Montblanc 1858 Monopusher Chronograph Origins – la esfera
Es el turno del apartado dedicado a la esfera del 1858 Monopusher Chronograph Origins, que en mi opinión será el más controvertido. Si observamos las imágenes de esta edición y del modelo original, veremos que en todas las indicaciones que se muestran en su esfera, tanto por diseño como por distribución, se ha guardado la máxima fidelidad.
Un detalle a mencionar es la ausencia de cualquier tipo de escala de cronógrafo, ni taquimétrica ni telemétrica, lo que emula el cronógrafo histórico de los años 30 y lo aparta de las anteriores reediciones que antes hemos mencionado, que sí mostraban una escala taquimétrica. Por su parte, el diseño, tamaño y ubicación de las agujas, los índices y los dos subdiales pueden considerarse como prácticamente idénticos al original.
Hasta aquí todo perfecto, pero lamentablemente ahora entramos en dos aspectos discutibles. El primero es común a todos los relojes de la colección 1858 y me refiero que a pesar de ser una gama de relojes que reivindica sus orígenes en los Minerva de principios del siglo XX, en lugar de inscribir dicha marca histórica en la esfera, prefiere mostrar la de Montblanc. Entiendo, aunque no comparta del todo, que por razones de marketing se considere que así se prestigia la firma que detenta todos los derechos actuales e históricos de Minerva.
Lo que ya es más difícil de asimilar es que también se aplique en estas series limitadas, cuya finalidad es replicar con la máxima fidelidad un reloj histórico de Minerva. Mantener la marca Minerva original en la esfera y grabar «By Montblanc» en el fondo de la caja o en la tapa hubiese sido una solución elegante y aceptada.
La segunda anomalía de la esfera tiene el mismo origen. Supongo que se ha querido compensar la ausencia de la marca Minerva en su ubicación natural que son las 12 y en compensación, simétricamente opuesto, a las 6 horas, se ha implementado el primer logotipo de Minerva, creado en el año 1887 cuando se registró la marca. El «problema es que este logotipo, aunque sea el primero, no tiene nada que ver con el que se relaciona a los cronógrafos Minerva de principios del siglo XX, que son los que emulan estos 1858 de Montblanc.
Montblanc 1858 Monopusher Chronograph Origins – el movimiento
Y llegamos al movimiento, que es el corazón y toda la razón de ser de los cronógrafos Minerva. Abrir la tapa es todo un espectáculo porque aparecerá ante nuestra vista uno de los movimientos de cronógrafo más exquisitos y bellos jamás creados. Se trata del calibre MB M16.29, que reproduce el calibre 17-29 que equipaban los cronógrafos Minerva de los años 30. El código de los calibre Minerva es extremadamente fácil de asimilar; los primeros dos dígitos indican el número de lineas (unidad con la que se media el diámetro de los calibres de relojes) y los segundos dos dígitos el año de creación del calibre. Así, este calibre MB M16.29 mide 29 líneas de diámetro y replica el 17-29 creado en 1929.
Se trata de un movimiento de cronógrafo monopulsante de carga manual, con rueda de pilares y embrague horizontal, el esquema de cronógrafo más elegante que existe y el predilecto de todos los grandes coleccionistas. La frecuencia de oscilación de su volante es de 18.000 alternancias por hora y ofrece una generosa reserva de marcha de 50 horas.
Como hemos podido observar en todas las imágenes, el 1858 Monopusher Chronograph Origins solo cuenta con una corona, ubicada en el eje de la corona. Ello se debe a su arquitectura de cronógrafo monopulsante, lo que implica que la secuencia de las operaciones del cronógrafo siempre será lineal. Por ello no podremos detener la medición y volverla a reanudar como permite un cronógrafo de dos pulsadores. La secuencia invariablemente será puesta en marcha, parada y puesta a cero
Además de replicar el esquema técnico del calibre histórico, también lo hace en el aspecto estético. Así, encontramos el característico puente de volante en forma de V que utilizaron los calibres Minerva desde 1912 y la punta de flecha que adorna el extremo de la palanca que controla la rueda de pilares.
Otro rasgo que aporta un atractivo incomparable es el enorme volante y el sistema de cuello de cisne que ajusta su espiral. Estos enormes volantes, que hoy en día han prácticamente desaparecido, aportaban una precisión (regularidad de marcha) que difícilmente, por mucho silicio que se utilice en elementos del órgano regulador, pueden igualar los diminutos volantes que se utilizan hoy en día.
Como no podía ser de otro modo, los acabados y las decoraciones de los componentes de este calibre cumplen con las exigencias exigible en la Alta Relojería auténtica. Ello se aprecia fácilmente en los perfectos achaflanados y pulidos de los cantos de todos los puentes. Además de todo ello, para esta edición «Origin», Montblanc ha realizado una variación en el calibre, consistente en que la platina y los puentes están realizados con alpaca, una aleación de zinc, cobre y níquel que ya utilizaban los calibres históricos Minerva. La alpaca proporciona a los puentes un acabado de una tonalidad ligeramente amarilla.
Montblanc 1858 Monopusher Chronograph Origins – Conclusiones
El Montblanc 1858 Monopusher Chronograph Origins se emitirá en formato de edición limitada y su precio es de 30.500 EUR. Evidentemente se trata de una cifra importante y más con las circunstancias sociales y económicas que envuelven al planeta. No obstante, se trata de una cifra que prácticamente doblan los grandes de la Alta Relojería con sus cronógrafos equivalentes.
Es cierto que estas marcas de la élite solo ofrece la opción de metales nobles en las piezas de esta cagtegoría, pero nadie las ha obligado a ello. Dudo que existan muchos apasionados y coleccionistas que adquieran un cronógrafo monopulsante de este nivel porque su caja está realizad en oro o platino. Más bien pienso lo contrario, que lo hace porque no tienen otra opción… salvo raras excepciones como es este 1858 Monopusher Chronograph Origins. Si además en su esfera leyéramos Minerva, las listas de espera serían tremendas.