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Louis Vuitton Voyager Flying Tourbillon “Poinçon de Genève” Plique-à-jour

Bajo el interminable nombre de Voyager Flying Tourbillon “Poinçon de Genève” Plique-à-jour, Louis Vuitton nos presenta un excepcional reloj que lleva los trabajos artísticos a la vanguardia.

Louis Vuitton nos presenta la última pieza nacida de su manufactura «La Fabrique du Temps», el Voyager Flying Tourbillon “Poinçon de Genève” Plique-à-jour. Este extensísimo nombre no es muy práctico pero nos lo dice todo, incluso características como la referencia al Sello de GInebra que nunca había visto en la denominación de un reloj.

Dejando de lado cuestiones de «naming», como cualquier pieza salida de esta manufactura, no podemos esperar otra cosa que una creación excepcional. El carácter de este reloj es claramente vanguardista, término aplicable tanto a su caja como a su esfera, la gran protagonista de este Vuitton.

Louis Vuitton Voyager Flying Tourbillon “Poinçon de Genève” Plique-à-jour - case

La caja del Voyager Flying Tourbillon está realizada en platino y oro blanco. Sus dimensiones son de 41 milímetros de diámetro por 11.68 mm de grosor. La geometría de esta caja, que ya conocíamos de anteriores versiones del Voyager, podría calificarse como de tonel, pero con las muchas particularidades que ha creado los diseñadores de «La Fabrique du Temps» de Louis Vuitton.

Probablemente, el rasgo geométrico que le otorga mayor personalidad es la fuerte caída de la superficie inclinada del perímetro de su carrura, que va desde el bisel a la base de la caja. Este tipo de diseño fue bastante común en la década de los 70 y fue utilizado por alguno de los relojes icónicos nacidos en dicho periodo. Otro elemento muy especial es el atípico bisel, que sigue la geometría redonda de la carrura, salvo a la altura de las 3 y las 9, donde se extiende siguiendo la pendiente de este elemento. Aunque en su comunicado no se especifica, deduzco que el bisel, con acabado satinado, está realizado en oro blanco, mientras que la carrura y el fondo de la caja recurren al platino, esta vez con acabado pulido.

Louis Vuitton Voyager Flying Tourbillon “Poinçon de Genève” Plique-à-jour - dial

A pesar del cuidado y original diseño de la caja, es en la esfera donde se expresan todos los rasgos identitarios de este Voyager Flying Tourbillon. En ella encontramos una decoración de evidente estética vanguardista, pero lo trascendente no es el qué sino el como. Y el como también se especifica en el nombre del reloj; Plique-à-jour. La traducción de este término tendría un significado equivalente a «dejar entrar la luz», lo que expresa a la perfección lo que transmite la esfera de este Louis Vuitton; transparencia.

En realidad no sería descabellado calificar a este reloj como «esqueleto» ya que el efecto es el mismo que en un reloj clásico de este tipo. La gran diferencia es que el concepto histórico de reloj esqueleto se basaba en adelgazar al máximo los puentes del movimiento y así obtener transparencia a través de los espacios libres entre ellos, este Vuitton persigue el mismo efecto mediante una técnica artesana muy especial.

Louis Vuitton Voyager Flying Tourbillon “Poinçon de Genève” Plique-à-jour - esmalte translúcido

Primariamente, la técnica Plique-à-jour es una modalidad del esmaltado, que también recibe el nombre de esmalte vítreo. La gran peculiaridad de esta técnica es que el esmalte no se soporta mediante una base opaca, por tanto no hay nada que impida el paso de la luz a través de él. De hecho, traducido a un minúsculo tamaño, es lo mismo que podemos apreciar en muchas obras artísticas del Art Nouveau francés. Técnicamente, su realización es similar a la del esmalte cloisonné, en el que se aplican los pigmentos en celdas que son las que en conjunto dibujan el motivo decorativo. En la esfera del Voyager Flying Tourbillon Plique-à-jour, este motivo decorativo está basado en la V de Vuitton, una figura geométrica que se repite a distintos tamaños y que crea las celdas donde se aplicará el esmalte con distintos tonos de azul.

Aplicar esmalte requiere de una base sobre la que hacerlo, es una ley física, lo que parece contradecir la futura transparencia. La clave para que así no sea es que la superficie sobre la que se aplica el esmalte se extrae o se diluye después de la cocción, cuando el esmalte ya se ha solidificado. Esta técnica complica aun más el proceso del esmaltado y la consecuencia es el elevado número de piezas que se deben desechar por rotura o deterioro.

Louis Vuitton Voyager Flying Tourbillon “Poinçon de Genève” Plique-à-jour - caseback

La V de Vuitton también es la figura sobre la que se ha basado el diseño de los puentes del movimiento, algo que se aprecia a la perfección observándolos a través del cristal de zafiro del fondo de la caja. Se trata del calibre LV 104, un extraordinario movimiento de carga manual que ofrece la alta complicación de tourbillon volante. Como suele ser habitual, este ingenio mecánico se muestra con todo su esplendor a través de la apertura de la esfera ubicada a la altura de las 6 horas, sostenido de nuevo por un puente en forma de V.

En definitiva, estamos ante una verdadera obra de arte mecánica de pulsera. Un reloj en el que se reúne una altísima complejidad mecánica con una técnica artesana de igual complejidad. Como era de esperar de una firma como Louis Vuitton, todo ello se presenta bajo un diseño original que, a pesar de lo llamativo del resultado, nunca cae en estridencias ni en vulgaridades. El precio del Voyager Flying Tourbillon “Poinçon de Genève” Plique-à-jour solo se facilitará bajo consulta previa, pero obviamente se expresará con 6 cifras.