En un mercado altamente congestionado por diseños faltos de personalidad propia, MeisterSinger es una de las firmas que ha conseguido adoptar una estética fácilmente distinguibles en todas sus referencias gracias a su singular visualización del tiempo mediante una sola aguja. Con unas medidas de caja entre los 36 y 43 mm de líneas sencillas y fabricadas en acero, los MeisterSinger recurren a un fino bisel y a una nítida esfera siempre asociada a su escala graduada cada cinco minutos con numerales árabes en las doce posiciones horarias. Debido a las características propias, el único pero de este sistema es la escasa precisión con la que podemos leer el tiempo, aunque esto no debería suponer ningún problema para aquellos que no sea importante precisar si son las diez y veintiuno o las diez y veinticuatro.
Como no podía ser de otro modo, la evolución de la marca ha conllevado la implementación de varias complicaciones adicionales: fecha (por ventanilla o circular), día y fecha, segundo huso horario, cronógrafo monopulsante, o la personalmente apreciada hora saltante. Pero no contentos con ello, MeisterSinger nos presenta un guardatiempo ciertamente especial por el diseño de la esfera, el MeisterSinger Benjamin Franklin, que logra solucionar en parte la anteriormente citada falta de precisión de lectura de los minutos… aunque sea a cambio de cierta confusión horaria.
El MeisterSinger Benjamin Franklin es una reproducción de un diseño simple pero curioso, ideado y creado por Ben Franklin, que desarrolló este concepto con su amigo James Ferguson, un astrónomo escocés que también fabricaba instrumentos, publicando el diseño en su trabajo Select Mechanical Exercises alrededor del año1733.
El perímetro de la esfera de color beige marfil se divide en 240 minutos recogidos en cuatro cuartos de 60 cada uno. Cada cuadrante representa tres horas, expresadas en grandes números romanos delimitados por el dibujo de una espiral. El primero contiene las 12, 4 y 8, el segundo representa el 1, 5 y 9, y así sucesivamente. Como era de esperar, la manecilla girará alrededor de la esfera una vez cada cuatro horas. Ahora, la pregunta obvia; si cada cuadrante representa tres horas, ¿cómo sabemos la hora exacta? La respuesta es que no podemos, sin tener una evidente noción de en qué parte del día nos encontramos. Por ejemplo, en la imagen de prensa que nos ha servido MeisterSinger, podemos leer que pueden ser las 12:33, 4:33 o las 8:33, ya sea de día o de noche. Así pues, debemos saber en qué momento del día nos encontramos para poder definir así la hora entre las tres (o seis) posibilidades.
¿Es práctico?. Pues no, no lo es. Su aclamado biógrafo Carl Van Doren, escribió que «Franklin inventó un reloj curioso, económico pero no del todo práctico«. Pero no seamos demasiado duros con el Dr. Franklin. Este diseño fue, probablemente, el resultado de intentar democratizar el reloj entre los colonos americanos mediante la simplificación a un tren de engranajes de tres ruedas. Actualmente, si algún fabricante podía encajar perfectamente con la idiosincracia de este diseño es, sin duda, MeisterSinger.
Si su exterior es realmente único, no podemos decir lo mismo de la parte mecánica. No hay nada malo en recurrir al calibre manual Unitas 6498-1, pero sinceramente creo que ediciones tan limitadas como ésta merecerían un paso adelante e implementar un movimiento propio, tal como MeisterSinger hace con los Circularis y su MSH01. Evidentemente, el 6498-1 ha sido modificado para llevar a cabo una revolución cada 4 horas.
Esta edición especial está limitada a 50 piezas, y aunque su particular diseño no sea ni de lejos el mejor para leer rápida y fácilmente la hora, nos ofrece a cambio un interesante tema de conversación que sorprendería a más de uno de nuestros amigos. Con un precio des 4.000 €, una parte de la recaudación se destinará al Benjamín Franklin Museum ubicado en Filadelfia.