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Visita a MB&F. La galería.

Y la esperada segunda visita del miércoles. Una vez finalizada la gratificante experiencia vivida en la manufactura de F.P. Journe, dimos un agradable paseo hasta el número 11 de la Rue Verdaine, sede de la recién inaugurada MB&F’s M.A.D. Gallery donde nos esperaba Charris Yadigaroglou, Director de Comunicación de la marca. Una vez más, la acogida que recibimos fue insuperable; exquisita y, a la vez, agradable y en un ambiente realmente acogedor. Sin duda alguna Charris, al que desde aquí quiero agradecer una vez más la atención recibida, sabe cómo hacerte sentir como en casa.

La visita podemos decir que se dividió en dos partes. En primer lugar Charris nos enseñó la galería y nos fue comentando las particularidades, anécdotas y razón de ser de todas y cada una de las creaciones que alberga este espacio. La segunda parte, como no, dedicada por completo a las creaciones relojeras de la marca. Pudimos disfrutar, ver, tocar, … la colección al completo, excepto el HM1. Pero aquí todo tiene su explicación y en este caso, ciertamente es curiosa a la vez que coherente con la filosofía de la marca. Cada uno de los modelos de MB&F está en producción durante un período de 3 a 4 años. Una vez transcurrido este tiempo, sencillamente, deja de manufacturarse. Charris nos explicó que esta política de producción es debida a que MB&F es, y seguirá siendo, una empresa pequeña. De este modo, y puesto que la investigación y desarrollo de un nuevo calibre cada año requiere de una inversión de tiempo más que considerable, no pueden, ni quieren, permitirse el disponer de una colección de guardatiempos extensa dada la logística y número de integrantes de la empresa que ello requeriría.

Os puedo asegurar que las Machines de MB&F son espectaculares y superan de un modo exagerado lo que se desprende de las fotografías. No existen palabras para expresar la sensación que produce tener una de estas piezas en la mano. Me permito la licencia de reafirmar lo que la marca no se cansa de decir: no son relojes, son verdaderas obras de arte en todos los sentidos.

Aunque sobre la galería ya publicamos un artículo hace pocos días, os dejo algunas de las fotos tomadas así como algunos comentarios que considero interesantes.

Las paredes de la galería están decoradas con fotografías de Denis Hayoun de las esculturas realizadas por el escultor suizo Jean Tinguely. Según nos comentó Charris, cuando inauguraron la galería las paredes estaban desnudas. Hayoun visitó la galería y, al observar la excelente iluminación y unas paredes tan vacías, les propuso exponer sus fotografías. Muchos han sido los fotógrafos que, desde entonces, se han puesto en contacto con MB&F para «apuntarse» a lo que se podría llamar su lista de espera para futuras exposiciones. Ciertamente en este espacio todo tiene su razón de ser, de manera que todas las creaciones mostradas en la galería tienen alguna relación con el concepto de MB&F y sus máquinas o esculturas tridimensionales.

A simple vista, puede parecer que la galería tenga cierto aire a exclusividad. Nada más lejos de la realidad. El deseo de MB&F es que todo el mundo se sienta libre de entrar en ella y poder contemplar los objetos expuestos, incluyendo sus relojes. Es más, para acercar las creaciones a todos los bolsillos han incorporado la serie de juguetes de la foto superior. Se trata, como no, de máquinas mecánicas que se ponen en movimiento al calentar el alcohol que se deposita en el interior de los pequeños quinqués plateados funcionando por diferencia de temperaturas. Si observáis la noria que aparece en segundo plano, veréis que está unida mediante a una polea a la máquina situada a su izquierda. Pueden unirse entre ellos para crear conjuntos en movimiento. Su precio oscila alrededor de los 200 euros.

El humanoide de Tatsuya Matsui que os presentábamos en el artículo dedicado a la galería hace algo más que, simplemente, moverse. Está unido a un ordenador e integra una cámara de video oculta de manera que recopila información. A través de la cámara registra la cantidad de personas que se detienen delante del escaparate y por cuánto tiempo lo hacen. Estos datos los analiza conjuntamente con los movimientos que está realizando en ese momento, de manera que «aprende» cuales son los movimientos que a más gente atraen y durante más tiempo. Aquí todo tiene su sentido, aunque éste se encuentre oculto.

Los coches de juguete de la eslovaca Nika Zupanc son una verdadera delícia y están inspirados en el mítico Citroën «Tiburón».

Las lámparas del artista asentado en Berlín, Frank Buchwald son hipnotizantes. Al igual que MB&F, Buchwald identifica a sus creaciones por números. No se trata de series limitadas aunque, debido a que sólo fabrica unas pocas unidades al año, podrían considerarse como tales.

La última incorporación a la galería han sido estas bicicletas de diseño más que curioso y hechas completamente a mano. La de color negro se manufacturó en especial para MB&F.

Para acabar con el paseo por la galería, los relojes del Australiano Marc Newson. ¡Impresionantes! Lo que a simple vista puede parecer un reloj de arena se convierte en un espectáculo para la vista …. y para el oído. El contenido del cristal, soplado al antiguo modo artesanal, no es arena sino microesferas de acero (aunque también los hay con las microesferas de otros materiales). ¿Que de cuántas microesferas estamos hablando? Pues nada más y nada menos que de hasta 7 millones de ellas en el modelo grande (60 minutos). Os puedo asegurar que se distinguen perfectamente. El ruido que provocan al caer desde la parte superior hasta la inferior es asombrosamente relajante y se asemeja al producido por la lluvia. Fijaros en la foto inferior en la curiosa distribución que adoptan las microesferas en la parte superior del reloj.

Al llegar a la zona inferior, y al igual que sucede con las gotas de lluvia, las microesferas rebotan dando lugar a un baile hipnotizante.

La MB&F’s M.A.D. Gallery es un espacio verdaderamente maravilloso donde cada uno sus objetos tiene su razón de ser. Unos nos inducen a viajar a nuestra niñez, mientras los otros nos acercan a un futuro de lo que está por venir. Si viajáis en alguna ocasión a Ginebra, no os la perdáis. Merece la pena.

Para no hacer que el artículo resulte demasiado extenso, dejaremos los guardatiempos para una segunda parte.