquisitos que he visto en los últimos años. Con una magnífica y sencilla esfera de porcelana que recupera la estética de los relojes de bolsillo, se acompaña con la caja Galet Square fabricada en oro blanco.
¿Has tenido alguna vez la extraña sensación de que el corazón se te aceleraba al ver a una persona en una estación de tren, por ejemplo? Es un momento mágico en que nos embriaga una sensación que cuesta de describir. Hay personas que notan como mariposas en el estómago y otras que se quedan ‘ojipláticas’ ante el objeto de dicho flechazo. El ‘amor a primera vista’ o crush describe este momento, y la comunidad científica y los académicos no se ponen de acuerdo para decir si este fenómeno existe realmente o es más bien una ilusión. Sea como sea, es lo más parecido a la sensación que he tenido al descubrir el Laurent Ferrier Porcelaine, un maravilloso y exquisito reloj que roza la perfección en cuanto a mis gustos personales. Si a ello le unimos su excelencia mecánica y de acabados, podéis entender el porqué lo defino como ‘amor a primera vista’. Ahora mismo, no entreveo ningún reloj más bonito que éste.
El Galet Square Porcelain presenta una sorprendente apariencia histórica de reloj de bolsillo que nos remonta finales del siglo XIX o comienzos del siglo XX. Para esta edición especial limitada a únicamente diez unidades, Laurent Ferrier presenta una excepcional esfera de porcelana blanca, disponible por primera vez en la colección Galet. El proceso involucrado en la producción de esferas de porcelana es extremadamente complejo y representa un verdadero desafío técnico. Los discos están hechos a mano a partir de una sustancia a base de caolín. Una vez modelado y horneada a 1400 ° C, la porcelana blanca inmaculada se recubre con una capa de esmalte transparente que le confiere su hermoso y característico brillo. Debido a su particular textura, las esferas de porcelana deben estar perfectamente perfiladas para garantizar un ajuste perfecto dentro de la caja del reloj.
La caja elegida ha sido la Galet Square de geometría cuadrada almohadillada, una forma que casa a la perfección con el estilo vintage de este reloj. Con unas medidas de 41×41 mm (diagonal: 45,35 mm) y un contenido grosor de 11,10 mm, ha sido fabricada en oro blanco. Cierto, puede que haber recurido a una caja redonda hubiera sido lo más lógico, pero personalmente me encanta que Laurent Ferrier se haya decantado por el fuerte temperamento del Galet Square.
Se entrega con dos correas: una de aligator marrón con forro de alcántara escarlata, y una de cuero color canela también con el mismo forro interior.
El diseño de la esfera en sí también es nuevo en Laurent Ferrier. En raras ocasiones sus relojes implementan números arábigos (cuatro versiones del Galet Micro-rotor 40 mm), ya que la mayoría de ellos vienen con índices aplicados o números romanos. El Laurent Ferrier Porcelain exhibe once números arábigos Breguet, diez en color antracita, y uno pintado en rojo escarlata situado a las 12 horas. La belleza clásica de la tipografía elegida no podría ser más acertada por la delicadeza y elegancia de su trazo. Aunque se parece mucho a la utilizada en los anteriormente citados Galet Micro-rotor 40 mm, la del Porcelain es más trabajada y redondeada, con un mayor rango de amplitud en el grosor de los trazos. Sencillamente preciosa.
También es nueva la escala minutera perimetral que dispone puntos circulares para los minutos, cuatro marcadores en forma de rombo en las horas cardinales e índices en forma de diamante más pequeños para las décimas, todos ellos aplicados en oro. Finalmente, el pequeño segundero está al mismo nivel que el resto de la esfera, prescindiendo del ‘rebajado’ que muestran la mayoría de los Laurent Ferrier, reafirmando así su carácter vintage. El diseño de este contador es bien simple: un círculo pintado en negro y una escala de 60 segundos mediante pequeños índices pintados en rojo que son tres veces más largos en los múltiplos de cinco segundos. La manecilla de tipo bastón no continúa el precioso diseño assegai de las agujas de las horas y minutos, uno de los elementos más identitarios de las creaciones de Laurent Ferrier, fabricadas esta vez en oro blanco con acabado en rutenio negro.
El último elemento de la esfera es el nombre de la firma y su procedencia, discretamente situados bajo las doce horas. La composición de la esfera de porcelana con los numerales arábigos, la minutera en oro, las agujas assegai, la sencillez del pequeño segundero y los detalles en rojo, es un espectáculo de exquisita belleza. Las claves: diseño, nitidez, proporciones, equilibrio, y la primorosa combinación cromática blanco-negro-rojo-oro.
El Laurent Ferrier Galet Square Porcelain late al ritmo de su calibre FBN 229.01, el movimiento de remonte automático por micro-rotor que es ya un icono de la firma. Gracias a esta masa oscilante descentrada elimina el gran enemigo de un reloj elegante de remonte automático: el aumento de grosor de su caja debido al típico rotor central que suministra de energía al barrilete. Bien, inevitable no del todo, ya que un micro-rotor implantado inmediatamente sobre su platina evita este problema, tal como nos demuestra escaso grosor del Galet Square: 11,10 mm. Esta solución, que parece simple y perfecta, conlleva un importante inconveniente originado por la menor masa de su rotor: la disminución de la eficacia de carga. Para compensar este problema, Laurent Ferrier implanta un conjunto de conceptos técnicos, que afectan tanto al micro-rotor en si mismo como al órgano regulador, que se podrían resumir en una frase: un rotor descentrado y sustentado por un doble puente cuya energía se regula mediante un escape de silicio de doble impulso.
El calibre FBN 229.01 vibra a una frecuencia de 21.600 alternancias por hora y disponde de una excelente reserva de marcha de tres días. Los acabados reflejan los altos estándares que Laurent Ferrier impone en todas sus creaciones, de acuerdo con las mejores tradiciones relojeras. Junto con el motivo Côtes de Genève en los puentes y el grabado circular en la placa, los radios de las ruedas están biselados y las cabezas de los tornillos están biseladas y pulidas. Evidentemente, todos estos acabados se realizan manualmente.
Lamentablemente he de comentar sus dos únicos puntos negativos: primero, que sólo se fabricarán diez unidades, y segundo, que cada una de ellas tendrá un precio aproximado de 52.000 €. Estos dos condicionantes hacen que el Porcelain sea, además de un amor a primera vista, un amor platónico.