Si bien es cierto que el verdadero protagonista de MB&F durante la pasada edición de Baselworld fue Melchior, un reloj de sobremesa difícil de definir en pocas líneas y sobre el que os debemos el artículo correspondiente, fue precisamente entonces cuando tuvimos el privilegio de tener en nuestras manos el nuevo Legacy Machine 101 Frost. A riesgo de ser reiterativo, me veo en la necesidad de insistir en la indescriptible infinidad de recursos de la que MB&F hace gala en cada una de sus nuevas creaciones y en la asombrosa exquisitez en la que desembocan. Hubiéramos podido pensar que se nos habían acabado los elogios cuando, en 2014, os hablábamos del LM 101 con motivo de su lanzamiento. Lo cierto es que, personalmente, únicamente se me ocurre calificar a este Legacy Machine 101 Frost combinando los términos belleza, sencillez e insultante. Sí, la nueva incorporación a la serie de las Legacy Machine es de una belleza y sencillez insultantes.
Aunque ya habéis visto la imagen de cabecera del artículo, a tenor del primer párrafo más de uno podría pensar que el nuevo LM 101 Frost incorpora un número considerable de modificaciones sobre su predecesor. Nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que únicamente existe una variación y es a nivel estético: la que nos encontramos en el acabado aplicado a la esfera del reloj que es, en realidad, la platina base del movimiento y que se define como «escarchado», del término inglés «frosted». La invención de este tipo de acabado se le atribuye a un ilustre personaje de sobras conocido por todos los aficionados a la relojería. Una vez más, el nombre de Abraham-Louis Breguet aparece en los anales de la historia cuando, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX desarrolló este tipo de acabado orientado, por aquel entonces, a proteger las esferas y los movimientos de la temida oxidación tan común en aquellos tiempos.
Originalmente, el acabado escarchado se conseguía tratando los componentes con mezclas de distintos ácidos sobre las que se aplicaba directamente el calor de una llama. Progresivamente, y debido a los peligros implícitos que el manejo de estos ácidos suponía, aparecieron métodos alternativos con resultados más eficaces. Entre estos métodos sustitutivos se contaba el de cepillar delicadamente la superficie con un cepillo de alambre. La dificultad de este procedimiento es máxima, hasta tal punto de que hoy en día son muy pocos los artesanos que esgrimen esta habilidad que consiste en bruñir la superficie – comprimir el metal sin eliminar el material – dando lugar a un acabado tan duro que es imposible grabarlo a mano.
Las imágenes hablan por sí solas y poco hay que añadir a la exquisitez que reproducen. El nuevo Legacy Machine 101 Frost respeta la totalidad de los parámetros restantes del primogénito de la serie con una caja cuyas perfectas dimensiones se mantienen en los 40 mm de diámetro por 16 de alto – teniendo en cuenta el sobre-abombamiento del zafiro que cubre la esfera – en dos Ediciones Limitadas a 33 unidades de oro rojo y 18 piezas en … oro amarillo. Este LM 101 Frost es el primer reloj de MB&F en utilizar el oro amarillo en la fabricación de su caja y lo hace de manera que, en mi caso particular en el que me declaro un ferviente no seguidor de esta versión del oro, personalmente la prefiera a la pieza manufacturada en oro rojo.
La espectacular sencillez y mínima expresión de la esfera se mantiene en los dos discos ligeramente abovedados – destinados a albergar las indicaciones de horas y minutos y al indicador de reserva de marcha – de brillo translúcido conseguido gracias al proceso conocido como «laque tendue» consistente en aplicar y calentar múltiples capas de laca para que se estiren sobre la superficie. La fijación por la parte trasera de estas delicadas esferas elimina la necesidad de los habituales tornillos a la vez que dos anillos dorados circunscriben el perímetro de manera elegante otorgando un carácter atemporal al guardatiempos. El centro de atención sigue recayendo sobre el volante suspendido, en acabado rodiado para esta ocasión, de dos arcos gemelos fresados partiendo de un bloque macizo de metal y pulidos a mano.
El calibre del Legacy Machine 101 Frost mantiene las características del LM101 original. Desarrollado íntegramente por MB&F, los acabados y estética de este movimiento mecánico han sido confiados a Kari Voutilainen. Con un total de 229 componentes, el volante oscila a una frecuencia de 18.000 alternancias por hora ofreciendo una reserva de marcha de 45 horas gracias a un único barrilete.