El Laurent Ferrier Galet Square se viste de otoño
El Laurent Ferrier Galet Square presenta una versión cuya esfera luce un color oro rojo de matices cobrizos, lo que le confiere una cautivadora calidez
La juventud que suponen los cinco años de historia de Laurent Ferrier, no es obstáculo para ofrecernos uno de los relojes clásicos que personalmente más me seducen: el Laurent Ferrier Galet Square. Después de ser lanzado este mismo 2015, ahora, luciendo una imagen que armoniza perfectamente con las tonalidades cromáticas otoñales, nos presenta esta nueva versión caracterizada por su esfera de color oro rojo con reflejos cobrizos y acabado cepillado vertical, mientras su caja de acero cuadrada de geometría almohadillada sigue albergando el fabuloso calibre FBN 229.01 con micro-rotor.
Los Laurent Ferrier Galet Square estaban disponibles en dos versiones; la primera implementaba una espectacular esfera azul con cepillado vertical y los índices habituales, mientras que la segunda lucía un minimalista look vintage, gracias a su esfera suavemente dorada con sólo cuatro índices horarios y una correa de cuero. Además de estas ediciones regulares y de un modelo para el Only Waych 2015, Laurent Ferrier también creó una edición especial para celebrar su quinto aniversario, con caja de oro rosa y esfera marrón, que introducía el único elemento que encontrábamos a faltar en el primer Galet Square, una escala de minutos que nos permitiera una lectura precisa del tiempo. Ésta la incluye ahora recuperando del Galet Micro-Rotor las elegantes y diminutas bolas aplicadas, que no interfieren en absoluto en la limpieza y nitidez estética de la esfera. Recordemos que esta minutera ya se implementaba en el Galet Square 5º Aniversario.
Como bien sabéis, el Galet Square fue el primer modelo de Laurent Ferrier que implementaba una caja de acero, convirtiéndose en uno de los escasos y apreciados guardatiempos del mercado que lograban aunar una excelencia técnica envidiable y una rigurosa estética clásica bajo el amparo de esta aleación de hierro y carbono. En su momento fue una agradable e inesperada sorpresa, ya que estamos habituados a que los relojes de este nivel casi siempre recurren al oro blanco, platino o paladio para proponer una imagen más discreta que se aleje de la ostentosidad del oro rosa, rojo o amarillo. Por suerte, esta nueva versión sigue recurriendo al acero para fabricar su caja cuadrada almohadillada de 41 x 41 mm y 45,35 mm de diagonal, con una ergonomía excelente que se apoya en su contenido grosor de 11,10 mm, sobretodo tratándose de un reloj de remonte automático, un hecho al que contribuye decisivamente, tal como veremos, la arquitectura de su calibre. Su hermeticidad alcanza los 30 metros, una cifra que, debido a las características del Galet Square y uso al que está destinado, resulta suficiente. Por último, destacar las cuatro asas cónicas y la corona de tipo cebolla levemente encastrada en la caja, un detalle que evita que sobresalga en exceso y pueda molestarnos al clavarse o rozar en el dorso de nuestra mano.
Básicamente, esta nueva versión sólo implementa cambios estéticos en el color de la esfera y de la correa. Utilizando como base la esfera azul con acabado cepillado vertical, ahora adopta un color oro rojo que se complementa con una correa realizada en piel de aligator de color marrón châtaigne (castaña), consiguiendo una calidez que contrasta con la frialdad de la caja de acero. Los elementos que encontramos en la esfera son los mínimos imprescindibles para conseguir uno de los objetivos que todo reloj debería cumplir: ofrecer una fácil, precisa y rápida lectura horaria. ¿Cuáles son estos elementos?:
- Once largos índices aplicados de oro blanco en forma de gota
- Una elegante minutera perimetral formada por diminutas bolas aplicadas, también en oro blanco, que no interfieren en absolu to en la limpieza y nitidez estética de la esfera.
- Un pequeño segundero a las seis horas, con decorado circular concéntrico, manecilla de tipo bastón y escala serigrafiada con 60 índices.
- Dos delicada agujas de horas y minutos en oro blanco con un diseño sencillamente encantador llamado sagaie. Además, Laurent Ferrier tiene el mérito de concederles una perfecta proporcionalidad, en que cada una de ellas alcanza su longitud ideal hasta rozar la propia escala en su punto de intersección perfecto, obteniendo así una legibilidad y estética inmejorables.
- Por suerte, siguiendo el mismo patrón que luce en todas sus creaciones, la esfera sólo incluye serigrafiadas el nombre, Laurent Ferrier, y su orígen, Genève, olvidándose de posibles y tentadores añadidos habituales como Automatic o Micro-Rotor que no harían sino ensuciar la maravillosa nitidez de la esfera.
Como era de esperar, en el interior del Laurent Ferrier Galet Square no encontraremos diferencia alguna respecto a los Galet Square ya conocidos, lo cual, en este caso, no puede ser más positivo ya que hablamos del exquisito calibre FBN 229.01, un movimiento que late a 21’600 alternancias por hora (3Hz) y que exhibe unos acabados difícilmente superables y dignos de la más Alta Relojería. Pero no todo se limita a acabados impecables en este calibre FBN 229.01, porque desde el punto de vista técnico, es todo un dechado de vanguardia en micro-mecánica. A pesar de no incorporarlo en el nombre, tal como ocurre con el Galet Micro-Rotor, su pequeña masa oscilante es uno de los signos de identidad de este movimiento de carga automática, al que acompaña un escape, con áncora de silicio, de doble impulso sobre el volante que, además de las virtudes de precisión conométrica que ofrece, juega un importante papel en la optimización de transmisión de energía, logrando por ello una impresionante reserva de marcha de 72 horas. Este mecanismo lo podemos admirar a través del cristal de zafiro que implementa la trasera.
Esta versión del Laurent Ferrier Galet Square sigue siendo una pieza extraordinaria por su elegante y minimalista estética clásica, su soberbia esfera de perfecta legibilidad, la cómoda caja almohadillada en acero, y por la calidad técnica y de acabados del calibre FBN 229.01. No he encontrado ni un sólo detalle objetivo al que ponerle un «pero». Sólo las subjetivas preferencias personales decidirán si os gusta este guardatiempo y su nueva esfera, pero lo que es indudable es que es un reloj que merece todos nuestros elogios.