El año pasado tuvimos el placer de ver debutar el primer Longines Avigation, el Watch Type A-7 sobre el que publicamos un extenso artículo en el que rememorábamos la relación de la firma de Saint-Imier con los hitos de la aviación en sus inicios. Recuperando fielmente un diseño de los años 30, su característica esfera a 45º junto a un descomunal tamaño no dejaron indiferente a nadie.
Siguiendo su estela estética y ubicados también en la colección Heritage, Longines lanza tres nuevos guardatiempos que acompañarán al Watch Type A-7 en su denominación Avigation, nombre acuñado por la nomenclatura militar estadounidense para nombrar a esos relojes, mezclando “aviation” y “navegation”.
Un poco de historia…
A finales de los años 20, Longines tenía una gran presencia en los Estados Unidos. Fruto de esta implantación, en 1919 fue nombrado proveedor oficial de la Federación Aeronáutica Internacional (FAI). Esta cooperación permite la participación de Longines en numerosas hazañas aeronáuticas realizadas en el período entre la Primera y Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, los vuelos de Roal Admunsen y su equipo hacia el Polo Norte (1925 y 1926), de Mittelholzer en Persia (1924-25) o de Byrd a la Antártida (1929-30). En el marco de esta colaboración, Longines participa en una treintena de vuelos récord entre 1925 y 1938. El más célebre de estos pioneros es sin duda Charles Lindbergh, que llevó a cabo el primer vuelo en solitario y sin escalas entre Nueva York y París a bordo del Spirit of St. Louis en mayo de 1927.
Para esrtos pioneros de la aviación, el reloj de precisión es un instrumento de navegación imprescindible por su ayuda a determinar la posición geográfica de su aparato. Esta es la razón por la que pilotos como el comandante Philip van Horn Weems (1927) o Lindbergh (1931) desarrollaron conjuntamente con Longines, relojes destinados específicamente a la navegación aérea.
Otros aventureros cuyas hazañas están íntimamente ligadas a Longines son, entre otros, Sophie Mary Heath, Richard E. Byrd, Howard Hughes, Amy Johnson o Hans Von Schiller a bordo del Graf Zeppelin.
Los Avigation Oversize Crown
Dotados de una estética vintage deslumbrante, sus características son fruto de la respuesta de Longines a las necesidades de las primeras generaciones de pilotos: una muy buena legibilidad unida a una gran facilidad de uso. Con una buena visión comercial, el tamaño de estos tres guardatiempos no sigue con las medidas XXL de los modelos en que se inspiran, pasando a adoptar un diámetro de 41 mm muy cómodo de lucir.
La caja de acero presenta dos elementos muy característicos: un ancho bisel acanalado giratorio bidireccional y la gran corona con una tija de generosas dimensiones que sobresale espectacularmente de la carrura y que da nombre a los tres modelos. Ambos diseños tienen la misión de facilitar el uso por parte de los pilotos, ataviados con gruesos guantes que dificultaban su utilización, separando la corona del resto del reloj. Gracias a este bisel, el piloto tenía la posibilidad de determinar puntos de referencia temporales, una información realmente útil cuando el uso de los cronógrafos no se había generalizado.
Sin embargo, la corona «oversize» también puede ser su talón de Aquiles debido a las posibles molestias que puede causar al usuario en el dorso de la mano. Yo no he tenido nunca problemas con los protectores de corona de los Luminor de Panerai o las coronas XXL de los Radiomir o los IWC Big Pilot, contando además que su diámetro es mucho mayor que los 41 mm de los Avigation Oversize Crown, pero creo necesario como mínimo, advertir que podría llegar a ser un problema para alguno de los futuros propietarios.
Compartiendo la misma caja, los tres modelos presentados corresponden a tres niveles de complicación rápidamente identificables. La esfera es en todos ellos de color negro, sobre la que destacan con una muy buena visibilidad por su alto contraste los numerales arábigos enmarcados por una escala «chemin de fer». Las agujas doradas en forma de pera poseen abundante aplicación de Super-LumiNova, al igual que los índices horarios. La presencia y distribución de los demás elementos varía en cada referencia, al igual, evidentemente, que los calibre que laten en su interior:
Solo hora: horas, minutos, pequeño segundero y fecha, ambos a las 6 horas. Calibre automático L615 (ETA 2895/2), con 42 horas de reserva de marcha.
GMT: horas, minutos, segundero central, fecha a las 3 horas y segundo huso horario de 24 horas indicado por manecilla central. Calibre automático L704.2 (ETA A07 171), con 48 horas de reserva de marcha. Este movimiento es el que se implementa en el Twenty-Four Hours y los cuatro modelos 180º Aniversario.
Cronógrafo: horas, minutos, pequeño segundero a las 9 horas y fecha a las 6 horas, cronógrafo monopulsante con segundero central y contador de 30 minutos a las 3 horas. En su interior late en calibre automático L788 (ETA A08.L11), el más avanzado de la manufactura que ya os presentamos en el Avigation Watch Type A-7. Se trata de un movimiento cronógrafo monopulsante que controla su funcionamiento mediante rueda de pilares. Su único pulsador, integrado en la corona, controla secuencialmente el star, stop y reset de las agujas de la función cronográfica. Es una evolución del L688, el primer cronógrafo con rueda de pilares de Longines, lanzado el 2009.
Longines nos está mal acostumbrando con su línea Heritage, tanto por la arrebatadora estética vintage de las piezas que reúne, como por la frecuencia y número con que lanza nuevos modelos. Y por si estáis interesados, los precios recomendados de venta son los siguientes: 1.660 € el solo hora, 2.120 € el GMT y 2.430 € el cronógrafo monopulsante con rueda de pilares, sin duda mi preferido. Puede que la característica y protuberante corona cree cierta indecisión en el posible comprador, pero el conjunto final es lo suficientemente atractivo como para ser tenido en cuenta.