Lanzado a inicios del 2020 en su versión cronográfica, el Streamliner representa la idea de H. Moser de lo que debe ser un reloj deportivo con pulsera integrada. Con una estética muy particular que se diferencia claramente de la competencia, medio año después le siguió el Streamliner Centre Seconds, un tres agujas mucho más simple estética y mecánicamente hablando, y un engañosamente minimalista calendario perpetuo, el Streamliner Perpetual Calendar, una de las complicaciones clásicas de la firma. Como era de esperar, el tourbillon también pasa a formar parte de las complicaciones mecánicas de la colección, debutando con una espectacular combinación con su ostentosa caja y brazalete en oro rojo y una fascinante y minimalista esfera en Vantablack.
Si hasta ahora todos las referencias del Streamliner han recurrido al acero, el material por antonomasia de los relojes deportivos de lujo, el nuevo tourbillon en oro rojo es sorprendentemente atractivo a pesar de su fastuosidad, sobretodo gracias a combinarse con la profunda oscuridad y sobriedad del Vantablack. Creado por la empresa británica Surrey NanoSystems, está compuesto por nanotubos de carbono, 10.000 veces más finos que un cabello humano, que se alinean verticalmente uno al lado de otro para ofrecer la sorprendente capacidad de absorber el 99,965 % de la luz que incide sobre él. Debido a ello, el ojo humano lo percibe como si no hubiera materia, simplemente un insondable agujero negro. Además de su aplicación artística (el artista Anish Kapoor tiene la exclusiva), su principal utilidad se centra en la fabricación de telescopios y en el ejército como camuflaje térmico.
La esfera implementa únicamente doce índices horarios, lo que la convierte en la más simple de la colección Streamliner. Dicho esto, las manecillas con inserciones luminosas Globolight y los índices redondeados son idénticos al de los otros modelos Streamliner. Podría casi decirse que son demasiado suaves para este diseño de alto contraste, pero la esfera no da la sensación de vacío gracias al tourbillon volante a las seis.
El dial de estructura sándwich está troquelado en su parte superior con los índices horarios, revelando el color dorado de la base subyacente. Esto es más una necesidad técnica que un recurso estético, derivada de la extrema fragilidad del revestimiento Vantablack. Como resultado de esta arquitectura, dichos índices pueden ser casi ilegibles según la luz y el ángulo.
El tourbillon Streamliner hereda las proporciones de sus predecesores, aunque en menor escala. Su caja mide solo 40 mm de diámetro, a diferencia de los 42,3 mm del Perpetual Calendar. Sin embargo, su grosor es de 12,1 mm de grosor, una cifra algo excesiva que le resta elegancia. El acabado mantiene el cepillado radial en la parte superior, con biseles pulidos en los lados y una banda cepillada en el medio. El precioso brazalete, uno de los elementos más diferenciales del Streamliner, también está hecho de oro y casi totalmente cepillado. El problema lo tendremos cuando, debido a la mayor ductilidad del oro, las inevitables rayaduras rompan la uniformidad de ese cepillado, siendo su reparación mucho más complicada respecto a un acabado pulido.
En su interior late el calibre HMC 804, un movimiento automático con una reserva de marcha de tres días. Pero lo más destacado de este mecanismo es que el tourbillon de un minuto está equipado con una espiral doble, fabricada internamente por la empresa hermana de H. Moser & Cie., Precision Engineering AG. Gracias a estas espirales emparejadas, se corrige el desplazamiento del punto de gravedad en cada muelle cuando se expande y se reduce el efecto de la fricción, lo que mejora de forma significativa la precisión y el isocronismo
Sumándose a la colección estándar, el Streamliner Vantablack Tourbillon tiene un precio de 109.000 CHF.
