Montblanc 1858 Monopusher Chronograph Origins
Montblanc presenta el 1858 Monopusher Chronograph Origins, un cronógrafo de muy altos vuelos que se inspira en el histórico Minerva de los años 30.
En el 2019 hubiésemos denominado este Montblanc 1858 Monopusher Chronograph Origins como novedad pre-SIHH. Ahora, el SIHH se ha transformado en Watches & Wonders y nos asedia el covid, con lo que de momento nada es lo mismo. Por tanto, ahora deberíamos calificar este cronógrafo como de novedad «pre Watches & Wonders 2021«.
Esta novedad pertenece a la colección más emblemática de Montblanc, la 1858 y dentro de ella a la gama más elitista; la de aquellos cronógrafos que emulan los Minerva de los años 30 y que se emiten en formato de edición limitada. Al igual que las ediciones anteriores, en su interior equipa el calibre MB M16.29, que también emula el 19-09CH histórico y que es su signo distintivo.
El primer Montblanc 1858 que repliacaba los cronógrafos Minerva de los años 30 fue el 1858 Chronograph Tachymeter que se desveló en al SIAR del 2015 (artículo). Se trataba de un cronógrafo con caja de oro rojo que utilizaba el mismo calibre MB M16.29 que veremos en este «Origins».
Llegamos al 2016 y durante el salón SIHH ginebrino Montblanc presenta una edición limitada de este reloj con caja de acero y esfera azul. Durante el SIHH del 2017 se presenta otra edición de este cronógrafo monopulsante, ahora con caja de bronce y esfera champán (artículo).
Durante estos últimos años parecía que Montblanc había refrenado su ímpetu en el lanzamiento de ediciones limitadas equipando el calibre MB M16.29 y ahora nos sorprende con este 1858 Monopusher Chronograph Origins. Si bien comparte muchas de sus características con los cronógrafos que acabamos de mencionar, se diferencia de ellos por otras que le convierten en la más fiel de estas réplicas de los originales de 1930. Vamos a verlas por partes.
Montblanc 1858 Monopusher Chronograph Origins – la caja
SI habéis observado la imagen anterior, ya habréis deducido la novedad más importante que aporta este 1858 Monopusher Chronograph Origins. En dicha imagen este nuevo 1858 está emplazado al lado del Minerva original de los años 30 y se aprecia que sus tamaños son idénticos. Efectivamente, este Monopusher recurre a una caja de 46 milímetros de diámetro, un tamaño igual que el Minerva original y superior a los 44 mm de todas las versiones anteriores de los cronógrafos 1858 con el calibre 16-29.
Sin duda, 46 milímetros de diámetro es un tamaño que excede lo razonable desde el punto de vista ergonómico, pero no olvidemos que estamos ante un reloj cuya principal finalidad es parecerse al máximo al cronógrafo histórico que emula. Por tanto, este diámetro no está tan solo justificado sino que hará felices a los coleccionistas y apasionados de Minerva y de Montblanc. El material que ha elegido Montblanc para elaborar esta caja es una aleación de bronce y en ella se alternan los acabados pulidos y satinados.
Además de su tamaño, la segunda gran peculiaridad de su caja es la tapa trasera tipo «officier», que se abre y cierra mediante una bisagra ubicada en la parte superior, a la altura de las 12 horas. Esta tapa trasera está realizada con titanio al que se aplica un revestimiento de bronce.
En su exterior se ha grabado la cabeza de la diosa Minerva. Para lograr el efecto tridimensional deseado, Montblanc recurre a una avanzada técnica de grabado mediante láser, que se utiliza tanto para crear el relieve del grabado como para posteriormente aplicarle los distintos acabados pulidos o satinados.
Según el comunicado de Montblanc, la última fase para reproducir el rostro de la diosa Minerva es, y cito textualmente; «La última fase es la coloración. Los colores se crean por oxidación generada por láser. Se obtiene el color final deseado según el grado de oxidación». Aquí, el problema es que Montblanc no ha proporcionado ninguna imagen donde podamos ver el la parte exterior de la tapa, con lo que no tengo ni idea de cuales son los colores ni de cuál es el resultado final. Solo disponemos del boceto monocromo que podéis ver encima de estas lineas.
El grabado no se limita al exterior de la tapa sino que también lo encontramos en su interior. Así, al abrirla podemos leer la inscripción «Réédition du chronographe militaire Minerva des années 1930 doté d’un calibre fait main dans la pure tradition horlogère suisse», cuya traducción sería: «Reedición de un cronógrafo militar Minerva de los años 1930 dotado de un calibre hecho a mano conforme a la más pura tradición relojera suiza»
En el perímetro del fondo de la caja podemos ver, también grabados, los habituales códigos e inscripciones referentes al material empleado, a la referencia de este modelo, a su hermeticidad y al número individual de producción.
Montblanc 1858 Monopusher Chronograph Origins – la esfera
Es el turno del apartado dedicado a la esfera del 1858 Monopusher Chronograph Origins, que en mi opinión será el más controvertido. Si observamos las imágenes de esta edición y del modelo original, veremos que en todas las indicaciones que se muestran en su esfera, tanto por diseño como por distribución, se ha guardado la máxima fidelidad.
Un detalle a mencionar es la ausencia de cualquier tipo de escala de cronógrafo, ni taquimétrica ni telemétrica, lo que emula el cronógrafo histórico de los años 30 y lo aparta de las anteriores reediciones que antes hemos mencionado, que sí mostraban una escala taquimétrica. Por su parte, el diseño, tamaño y ubicación de las agujas, los índices y los dos subdiales pueden considerarse como prácticamente idénticos al original.
Hasta aquí todo perfecto, pero lamentablemente ahora entramos en dos aspectos discutibles. El primero es común a todos los relojes de la colección 1858 y me refiero que a pesar de ser una gama de relojes que reivindica sus orígenes en los Minerva de principios del siglo XX, en lugar de inscribir dicha marca histórica en la esfera, prefiere mostrar la de Montblanc. Entiendo, aunque no comparta del todo, que por razones de marketing se considere que así se prestigia la firma que detenta todos los derechos actuales e históricos de Minerva.
Lo que ya es más difícil de asimilar es que también se aplique en estas series limitadas, cuya finalidad es replicar con la máxima fidelidad un reloj histórico de Minerva. Mantener la marca Minerva original en la esfera y grabar «By Montblanc» en el fondo de la caja o en la tapa hubiese sido una solución elegante y aceptada.
La segunda anomalía de la esfera tiene el mismo origen. Supongo que se ha querido compensar la ausencia de la marca Minerva en su ubicación natural que son las 12 y en compensación, simétricamente opuesto, a las 6 horas, se ha implementado el primer logotipo de Minerva, creado en el año 1887 cuando se registró la marca. El «problema es que este logotipo, aunque sea el primero, no tiene nada que ver con el que se relaciona a los cronógrafos Minerva de principios del siglo XX, que son los que emulan estos 1858 de Montblanc.
Montblanc 1858 Monopusher Chronograph Origins – el movimiento
Y llegamos al movimiento, que es el corazón y toda la razón de ser de los cronógrafos Minerva. Abrir la tapa es todo un espectáculo porque aparecerá ante nuestra vista uno de los movimientos de cronógrafo más exquisitos y bellos jamás creados. Se trata del calibre MB M16.29, que reproduce el calibre 17-29 que equipaban los cronógrafos Minerva de los años 30. El código de los calibre Minerva es extremadamente fácil de asimilar; los primeros dos dígitos indican el número de lineas (unidad con la que se media el diámetro de los calibres de relojes) y los segundos dos dígitos el año de creación del calibre. Así, este calibre MB M16.29 mide 29 líneas de diámetro y replica el 17-29 creado en 1929.
Se trata de un movimiento de cronógrafo monopulsante de carga manual, con rueda de pilares y embrague horizontal, el esquema de cronógrafo más elegante que existe y el predilecto de todos los grandes coleccionistas. La frecuencia de oscilación de su volante es de 18.000 alternancias por hora y ofrece una generosa reserva de marcha de 50 horas.
Como hemos podido observar en todas las imágenes, el 1858 Monopusher Chronograph Origins solo cuenta con una corona, ubicada en el eje de la corona. Ello se debe a su arquitectura de cronógrafo monopulsante, lo que implica que la secuencia de las operaciones del cronógrafo siempre será lineal. Por ello no podremos detener la medición y volverla a reanudar como permite un cronógrafo de dos pulsadores. La secuencia invariablemente será puesta en marcha, parada y puesta a cero
Además de replicar el esquema técnico del calibre histórico, también lo hace en el aspecto estético. Así, encontramos el característico puente de volante en forma de V que utilizaron los calibres Minerva desde 1912 y la punta de flecha que adorna el extremo de la palanca que controla la rueda de pilares.
Otro rasgo que aporta un atractivo incomparable es el enorme volante y el sistema de cuello de cisne que ajusta su espiral. Estos enormes volantes, que hoy en día han prácticamente desaparecido, aportaban una precisión (regularidad de marcha) que difícilmente, por mucho silicio que se utilice en elementos del órgano regulador, pueden igualar los diminutos volantes que se utilizan hoy en día.
Como no podía ser de otro modo, los acabados y las decoraciones de los componentes de este calibre cumplen con las exigencias exigible en la Alta Relojería auténtica. Ello se aprecia fácilmente en los perfectos achaflanados y pulidos de los cantos de todos los puentes. Además de todo ello, para esta edición «Origin», Montblanc ha realizado una variación en el calibre, consistente en que la platina y los puentes están realizados con alpaca, una aleación de zinc, cobre y níquel que ya utilizaban los calibres históricos Minerva. La alpaca proporciona a los puentes un acabado de una tonalidad ligeramente amarilla.
Montblanc 1858 Monopusher Chronograph Origins – Conclusiones
El Montblanc 1858 Monopusher Chronograph Origins se emitirá en formato de edición limitada y su precio es de 30.500 EUR. Evidentemente se trata de una cifra importante y más con las circunstancias sociales y económicas que envuelven al planeta. No obstante, se trata de una cifra que prácticamente doblan los grandes de la Alta Relojería con sus cronógrafos equivalentes.
Es cierto que estas marcas de la élite solo ofrece la opción de metales nobles en las piezas de esta cagtegoría, pero nadie las ha obligado a ello. Dudo que existan muchos apasionados y coleccionistas que adquieran un cronógrafo monopulsante de este nivel porque su caja está realizad en oro o platino. Más bien pienso lo contrario, que lo hace porque no tienen otra opción… salvo raras excepciones como es este 1858 Monopusher Chronograph Origins. Si además en su esfera leyéramos Minerva, las listas de espera serían tremendas.