Si hay una categoría de relojes que es objeto universal de deseo por parte de aficionados y coleccionistas son los relojes de submarinismo. Nacidos como puros instrumentos al servicio de los submarinistas profesionales (ya fueran civiles o militares) sus características estéticas y técnicas los convierten en relojes tremedamente atractivos y populares, presididos por sus cajas herméticas de acero, biseles graduados giratorios y esferas simples y nítidas de perfecta legibilidad.
Entre ellos podemos encontrar auténticos iconos como los Rolex Submariner o Sea Dweller, Panerai Submersible, Omega Seamaster, Blancpain Fifty Fathoms, Jaeger- LeCoultre Polaris, IWC Aquatimer o Audemars Piguet Royal Oak Offshore entre otros. La mayoría de ellos tienen la gran virtud de que resultan lo suficientemente polivalentes como para poder ser vestidos con traje, aunque ninguno de ellos alcanza la elegancia de, en mi opinión, uno de los más bellos relojes de submarinismo que podemos encontrar en el actual panorama relojero: el Longines Legend Diver, un reloj que, a pesar de no jugar la misma liga que los anteriores guardatiempos, exhibe un diseño arrebatador y una excelente relación calidad-precio.
Historia del encuentro entre Longines y el mundo submarino: años 50 y 60
Esta relación se inició en la década de los 50 con el suministro de instrumentos al batiscafo Trieste de Auguste Piccard dentro del proyecto Nekton, concretamente dos cronógrafos utilizados exclusivamente para medir los tiempos de activación de los dos tanques de lastre. El punto culminante de la expedición fueron los records de profundidad sucesivamente alcanzados: en 1953 llegó a los 3.150 metros, una cifra ampliamente superada siete años más tarde al sumergirse hasta los 10.960 metros con el Rolex Deep Sea Special anclado a su estructura.
En 1957, Longines lanzó su primer reloj de buceo profesional, el Longines 6921-1. Este modelo, conocido como Nautilus Skin Diver (si, no fue Patek Philippe el primero en recurrir a dicho nombre), permaneció en producción durante dos años, siendo reemplazado por el 7042 en 1959, el reloj en el que se inspira fielmente el actual Longines Legend Diver. El Nautilus Skin Diver tenía un diámetro de 40 mm y un bisel plástico graduado en la posición externa habitual, mientras en su interior latía el segundo calibre automático fabricado por Longines, el 19AS.
Ya desde esta primera referencia, el cristal curvado fabricado en plexiglas tenía su polo opuesto en el grabado de un buzo en la trasera, un elemento decorativo que se mantuvo en todas las versiones de los modelos Super Compressor de Longines.
Un par de años más tarde se presentó su evolución, el 7042. Además de aumentar su diámetro hasta los 42 mm, este nuevo modelo mostraba la particular característica de que el anillo graduado de inmersión se había trasladado al interior. Ajustándose mediante una segunda corona situada a las 2 horas, este sistema resultaba mucho más seguro al prevenir cualquier manipulación accidental del bisel giratorio. Comunmente se asocia el término Super Compressor con cualquier reloj que tenga dos coronas y un bisel giratorio interno, pero no es así simple; Super Compressor (SC) es un nombre registrado por la empresa Ervin Piquerez SA (EPSA), que implementaba un método patentado de sellado de la caja basado en el principio de que al aumentar la presión del agua en el exterior la junta tórica se iba comprimiendo progresivamente y aumentaba su estanqueidad: el reloj se volvía más resistente al agua conforme se acrecentaba la profundidad de buceo. La mayor parte de las traseras de un SC tenían un resorte de modo que dicha parte posterior no estaba completamente comprimida contra la caja. Con el aumento de la presión del agua, la parte trasera se presionaba cada vez más contra la caja, comportando un incremento en su hermeticidad. Otra ventaja de esta arquitectura es que la junta tórica no sufría constantemente toda la presión necesaria para ser estanca, por lo que su vida útil era mucho más longeva de lo habitual. La mayoría de los relojes SC fueron certificados como herméticos hasta una profundidad de 600 pies (183 metros).
EPSA hizo estas cajas desde finales de los años 1950 hasta principios de los años setenta. Las más conocidas tenían coronas dobles, una a las 2 y la otra a las 4: mientras la primera se utilizaba para girar el bisel del buzo interno, la ubicada a las 4 era la encargada de sincronizar la función horaria. También es cierto que se fabricaron cajas SC con una única corona, algunas con un bisel giratorio externos e incluso algunas sin bisel giratorio, aunque el diseño más reconocido es el de doble corona y bisel interno.
Hubo decenas de fabricantes que recurrieron a alguna de las muchas variaciones de las cajas Super Compressor para sus relojes de submarinismo. Entre las firmas que recurrieron a este diseño de doble corona podemos citar a Jaeger-LeCoultre, Longines, Girard-Perregaux, Hamilton, Bulova, Enicar, Universal Geneve, Wittnauer, Benrus, Hamilton, Lip, IWC, Droz, Blancpain, Bucherer, Tissot o Benrus, una lista que se extendería hasta casi las 100 marcas.
Por último, cabe destacar que las cajas Super Compressor tienen una característica fácilmente reconocible que las distinguen como SC: la mayoría de ellas tienen ambas coronas grabadas con una retícula cuadrada, sobre la que podemos encontrar, superpuesto, el logo de la marca.
Como el Nautilus Skin Diver, el 7042 implementaba el pequeño calibre automático 19A, pero a inicios de los sesenta Longines lanzó una nueva referencia denominada 7150 (series -1, -2, -3), con la novedad de montar el nuevo calibre 290, un mecanismo más grande que solucionaba los problemas de desgaste y de remonte del 19A. La versión 7150-2 comportó una reducción de la superfície pintada con radio en la manecilla horaria, además de aumentar la altura de las dos coronas en aras de facilitar su manipulación. Si hasta ese momento la hermeticidad anunciada era de 100 metros, a partir de esta serie 7150-2 pasó a ser de 200 metros, tal como correspondía al estandar ofrecido por la caja Super Compressor.
Unos años más tarde, la nueva referencia 7494 (series -1, -2, -3) montaba una esfera de color negro que cambiaba el mate por el brillo. La última versión fabricada es la 7594 de las series -1 a la -3, sin presentar ningún cambio remarcable respecto al anterior modelo. A finales de los años 60 Longines abandona la fabricación de estos relojes de submarinismo con dos coronas y bisel interno, sustituyéndolos por una nueva referencia con una sola corona y un bisel externo fabricado en acero y con un anillo de baquelita.
La reedición: Longines Legend Diver
Como he comentado más de una vez, la colección Heritage de Longines me parece una de las mejores formas de cómo una firma puede rendir homenaje a su legado, reeditando sus referencias históricas más importantes con un diseño muy fiel a los originales. Uno de los relojes que más se parece al modelo vintage es el Legend Diver. Introducido en 2007, es la reedición del 7494, ya que su manecilla horaria dispone de lumen sólo en la cabeza de la flecha y la esfera es lacada, dos características que aparecieron juntas a partir de ese modelo. Dos años después (2009) se presentó la nueva y última versión del Legend Diver, que incluye una polémica y discutida ventana de fecha; para los más puristas rompe el encanto del original, mientras que para los más prácticos, la fecha resulta una función muy útil para el día a día.
El Longines Legend Diver es un diver que transmite elegancia a la vez de ser extremadamente polivalente por su diámetro, grosor muy contenido, estética y hermeticidad de 300 metros. A pesar de ello no podemos hablar estrictamente de un reloj de buceo certificado ya que carece de algunos de los requisitos de la norma ISO, como por ejemplo carecer de un segundero con lumen que nos asegure que el reloj sigue funcionando en condiciones de visibilidad escasa.
Aunque no es una Super Compressor como la original, la caja mantiene su misma estética, presidida por las dos coronas y su grabado reticular cuadrado. El sistema de Piquerez fue una adelanto notable para la época, pero una caja actual de fondo roscado de calidad es mucho más efectiva y segura. La gran ventaja de este modelo es que, a diferencia de la inmensa mayoría de relojes vintage, el original tenía un tamaño grande para la época, unos 42 mm que ahora resultan perfectos.
La caja, fabricada en acero, está totalmente pulida. Sus formas simples y sobrias remarcan su caracter elegante, mientras su comodidad y ergonomía es sencillamente impecable, sobretodo con la correa de tela de barco, más deportiva aunque menos elegante que la milanesa de acero. De todos modos, es un reloj que tambien resulta precioso con una desenfadada correa NATO, una envejecida de cuero o, si queremos resaltar su elegancia, vestido con una correa de aligator. El único problema es que cambiar las correas no es una tarea precisamente fácil, por lo que si queremos «jugar» y cambiarlas frecuentemente, sería recomendable disponer de la herramienta relojera necesaria para quitar facilmente los pasadores.
Una de las modificaciones más visibles respecto al vintage es que el plexiglas ha sido sustituido por un resistente cristal de zafiro que imita la característica forma abombada del plexi. Por suerte, no presenta casi ninguna distorsión óptica, un hecho habitual en cristales con esta geometría más convexa de lo habitual: la visión de la esfera es perfecta desde cualquier ángulo de visión.
Por su parte, la trasera roscada sigue luciendo el mismo grabado vintage de la figura de un buzo blandiendo un arpón.
Ya bajo el cristal encontramos perimetralmente el anillo de buceo controlado por la corona a las dos horas. La escala graduada muestra con numerales arábigos los 15, 30 y 45 minutos, pero su elemento clave es el triángulo luminiscente ubicado a las 12 horas que nos permitirá controlar nuestro tiempo de buceo. El resto de la escala se compone de índices cada 5 minutos y de puntos cada minuto.
Rodeada por el anillo de buceo, la esfera negra lacada muestra cuatro numerales arábigos en las posiciones cardinales, completándose por índices rectangulares cada hora que intercalaba una minutera con largos y delgados índices lineales. Por su parte, la manecilla horaria en forma de flecha y la minutera en forma de espada incluyen la aplicación de Super LumiNova como sustancia luminiscente, sustituyendo al prohibido radio que iluminaba la esfera vintage.
A las 3 horas encontramos la polémica ventana de fecha. Inteligentemente, Longines ha conseguido que sea lo menos intrusiva posible gracias a implementarla con el mismo fondo negro y los números en color crema de la esfera, logrando que se integre perfectamente en ella. En cuanto al texto transferido también exhibe el mismo diseño que el original: en el cuadrante superior aparece el nombre “Longines” en mayúsculas sobre el logo del reloj alado, mientras que sobre las 6 horas encontramos la palabra “Automatic” con una tipografía cursiva más clásica.
El conjunto de la esfera es extremadamente legible gracias a la simpleza de sus elementos y al excelente contraste entre las manecillas pulidas y la esfera negra lacada. Además, no hay confusión posible entre las agujas por su diferente forma y tamaño.
El Longines Legend Diver alberga el movimiento mecánico automático L633 (ETA 2824-2), un calibre que late a 28.800 alternancias por hora (4 Hz) y dispone de una reserva de marcha de 38 horas, quizás el único «pero» que podría encontrarle a este reloj. Personalmente, el mínimo exigible a un guardatiempo es que dispusiera de una reserva de marcha que nos permitiera dejarlo descansar durante todo un fin de semana sin que se agotara su energía; esas 38 horas quedan por debajo.
En definitiva, el Longines Legend DIver es una de las mejores compras que podemos realizar hoy en día. Elegante, polivalente, muy cómodo, perfectamente legible y con un arrebatador diseño vintage casi calcado al original de los años 60. Cierto, el Super Luminova nunca podrá reemplazará la encantadora pátina del lume que ofrecía el histórico radio, pero esta reedición nos permite vestir una pequeña porción de la historia de Longines sin tener que preocuparnos por la fragilidad y delicadeza de trato que deberíamos dispensar si tuviéramos un modelo vintage original. Y si con todas estas virtudes no tenéis suficiente, cabe decir que su precio es de 1.870 €. En mi opinión, actualmente no hay un reloj que reúna todas estas bondades a ese precio.