No por habitual deja de ser destacable: con el Record Heritage, Longines vuelve a presentar un exquisito guardatiempo que es una apuesta asombrosamente bien equilibrada gracias a su precioso diseño vintage inspirado en los cronógrafos de los años 40. Aunque por su estética podríamos esperar verlo en la colección Classic Heritage, el hecho de implementar un mecanismo certificado como cronómetro lo desplaza a la colección Record. Lanzada en 2017, fue la primera de Longines en ostentar este certificado que avala su precisión cronométrica. Sin embargo, hasta ahora ninguno de los elegantes diseños tenía lo que se necesitaba para dar un salto adelante y convertirse en la punta de lanza de la firma, siendo superados claramente por las colecciones Spirit, o Legend Diver. Pero ahora, con el Record Heritage parece que se le abren las puertas para que explote todo su potencial.
La caja de acero del Longines Record Heritage mide 40 mm de diámetro, un tamaño que se adapta a la inmensa mayoría de muñecas. En cambio, su grosor de 13,80 mm (la causa la encontramos en su calibre modular) se sitúa un poco por encima de lo deseable, sobretodo si lo comparamos con sus esbeltos antepasados de cuerda manual como el icónico cronógrafo 13ZN, posiblemente uno de los calibres cronográficos más hermosos jamás desarrollados que vio la luz en 1936 y el primero en implementar la función flyback (recordemos que en 1913, el 13.33Z de Longines fue el primer cronógrafo de pulsera).
El diseño de la caja es admirable, ya que captura el espíritu de la época sin imitar directamente ninguna de las referencias vintage de Longines. Las asas son largas, robustas y sin biselado, con las superficies superiores pulidas que contrastan con un fuerte cepillado horizontal a lo largo de los lados de la caja. El bisel es redondeado y pulido, mientras que la curvatura continuada de la caja y asas consigue disimular visualmente su grosor.
Manteniendo el diseño de los últimos cronógrafos vintage de Longines, los Heritage Classic Chronograph 1946 y el precioso Heritage Classic Chronograph Tuxedo (ambos del 2020), utiliza pulsadores ovalados pulidos. Lo imagino con pulsadores de tipo pistón y me parece que la opción elegida por la firma es la ideal, conectando a la perfección con el estilo de los años 40. Su trasera incluye un cristal de zafiro que permite una perfecta visión del mecanismo, pero. Desafortunadamente, la hermeticidad del Longines Record Heritage también es decididamente vintage, ya que sólo alcanza los 30 metros.
En la nota de prensa que nos ha facilitado la firma no se hace referencia alguna a si el Record Heritage se inspira en alguna pieza concreta, pero no cabe duda que podemos encontrar un parecido más que razonable con el Longines Ref. 4974 «Tre Tracche» de 1943. Y sí, dentro de su caja de 37,5 mm (grande para la época) latía el afamado 13ZN flyback.
En la esfera pocos elementos nos remiten a la colección Record. Únicamente los numerales arábigos en las posiciones horarias pares y los índices alargados y triangulares en las impares, todos ellos aplicados, pulidos y dorados, son idénticos a las versiones Record tres agujas. A ellos le suma la complejidad de las indicaciones cronográficas, con el pequeño segundero a las 3 horas y el totalizador de 30 minutos a las 9, ambos ligeramente hundidos, decorados con azurage y con el realce dorado.
Sobre el fondo negro destacan las diferentes escalas son también doradas, incluyendo la escala taquimétrica perimetral y la compacta escala de segundos, además del (por suerte) escaso texto presente sobre las 6 horas, Automatic Chronometer, y el nombre de la firma que acompaña al logo del reloj de arena alado de Longines aplicado bajo las 12 horas.
En definitiva, su impecable diseño de cromatismo negro/dorado su equilibrio y proporcionalidad, y al mismo tiempo le confieren una sensación de calidez que las falsas pátinas a las que estamos acostumbrados no llegan a ofrecer. También he de destacar la ausencia de la ventana de fecha, algo que habría roto por completo la armonía de la esfera. Las delicadas manecillas también rompen con las formas rectas de los Record: para acentuar su estilo histórico, esta vez son en forma de hoja y también doradas.
Aunque se basa en el movimiento ETA 2892, el calibre modular L895.4 es una variante modificada producida exclusivamente para Longines (ETA A31.L21). Este mecanismo cronógrafo de remonte automático que late a 4 Hz (28.800 alternancias por hora) incluye un conjunto de mejoras entre las que destaca su espiral de silicio y una reserva de marcha de 59 horas. En cuanto a la decoración, el L895.4 está decorado de forma sencilla pero atractiva, con perlado en los puentes que contrastan con un rotor calado, adornado con Côtes de Genève y una firma grabada en oro. Como hemos dicho al principio, su cronometría, como todas las referencias de la colección Record, está avalada por el certificado C.O.S.C.
Longines entrega el Record Heritage con una correa desplegable de cuero color canela, aunque también está disponible con brazalete. Tiene un acabado mayoritariamente cepillado con delgados eslabones intercalados pulidos. Aunque pueda parecer extraño por el habitual sobrecoste del armis, el precio de ambas versiones es el mismo: 3.160 €. Si bien la correa de cuero tiene un bonito tono que se complementa perfectamente con la esfera, personalmente optaría por la polivalencia que le aporta el brazalete, sobretodo si tenemos en cuenta su mismo precio.
Pocos aspectos negativos le podemos encontrar, únicamente su evidente poca hermeticidad y mi personal preferencia por un grosor más comedido. Ello no puede empañar el hecho de que el Longines Record Heritage es un cronógrafo de estética vintage realmente atractivo, con una hermosa y armoniosa esfera de proporciones perfectas que se combina con un calibre COSC con espiral de silicio y una buena reserva de marcha. De nuevo, ¡chapeau para Longines!