Si hay una categoría de relojes que es objeto universal de deseo por parte de aficionados y coleccionistas son los relojes de submarinismo. Nacidos como puros instrumentos al servicio de los submarinistas profesionales (ya fueran civiles o militares) sus características estéticas y técnicas los han convertido en relojes tremendamente populares, presididos por sus cajas herméticas de acero, biseles graduados giratorios y esferas simples de perfecta legibilidad. Entre ellos podemos encontrar auténticos iconos como los Rolex Submariner o Sea Dweller, Panerai Luminor Submersible, Omega Seamaster, Blancpain Fifty Fathoms, Jaeger- LeCoultre Polaris o Audemars Piguet Royal Oak Offshore entre otros. La mayoría de ellos tienen la gran virtud de que resultan lo suficientemente polivalentes como para incluso poder ser vestidos con traje, aunque ninguno de ellos alcanza la elegancia de uno de los más atractivos e interesantes relojes de submarinismo que podemos encontrar en el actual panorama relojero: el Longines Legend Diver. Presentado en 2007, este reloj es una reedición de un modelo de finales de los 50 que, a pesar de no jugar en la misma liga que los anteriores guardatiempos, exhibe un diseño arrebatador, una mecánica más que interesante y una excelente relación calidad-precio. Subiendo la apuesta por este modelo, Longines acaba de presentar la versión en bronce que, además, incluye una preciosa esfera verde fumé y elimina, como veremos, la discutida función de fecha.
Este modelo, conocido como Nautilus Skin Diver y reeditado en 2018, permaneció en producción durante dos años, siendo reemplazado por el 7042 en 1959, el reloj en el que se inspira fielmente el actual Longines Legend Diver, más concretamente su versión 7150-2 de principios de los 60. Con un diámetro de 42 mm y una hermeticidad de 200 metros, mostraba la particular característica de que el anillo graduado de inmersión se había trasladado al interior. Ajustándose mediante una segunda corona situada a las 2 horas, este sistema resultaba mucho más seguro al prevenir cualquier manipulación accidental.
En 2012, cinco años después de su aplaudido debut, la firma de Saint-Imier tuvo la «inspiración» de presentar la que es la versión actual que implementa una polémica y discutida ventana de fecha; para los más puristas rompe el encanto del original, mientras que para los más prácticos, la fecha resulta una función muy útil para el día a día.
Por suerte, y coincidiendo con la versión en PVD negro lanzada en 2018, el hasta entonces utilizado calibre L633 (ETA 2824-2) y sus escasas 38 horas de reserva de marcha ha sido sustituido por el L888.5, un mecanismo que casi duplica esta cifra y la sitúa en unas más que correctas 64 horas, en parte logrado mediante la disminución de las 28.800 alternancias por hora (4 Hz) del L633 a las 25.200 del L888.5 (3,5 Hz). Gracias a las sinergias de grupo (no olvidemos, Swatch), monta una espiral de silicio que le confiere sus propiedades amagnéticas… y una garantía de cinco años.
Longines Legend Diver bronce: la calidez de la pátina del tiempo
El Longines Legend Diver es un diver que transmite elegancia a la vez de ser extremadamente polivalente por sus medidas (diámetro de 42 mm y un grosor contenido de 12,70 mm), estética y hermeticidad de 300 metros. A pesar de ello. no podemos hablar estrictamente de un reloj de buceo certificado debido a que carece de algunos de los requisitos de la norma ISO, como por ejemplo de un segundero con lumen que nos asegure que el reloj sigue funcionando en condiciones de visibilidad escasa.
La caja mantiene el diseño original presidido por las dos coronas y el bisel de buceo giratorio situado bajo el cristal. La noticia es que está fabricada en bronce, un metal que enfatiza y realza su look vintage. Pero no se acaban aquí las novedades, ya que se acompaña con una preciosa esfera fumé de color verde que, por fin, prescinde de la fecha. ¿Significa esto que podremos ver un Longines Legend Diver no date en un futuro cercano?. Si la marca escucha las opiniones de los fans, apuesto a que sí.
La superficie está completamente cepillada y, como siempre ocurre con el bronce, con el tiempo ganará una pátina de oxidación que será diferente según el uso que le de el propietario. En aras de su durabilidad, el histórico plexiglas ha sido sustituido por un resistente cristal de zafiro que imita su característica forma abombada. Por suerte, no presenta casi ninguna distorsión óptica, un hecho habitual en cristales con esta geometría más convexa de lo habitual: la visión de la esfera es perfecta desde cualquier ángulo de visión.
Por su parte, la trasera roscada es de titanio y luce el mismo grabado vintage de la figura de un buzo blandiendo un arpón. Su hermeticidad se mantiene en unos excelentes 300 metros.
Ya bajo el cristal encontramos el anillo de buceo controlado por la corona a las dos horas. La escala graduada muestra con numerales arábigos los 15, 30 y 45 minutos, pero su elemento clave es el triángulo luminiscente ubicado a las 12 horas que nos permitirá controlar nuestro tiempo de buceo.
La esfera lacada en verde se oscurece progresivamente hacia el perímetro, donde se funde con el negro del bisel giratorio. Muestra cuatro numerales arábigos en las posiciones cardinales completados por índices rectangulares cada hora que intercalan una minutera con largos y delgados índices lineales. De color oro rosa a juego con la caja, la manecilla horaria en forma de flecha y la minutera en forma de espada incluyen Super LumiNova como sustancia luminiscente. En cuanto al texto transferido también exhibe el mismo diseño que el original: en el cuadrante superior aparece el nombre “Longines” en mayúsculas sobre el logo del reloj alado, mientras que sobre las 6 horas encontramos la palabra “Automatic” con una tipografía cursiva más clásica. El conjunto de la esfera es extremadamente equilibrado y legible gracias a la simpleza de sus líneas, simetría y al buen contraste entre las agujas doradas y la esfera verde.
Elegante, polivalente, muy cómodo, perfectamente legible y con un arrebatador diseño vintage. No es el bronce el material más universal si lo comparamos con el sufrido y más discreto acero, pero es innegable que aporta un plus en cuanto a calidez, vistosidad y exclusividad (aunque no sea una edición limitada). Combinada con la buena elección de su esfera verde degradado (y sí, repito, sin fecha), sin duda hará las delicias de los seguidores de Longines.
El Longines Legend Diver Bronze se presenta con una correa de cuero marrón con costuras beige vintage. También se incluyen una correa de nailon verde NATO adicional y una herramienta para cambiar las correas. Lástima que no incorpore un sistema de cambio rápido de correa (este reloj se presta a ello). Con una garantía de cinco años, su precio encarece en casi 800 € el de la versión en acero y se sitúa en 2.800 €.