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Como probablemente ya habréis observado, agosto no es precisamente un mes de mucha actividad en el sector de la Alta Relojería. Es más, se podría asimilar al período de hibernación de ciertas especies pero justo en la estación contraria. La actividad queda marcadamente aletargada justo antes de que, en la mayoría de los casos, se inicie la llegada al mercado de muchos de los modelos presentados en las dos grandes ferias del sector – SIHH y Baselworld – así como los preparativos para la ya no tan lejana campaña de Navidad.

No obstante, siempre hay excepciones que confirman la regla, aunque en este caso con cierta decepción por mi parte. Y me explico. No es nada extraño tratar como novedad la presentación de ciertos guardatiempos que, en realidad, consisten tan sólo en pequeñas modificaciones sobre modelos ya existentes de las distintas manufacturas. Ya estamos acostumbrados a la multitud de variantes que han sobreexplotado a ciertos relojes, inicialmente algunos verdaderos iconos del panorama relojero, como el Royal Oak Offshore de Audemars Piguet o el Big Bang de Hublot.

Lo que no alcanzo a comprender, quizás por mi ya manifestada admiración en repetidas ocasiones por la firma MB&F, es la necesidad de esta manufactura en dar a luz a un modelo exactamente idéntico a su precursor. Tan sólo se me ocurre un motivo, más aún cuando se trata de una edición limitada a 10 piezas fabricada en exclusiva y tan sólo disponible desde el website The Hour Glass, el económico.

Sea como sea, lo que queda patente es que el nuevo, y exclusivo, HM3 Poison Dart Frog hereda todas y cada una de las excelencias de su precursor: el Horological Machine No3 Frog. Puesto que sobre este guardatiempos y su calibre ya os hablé de manera extensa en el correspondiente artículo hace ya algunos meses, me limitaré a enumeraros las diferencias existentes entre el HM3 Frog y esta su nueva versión que toma como motivo de diseño los colores de la especie de rana venenosa Dendrobates Leucomelas, más conocida como Poison Dart Frog.

Todas estas diferencias las encontramos en el plano de diseño estético del guardatiempos, es más, se limitan a los acabados de algunos de sus componentes: caja manufacturada en circonio con tratamiento PVD en color negro, y rotor y tornillos de sujeción de la caja en oro amarillo de 22 K con el simple objetivo de emular la cromaticidad del comentado anfibio.

Y como diría Bugs Bunny, eso es todo amigos. Esperemos, por el bien de la Alta Relojería, que las Horological Machines de Maximilian Büsser no sigan estas tediosas tendencias, en mi opinión carentes de todo sentido, y que continúen con el camino apuntado desde su origen: esculturas tridimensionales innovadoras que, además, dan la hora.

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POR   

Ingeniero Técnico Industrial, de formación electrónica con pasión por la micro-mecánica. Co-fundador y editor de Watch-Test. En mi trabajo y en la vida tengo una máxima: Las cosas hay que explicarlas de manera que se entiendan. De lo contrario, el esfuerzo es en vano.

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