Lanzado en el mes de diciembre de 2012, el HM5 en su versión original representa la última de las incorporaciones a la serie de las Horological Machines de MB&F. Aunque bajo ningún concepto pueda considerarse a ninguna de las piezas de la serie como de convencional en ninguno de los aspectos, dada la construcción y ciertas características implementadas en este guardatiempos, probablemente podría ser considerado como el más atípico de los HM.
Poco antes de que se cumpliera el primer año del lanzamiento del primogénito de los HM5, en noviembre de 2013 una segunda versión vería la luz, esta vez albergado en el interior de una caja manufacturada en oro rojo. Ahora, justo antes de iniciar el último trimestre de este 2014, MB&F anuncia la que será la tercera versión de este «setentero» reloj, esta vez en la modalidad que comúnmente solemos conocer en relojería como «all black»: el HM5 CM.
Sin lugar a dudas, las más convencional de las formas de convertir la caja de un guardatiempos en un «all black» es mediante la aplicación del tratamiento PVD sobre la base manufacturada en acero o titanio. Pero existen dos motivos por los cuales el nuevos HM5 CM no podía hacer uso de este método. El primero de ellos radica, precisamente, en que se trata del más convencional y extendido entre las manufacturas para conseguir el ansiado negro en sus cajas, y MB&F puede ser muchas cosas, pero no convencional. El segundo motivo tiene un sentido muchísimo más práctico y radica en los arañazos que puede recibir la caja de un reloj y que hacen que se desprenda el tratamiento PVD quedando el material de base sobre el que se había aplicado a la vista con el desagradable contraste que produce. El factor riesgo de arañazos es, si cabe, más importante en el HM5 dada la gran superficie de la caja que está ocupada por el metal que corresponda a la fabricación de la caja.
Así pues, únicamente existe una manera de evitar el contraste provocado por los arañazos, y no es otra que la de utilizar un material que sea negro de manera homogénea, en su totalidad y no únicamente en su superficie externa. Pero este material, para ser susceptible de ser utilizado en la fabricación de la caja de un reloj debía reunir una serie de requisitos innegociables: que se pudiera pulir y ser sometido a un acabado como si de un metal se tratara, que tuviera una composición sólida y compacta como un metal y que tuviera una dureza similar a la del acero. Los objetivos estaban claros, aunque también el problema: este material no existía. Nada más lejos que de suponer un obstáculo que provocara el cese en el empeño de la empresa de MB&F en esta búsqueda, procedieron a “encargarlo” a un especialista. 18 meses después nacía el CarbonMacrolon.
Este nuevo material debe su origen al policarbonato Makrolon® introducido por Bayer en 1963. Prácticamente irrompible rápidamente encontró una gran variedad de aplicaciones en las que era de vital importancia su utilización como la fabricación de CD’s, carcasas sumergibles para cámaras fotográficas, dispositivos médicos, lentillas, gafas de sol, fundas de ordenadores portátiles, alas de avión y componentes de fuselaje de los jets así como en los parabrisas de los helicópteros. El abanico era, sin lugar a dudas, muy ancho y las actividades en él comprendidas iban desde las más convencionales hasta las más tecnológicas. Gracias a su elevada estabilidad dimensional, su excelente resistencia al calor, su facilidad de moldeado, su prolongada vida útil y la posibilidad de ser reutilizado de manera sostenible, el Makrolon® se convirtió en uno de los termoplásticos más versátiles inventados hasta el día de hoy.
Partiendo del principio del Makrolon®, el CarbonMacrolon ha sido desarrollado de manera específica para MB&F y responde a un material compuesto formado por una matriz polimérica de antracita inyectada con nanotubos de carbono que le aportan resistencia y rigidez. Estos nanotubos de carbono ofrecen una fuerza de tensión y dureza superiores a las de la fibra de carbono tradicional. Las principales características del material resultante son la robustez, el color negro homogéneo, un peso elevado y la capacidad de ser pulido y recibir acabados como si de un metal se tratara.
Producido en una Edición Limitada a 66 unidades, el nuevo HM5 CM respeta el resto de características morfológicas y mecánicas de sus antecesores siendo las dimensiones de la caja de unos generosos 51,5 x 49 x 22,5 mm con un contenedor interno que presenta un valor de estanqueidad al agua de 3 bares durante 90 minutos. El movimiento mecánico de remonte automático albergado en el interior de este guardatiempos, desarrollado por Jean-François Mojon y Vincent Boucard de Chronode y accionado por un tren de engranajes de Sowind, sigue oscilando a una frecuencia de 28.800 alternancias por horas (4 Hz) y presentando una reserva de marcha de 42 horas. En esta ocasión y acompañando al nuevo material como principal rasgo distintivo de esta versión respecto de sus predecesoras, la masa oscilante adquiere un color púrpura en sustitución del anterior oro rojo.
