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Dedicamos la segunda parte del artículo al gran reloj de navegación que completa el conjunto bautizado por Montblanc como Régulateur Nautique.

La navegación en alta mar fue de vital importancia en el desarrollo y la evolución de los métodos de medición del tiempo. En homenaje a esta época de continuo desarrollo Montblanc complementa al nuevo Cronógrafo Regulador de pulsera con un Gran Reloj de Navegación.
Sus dimensiones y los materiales empleados en su fabricación lo convierten, sin lugar a dudas, en un guardatiempos atípico. Con sus 93 cm de altura, 56 cm de diámetro y 120 Kg de peso, descansa sobre una base de granito, latón macizo, aluminio y fibra de carbono.
Su pesada y sólida base posibilita que la estabilidad de este reloj marino sea extremadamente elevada de manera que se mantiene fijo en su posición sea cual sea el habitáculo que lo contenga en tierra firme o alta mar.

La parte del conjunto que corresponde al reloj se puede inclinar en cualquier dirección gracias al sistema cardan que integra en el interior de una jaula de latón niquelado. Incluso cuando el barco se inclina hacia uno de los lados el reloj permanece en posición horizontal e indica la escora de la nave gracias a una flecha que apunta a una escala graduada de 0 a 27 grados. Sobre uno de los puntales que soporta al reloj se ha construido un pequeño sistema de suspensión cardánica destinado a acoger al cronógrafo de pulsera en aquellos momentos que esté fuera de la muñeca del usuario. Al igual que sucede con el gran reloj de navegación, el cronógrafo regulador mantiene siempre su posición horizontal evitando los efectos negativos del denominado “error de centro de gravedad”.

El gran reloj de navegación se convierte en una herramienta de cálculo importante para la navegación en el momento que el último tramo de costa desaparece en el horizonte. A partir de este momento, para calcular la posición exacta del navío nos deberemos basar en el conocimiento de la hora exacta en un puerto con una longitud geográfica conocida, la posición actual del Sol y el ángulo entre el horizonte y la posición más alta del Sol para el mediodía local.

Dial de Husos Horarios para ayuda a la navegación.

La cara que muestra el gran reloj de navegación sigue de manera fiel la representada en el dial del cronógrafo de pulsera, aunque al ser el primero de mayor tamaño permite la indicación de tres husos horarios. La hora del puerto de salida se muestra en un subdial de 24 horas situado a las 9, la correspondiente al puerto de destino aparece en un segundo subdial, también de 24 horas, a las 3, y la hora local actual se indica en el dial principal ubicado a las 12. La minutera se extiende desde el centro de la esfera hasta el bisel en la configuración típica de un reloj regulador. Los segundos se muestran en un pequeño subdial a la derecha de la indicación de la hora local.
Del mismo modo que sucede en el cronógrafo de pulsera, el gran reloj de navegación dispone también de una zona destinada a las indicaciones combinadas de reserva de marcha y zona de remonte con el fin de informar al usuario de la necesidad de dar cuerda al reloj. La reserva de marcha es de 360 horas (15 días).
Las anteriores indicaciones se ven complementadas por la función de horas mundiales que incorpora dos escalas (una de 24 horas y otra con el nombre de 24 puertos marítimos) que giran por debajo de la suspensión cardánica y son sólo visibles desde los lados. La escala de ciudades correspondiente a las horas mundiales puede modificarse a petición del comprador. El conjunto está iluminado por lámparas LED azules.

Para la creación de este reloj de navegación Montblanc ha unido sus fuerzas con el renombrado fabricante de relojes Erwin Sattler. Obviamente no hace falta mencionar los altos niveles de calidad que podemos encontrar en los acabados de todos y cada uno de los componentes de esta pieza. Lo que sí es un dato curioso es el sistema utilizado para la acumulación de energía de este gran reloj de navegación.

Hemos comentado ya que la reserva de marcha es de unas más que considerables 360 horas (15 días). Es cierto que dado el tamaño del mecanismo es a todas luces fácil tarea el dotar al correspondiente calibre de un sistema que pueda almacenar una mayor cantidad de energía. Para ello ha sido necesario montar un barrilete de grandes dimensiones que contenga, a su vez, un muelle real de gran longitud.
Lo que se convierte, o se puede convertir, en un problema es mantener relativamente constante el par de fuerza suministrado al tren de engranajes durante todo el proceso de distensión del muelle real. Para ello se ha integrado el sistema de transmisión “fuseau” (de cadena y caracol). En este sistema la energía almacenada en el barrilete no se entrega directamente al tren de engranajes sino que existe un cuerpo cónico intermedio unido por una cadena al barrilete. Cuando el calibre está completamente remontado la cadena está enrollada por completo alrededor del cuerpo cónico (o caracol) que en su base tiene una rueda dentada que es la que engrana con la primera rueda del tren. Al destensarse el muelle real en el barrilete, éste estira de la cadena que a su vez hace girar al caracol. El radio de curvatura del caracol en el momento de máxima tensión es mínimo y va aumentando de manera inversa a la disminución del par suministrado por el muelle real. De este modo la energía entregada al tren de engranajes es constante.
La navegación con sextante y cronómetro marino.
Como os comentaba al principio del primero de estos dos artículos, al final de la nota de prensa que Montblanc nos entregó en el SIHH hay un par de párrafos interesantes sobre la navegación con sextante y cronómetro marino. En ellos se expone de manera muy resumida el procedimiento de cálculo de las coordenadas geográficas con estos dos instrumentos.
Los clásicos instrumentos de navegación de la época únicamente permitían calcular la latitud geográfica, es decir, el punto que se localizaba entre los 90º de latitud Norte y los 90º de latitud Sur. Lo que no era posible con estos instrumentos era calcular la longitud geográfica de un punto, es decir, su posición a lo largo del eje Este-Oeste. Esta incertidumbre longitudinal tuvo, durante siglos, consecuencias nefastas sobre la navegación.

En el siglo XVIII el relojero inglés John Harrison resolvió con éxito este problema con la ayuda de relojes de alta precisión conocidos hoy como cronómetros marinos.

Existen únicamente unos pocos puntos de referencia que pueden ser utilizados para orientarse en alta mar. Podemos ver, obviamente, el barco en el que estamos navegando, el horizonte en un arco de 360º y, para finalizar, los cuerpos celestes como el Sol, la Luna, la Estrella Polar en el hemisferio norte y la Cruz del Sur en el hemisferio sur.
Con la ayuda de un sextante es relativamente sencillo calcular la latitud de un punto midiendo el ángulo entre el horizonte y la máxima elevación diaria del Sol en la ubicación que nos encontramos. El cálculo de la longitud en un momento dado es mucho más complicado.
La longitud define la posición a lo largo del eje Este-Oeste. Puesto que el Sol se mueve también a lo largo de este eje, no puede ser tomado como punto fijo de referencia. El Sol alcanza su punto más alto en el horizonte en un momento diferente para cada lugar de la Tierra, así que un navegante deberá conocer la evolución de ese movimiento, es decir, la mayor altura diaria del Sol a lo largo del eje del tiempo.
Aunque de sobra es sabido que es la Tierra la que gira alrededor del Sol, podemos decir que, aparentemente, el Sol realiza alrededor de la Tierra un vuelta completa (360º) en 24 horas, es decir, avanza de Este a Oeste a una velocidad de 15º de longitud por hora. Dicho de otro modo, un grado de longitud por cada cuatro minutos.
Si la persona a bordo de la nave dispone de un reloj de precisión, y este cronómetro muestra la hora solar exacta del puerto de embarque (por ejemplo, Southampton en la costa sur de Inglaterra), entonces será posible calcular de manera fácil la longitud geográfica instantánea. Por definición, el mediodía local es el momento en el que el Sol alcanza su punto más alto en el horizonte y, precisamente en ese momento, deberá ser leída la hora solar correspondiente al puerto de partida (subdial a las 9). Por ejemplo, si el cronómetro muestra las 4:24 pm, la posición actual del buque debe ser de 264 minutos solares (4 horas x 60 minutos = 240 minutos + 24 minutos = 264 minutos) al Oeste de Southampton. Puesto que, como hemos determinado antes, la velocidad del Sol es de un grado de longitud por cada cuatro minutos, dividiendo 264 entre 4 obtenemos la longitud actual de nuestra posición: 66º Oeste.
Ahora solamente restará calcular el ángulo de elevación del Sol sobre el horizonte con la ayuda de un sextante para obtener la latitud. La intersección de la líneas que representan la longitud y la latitud obtenidas sobre la carta náutica indicará la posición actual del barco.
Los sistemas de navegación por satélite funcionan con el mismo principio basado en la medición precisa del tiempo. Cada uno de los satélites del sistema “Galileo” de la Unión Europea está equipado con cuatro relojes atómicos de fabricación suiza. De ellos, los dos más precisos tienen una desviación de un segundo cada millón de años.
Como sucede con infinidad de sistemas actuales, el principio de cálculo permanece sin cambios, sólo la precisión de los sistemas utilizados y su facilidad de uso han mejorado.
Watch-Test es una página web especializada en análisis y comparativas de relojes mecánicos de pulsera de alta gama y de lujo. Todos los artículos de Watch-Test son originales, independientes y exclusivos, escritos por editores referentes en el sector.
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POR   

Ingeniero Técnico Industrial, de formación electrónica con pasión por la micro-mecánica. Co-fundador y editor de Watch-Test. En mi trabajo y en la vida tengo una máxima: Las cosas hay que explicarlas de manera que se entiendan. De lo contrario, el esfuerzo es en vano.

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