Visto el pasado martes el espectacular y complejo Metamorphosis II presentado por Montblanc durante el pasado Watches & Wonders, es el momento de hablar de otra de las interesantes piezas que la manufactura de Le Locle desveló en este salón asiático que vive en este 2014 su segunda, y por lo visto exitosa, edición. La Colección Nicolas Rieussec es una de las históricas en el catálogo de Montblanc y todos los guardatiempos que la integran rinden homenaje al famoso relojero del cual hereda su nombre. Sin lugar a dudas, cualquier reloj que forma parte de esta colección es fácilmente identificable desde la distancia por el principal rasgo que lo define y en el que precisamente radica el homenaje a Rieussec: la disposición descentrada del dial de horas y minutos y la peculiar construcción de los contadores del crono en la que las agujas carecen de movimiento y son los discos que incorporan las escalas los que giran para indicar los segundos transcurridos, a la izquierda, y los minutos a la derecha.
Con esta nueva pieza de la Colección, a la que Montblanc decide bautizar como Homage to Nicolas Rieussec Special Edition, el tributo al relojero va un poco más allá y, por primera vez en la historia de esta serie de relojes, las agujas del cronógrafo reproducen de manera exacta a las del dispositivo que, en 1821, le valió a Rieussec convertirse en el poseedor de la primera patente de cronógrafo del mundo.
Aunque probablemente no sea la primera vez que leáis sobre este tema, nunca está de más recordar etapas históricas de la relojería en las que se gestaron muchos de los mecanismos que hoy en día siguen albergando los relojes actuales. Además, hablar del origen del cronógrafo ayuda a exponer la diferencia existente con otro término de relojería erróneamente utilizado en muchas ocasiones: cronómetro.
Todo comenzó cuando, en 1821, Nicolas Rieussec, relojero de la corte francesa, desarrolló un dispositivo que permitiera medir de manera fiable los tiempos de cada uno de los participantes de las carreras de caballos de aquella época. Este dispositivo, cuya imagen acompaña a estas líneas, se ponía en marcha mediante un pulsador al mismo tiempo que sonaba el disparo que daba inicio a la carrera. En ese momento dos discos esmaltados en blanco empezaban a girar: uno de ellos calibrado para efectuar un giro cada 60 segundos y el otro para hacerlo en 30 minutos. Cada vez que uno de los caballos participantes cruzaba la meta, el responsable de manipular el equipo, pulsaba el segundo de los botones ubicados en la caja. A cada una de estas pulsaciones, la pieza central en forma de rombo ubicada entre los dos discos descendía por un instante. Esta pieza, que en sus extremos albergaba dos pequeños depósitos de tinta, depositaba de este modo una marca sobre cada uno de los discos de manera que, consultando en la escala de cada uno de ellos, era posible conocer con precisión el tiempo empleado por cada caballo en realizar el recorrido.
Por su principio de funcionamiento, Rieussec decidió bautizar su creación con el nombre de «cronógrafo» uniendo dos términos griegos que lo definían a la perfección: «chronos» (tiempo) y «graphos» (escritura). Al fin y al cabo esta combinación de términos era lo que realmente hacía el dispositivo «escribir el tiempo». En 1822, la Academia de las Ciencias de París concedió la patente por este dispositivo a Rieussec, patente que supondría el primer cronógrafo del mundo.
La pieza que Montblanc presenta en el W&W asiático de este 2014 basa su diseño en el máximo respeto a la escala cromática y a la morfología de las agujas del instrumento original, a la vez que implementa tecnologías y materiales innovadores que sirven de nexo entre el siglo XIX y el XXI. Como era presumible dado el carácter «homage» de esta edición, se producirá en dos series limitadas a 30 unidades en caja de oro rojo – con un precio de venta recomendado de 27.400 € – y 100 en caja de acero, con un espectacular precio desde mi personal punto de vista de 9.200 €, en ambos casos con unas dimensiones de 43 mm de diámetro por 14,8 de altura y un valor de estanqueidad al agua de 3 bar. Como únicos elementos de manipulación encontramos a las 3 la majestuosa corona acanalada con el emblema de la manufactura en el cabujón acompañada del actuador del cronógrafo monopulsante a las 8, posición inmejorable para poder accionarlo con el dedo pulgar. Apoyad la mano derecha sobre la izquierda y comprobaréis cuál es la posición natural que adopta este dedo.
El dial de esta Edición Especial Homage to Nicolas Rieussec respeta el ADN de la colección incorporando algunos detalles que honran la tradición original de la pieza combinados con otros que resultan una demostración de técnicas completamente innovadoras. Como protagonista absoluto del hemisferio superior encontramos al disco responsable de albergar las indicaciones de horas y minutos, acompañadas de un segundo huso horario. Las agujas tienen forma de hoja en los tres casos y se distinguen por su construcción. Las de horas y minutos están manufacturadas en oro rojo con la parte interna cubierta de Super-LumiNova en la versión en caja de oro rojo, en tanto que la versión en caja de acero sustituye el oro por el acero pavonado y su peculiar color azulado. En ambos casos, la manecilla responsable de la indicación del segundo huso horario es de acero, pulida a espejo y esqueletizada. Con el único objeto de mantener fiel la apariencia del guardatiempos al dispositivo original, la escala de este subdial no incorpora numerales horarios, sino que a la escala minutera del tipo ferrocarril transferida en negro, se le añade un segundo círculo concéntrico de diámetro ligeramente superior sobre el que se prolongan las líneas en las posiciones múltiplos de cinco minutos, en rojo y acompañadas de discretos numerales arábigos en este mismo color para las posiciones múltiplos de diez. Así pues, la legibilidad de las indicaciones es fácil y no presenta dificultad alguna.
Pero las particularidades de este pequeño disco no acaban en su fidelidad al diseño original sino que se extienden a una técnica innovadora exclusiva de Montblanc por la que se ha manufacturado tomando como punto de partida un material híbrido de la cerámica impregnado con un pigmento al que la manufactura decide bautizar como «Mysterious Super-LumiNova» y que permite que en la oscuridad aparezcan los numerales arábigos horarios con la tipología habitual de la Colección Rieussec. En el mismo tono cromático que estos numerales se revelan también el interior de las agujas de horas y minutos, dos delgadas líneas horizontales en cada una de las dos mitades del rombo que hace las veces de agujas para los contadores del crono y, finalmente, la superficie interna de la silueta del caballo al galope – en negro – situada en la base del disco. Esta silueta representa un guiño a la carrera hípica que tuvo lugar en el Campo de Marte de París en septiembre de 1821, evento en el que el instrumento de Rieussec se utilizó por primera vez.
Sobre el mismo eje vertical de la esfera y por debajo del disco de horas y minutos encontramos el que probablemente sea el detalle que más diferencia estéticamente a esta edición especial del resto de sus compañeros de catálogo. Aunque los anteriores guardatiempos ya implementaban el sistema de agujas fijas con discos rotatorios para los dos contadores del crono – 60 segundos a la izquierda y 30 minutos a la derecha – los brazos que soportaban a ambas agujas tenían forma de «U» y ambas quedaban apuntando a las 12. En esta ocasión y manteniéndose fiel al cien por cien al diseño original, Montblanc reproduce la pieza romboédrica de color azulado que antaño portaba los pequeños depósitos de tinta de manera que las figuradas agujas apuntan a las 9 y a las 3. Del mismo modo, los dos discos responsables de alojar las escalas sobre las que se apoya la lectura del cronógrafo están también inspirados en el diseño y cromatografía del dispositivo original.
La superficie de la esfera principal de este Nicolas Rieussec presenta un acabado «grainé» ofreciendo un contraste ciertamente atractivo con la apariencia esmaltada de los discos de horas y minutos y contadores del crono. Finalmente y para acabar con las indicaciones que podemos encontrar en la esfera de este cronógrafo, a ambos lados del disco horario y por encima de los discos giratorios del crono encontramos dos aberturas responsables de albergar un indicador día/noche a la izquierda y un fechador a la derecha.
La trasera de esta pieza no es menos atractiva que su anverso, ya que el cristal de zafiro que monta y que incorpora el grabado de la misma silueta del caballo al galope que el dial horario así como la leyenda «PARIS · SEPTEMBER 1 – 1821», permite ver el movimiento mecánico albergado en su interior, el Calibre de remonte automático MB R200 con la rueda de pilares como órgano de gobierno del cronógrafo y el embrague vertical como método de acoplamiento. La frecuencia de oscilación del volante es de 28.800 alternancias por hora y la reserva de marcha disponible de 72 horas gracias al doble barrilete montado. En ambas versiones, la correspondiente a la caja de oro rojo y la de acero, la correa es de piel de aligátor en color negro con cierre del tipo hebilla coincidiendo con el material de la caja.
