Sin lugar a dudas y por lo que a mí respecta, Montblanc fue una de las manufacturas más destacadas durante la celebración del pasado SIHH principalmente gracias a la presentación de su Colección Meisterstück Heritage. Diseños exquisitos, excelente mecánica y una relación calidad precio difícil de igualar. Bien, parece que, de entrada y aunque desconocemos el motivo del curioso cambio, Montblanc ha decidido que, a partir de 2015, la Colección Meisterstück Heritage, cuyo nombre rendía homenaje al 90º Aniversario del lanzamiento de su pluma Meisterstück, pase a denominarse Colección Heritage Spirit. Sea como sea y bajo el nombre que la manufactura decida, todo apunta a que 2015 será una proyección de lo iniciado el mes de enero de este año y que la marca está decidida a continuar con su política en el mundo de la Alta Relojería basada en la tradición y altos estándares de calidad a unos precios realmente asequibles gracias a las versiones en caja de acero. Para abrir boca, un nuevo integrante de la Meisterstück Heritage o el primero de la Heritage Spirit según se mire: Montblanc Heritage Spirit Orbis Terrarum.
Con el lanzamiento de esta nueva pieza Montblanc añade la complicación de horas mundiales a las existentes en la colección – un cronógrafo monopulsante, un calendario perpetuo, un indicaciones de las fases de la luna y, finalmente, un solo hora con indicación de la fecha – y lo hace de una manera atractiva mediante la utilización de una práctica conocida antaño como «Montres à eclipses» consistente en implementar diales con varios estratos de manera que puedan alterar su estética e incluso la función albergada. A los seguidores de la marca no les sonará como algo nuevo y, probablemente, recordarán piezas en las que Montblanc recientemente ha utilizado esta técnica como el Metamorphosis II de 2014 o el Rieussec Rising Hours de 2012.
Una vez más y muy acertadamente en mi opinión personal, Montblanc decide lanzar este guardatiempos en versiones de caja de acero y oro rojo. Esta simple pero importante decisión permite que el precio de adquisición de la pieza se pueda disminuir hasta prácticamente la mitad. También repite en lo que a lo contenido de sus dimensiones se refiere con un diámetro de 42 mm y una altura de caja de 12 mm. El delgado bisel convexo típico de la colección da una mayor amplitud a la esfera y su acabado pulido contrasta de manera perfecta con el satinado vertical de la carrura que cae verticalmente hasta encontrar el fondo visto de la caja.
Coronada por dos agujas de estilo dauphine y acabado pulido con su eje en el centro, la esfera de este Orbis Terrarum es la verdadera protagonista. Por debajo del cristal de zafiro que cubre el dial encontramos un segundo zafiro pigmentado en color azul claro para representar el océano y del cual se ha retirado la superficie correspondiente a la silueta de los continentes según se verían desde el Polo Norte. Por debajo de este estrato, un último disco, que gira de manera solidaria con la escala de 24 horas e indicación día-noche, hace que la superficie de los continentes que se encuentran en la zona nocturna en un momento dado se observen sombreados en color oscuro, en tanto que los que quedan ubicados en la zona de día adquieran un color prácticamente blanco. Sin lugar a dudas, además de añadir un atractivo estético más que considerable, este sistema hace mucho más intuitiva la lectura de la franja del día en la que se encuentra una zona determinada del globo terráqueo. Entre el anillo de 24 horas y el centro de la esfera, encontramos el innegociable anillo de ciudades con el nombre de 24 localidades del orbe que responden a los 24 husos horarios.
Al respecto de este anillo de ciudades, comentar que invierte la posición respecto de su funcionamiento convencional en los guardatiempos que incorporan la función de horas mundiales. Para los que no estéis familiarizados con esta complicación, una breve descripción de su funcionamiento. En primer lugar, el nombre de la ciudad que corresponde al huso horario en el que nos encontramos debe llevarse hasta la posición de las 12 (ahí es donde Montblanc invierte la posición ya que es a las 6 donde lleva el huso horario local). En el caso de este Orbis Terrarum este ajuste se realiza gracias al pulsador ubicado en la carrura de la caja a las 8. En segundo lugar, manipulando la corona del reloj, se sincroniza hasta que las agujas de horas y minutos estén en la posición correcta y el disco de 24 horas – que gira de manera solidaria con las agujas – refleje según corresponda la franja diaria (de 06:00 a 18:00) o la nocturna (de 18:00 a 06:00).
De este modo y una vez ajustado, un horas mundiales permite conocer la hora en el lugar en el que estamos gracias a las agujas centrales y la de cualquier lugar del orbe leyendo sobre el disco de 24 horas. Por ejemplo, en la imagen que aparece sobre estas líneas, el portador del reloj estaría ubicado en Londres, donde son las 10:10 PM. Leyendo sobre la escala de 24 horas y apoyándonos sobre el anillo de ciudades, sabemos de manera simultánea que: en México son las 16:10, en Hawaii las 12:00, en Sydney las 08:10 o en Moscú las 2:10.
El corazón que da vida al Heritage Spirit Orbis Terrarum es el Calibre MB 29.20 de remonte automático con una reserva de marcha de 42 horas y una frecuencia de oscilación del volante de 4 Hz. Completa el conjunto una correa en piel de aligátor de color negro con cierre desplegable de triple hoja que puede sustituirse por un armis en acero u oro rojo según la versión de caja escogida. El 2015 de Montblanc promete.
