La firma de Saint Imier nos presenta su último lanzamiento dentro de la colección Heritage, el Longines Twenty-Four Hours Single Push-Piece Chronograph. Todos conocéis nuestra especial devoción por esta colección, cuya gran virtud reside en reunir una serie de guardatiempos inspirados en modelos históricos de la marca, conservando casi inalterado su diseño original. Esta firme apuesta por la fidelidad histórica comporta a veces que los tamaños se desmarquen de las tendencias actuales; un claro ejemplo de ello lo tenemos en los 35 mm de diámetro de los Conquest Heritage, o los 47,50 mm de la referencia que hoy os presentamos.
Inspirado en un modelo de los años 50, la caja de acero pulido mantiene sus mismas generosas dimensiones que originalmente fueron destinadas a ofrecer una inmejorable legibilidad a los pilotos de aviación para los que fue creado. Con una hermeticidad de sólo 30 metros, su fondo de acero incluye el grabado del logo de longines.
El diseño de la esfera se caracteriza por mostrar la hora en una escala de 24 horas. Así, mientras el recorrido de la aguja minutera presenta su velocidad de rotación habitual de 6 grados por segundo, la manecilla horaria se mueve exactamente con la mitad de velocidad que en la tradicional indicación de 12 horas. Ambas agujas muestran el mismo azulado que la trotadora central de la función cronográfica y la manecilla del pequeño segundero ubicado a las 9 horas. Éste es quizás el punto crítico de la esfera, ya que este contador se funde con la escala de 24 horas, provocando cierta falta de nitidez y legibilidad, aumentada si cabe por los diferentes ángulos de los índices de dicha escala y los propios del pequeño segundero. En cambio, la ubicación de la ventana de fecha a las 6 horas (las 12 horas en la escala de 24) resulta perfecta y equilibrada.
Otra reflexión la podemos hacer sobre la función cronográfica que, como bien indica el nombre de este reloj, se controla mediante un solo pulsador ubicado en el interior de la corona de remonte. Manteniendo el diseño original, el poseedor de este guardatiempos solo podrá cronometrar 60 segundos. Sí, así es. La ausencia de contadores de horas y minutos implica que el tiempo medido no puede exceder el minuto. A primera vista, la adquisición de un cronógrafo tan «capado» como el Longines Twenty-Four Hours Single Push-Piece Chronograph puede parecer una aberración, incluso un despilfarro. En mi opinión, valoro más la parte positiva en tanto que se mantiene fiel a las funciones originales. A pesar de resultar chocante e incluso poco comercial en el mercado actual, este cronógrafo de 60 segundos nos ofrece a cambio un innegable encanto vintage. Además, no nos engañemos: ¿cuántos de los poseedores de cronógrafos utilizan regularmente esta complicación?. Estaríamos frente a un caso parecido a los diver y sus hermeticidades o las válvulas de helio.
En su interior late el calibre L789 (ETA A08.L21), un movimiento automático con las funciones de horas (24 horas), minutos, pequeño segundero, fecha y cronógrafo con rueda de pilares. Su diámetro es de 13 ¼ pulgadas, vibra a 28.800 alternancias por horas (4 Hz) y ofrece una reserva de marcha de 54 horas.
Este modelo está disponible en dos versiones: esfera plateada con decoración soleil y correa de aligator marrón, o negra con manecillas rodiadas y correa de aligator negra. En ambos casos, su precio es de 3.280 €. Longines nos señala que cada unidad estará numerada, aunque no creemos que corresponda a una edición limitada.