H. Moser lanza el primer reloj 100% suizo, el H. Moser Swiss Mad, caracterizado por su caja fabricada en queso, una correa de piel de vaca y su esfera roja.

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Quesos autóctonos y vacas los hay en casi cada país: el potente aroma del cabrales español, la exquisita textura granulada del parmigiano italiano, la suave cremosidad del camembert francés o del más intenso chiriboga blue alemán, son el producto obtenido de la leche de razas vacunas como la parda alpina, normanda, reggiana o fleckvieh. Pero si a ello le sumamos la palabra relojería, el país que nos viene inmediatamente a la cabeza es Suiza. Esta asociación que parece imposible de plasmarse en un guardatiempo es la que nos ofrece el impactante H. Moser Swiss Mad, la satírica y burlesca manera que tiene la firma de expresar su rechazo a la laxitud e ineficacia de la actual etiqueta «Swiss Made».

Tal como os contábamos en este artículo que publicamos escasos días, H. Moser & Cie. ha decidido romper con este sello por entender que, incluso tras la modificación legislativa del 1 de enero de 2017 que exige que el 60 % de los componentes de un reloj sean de origen suizo, el «Swiss Made» resulta muy poco exigente y no constituye una garantía, al mismo tiempo que provoca confusión entre los consumidores y respalda los abusos del sistema. Por esos motivos, H. Moser & Cie. retira la etiqueta «Swiss Made» de todos los relojes nuevos que se creen a partir de 2017.

H. Moser Swiss Mad… ¿caja de queso y correa de piel de vaca?

Con unas creaciones que son suizas en más del 95%, la manufactura de Schaffhausen ha empezado una campaña para que el sello vuelva a representar los valores originales y que se desprenden de su nombre, fabricado en Suiza, de la cual forma parte el H. Moser Swiss Mad, una pieza única muy particular en cuanto a los materiales utilizados se refiere: queso y piel de vaca. Si, habéis leído bien, dos elementos autóctonos que se unen con el arte relojero de H. Moser para conformar un reloj 100% suizo.
La piel de vaca no es la primera vez que la veo en una correa; hace ya unos cuantos años, en mi época de entusiasta paneristi, uno de los miembros del añorado Mundo Panerai ya me enseñó una muy parecida a la que exhibe el Swiss Mad. Claro que él tenía más de 150 correas, por lo que este «frikismo” no tenía más importancia que el hecho de haberse gastado más de 150 € en una correa de piel de vaca que muy pocas veces usaría, por no decir ninguna.

H. Moser Swiss Mad

Pero mucho más impactante es el uso del queso para fabricar la caja. Ya sabemos que un queso reseco puede llegar a ser extremadamente duro, pero este no es el caso: H. Moser ha recurrido a un Vacherin Mont d’Or medalla de oro, añadiéndolo a un novedoso y ligerísimo material compuesto que contiene partículas de nanotubos de carbono, el itr2©, para posteriormente ser mecanizado y pulido. Por su parte, el Vacherin Mont d’Or medalla de oro es un queso blando de leche de vaca de raza Mont Béliard originario del Cantón de Jura en Suiza y del Departamento de Jura en Francia, que desde el año 2003 es Appellation d’Origine Contrôlée (denominación de origen controlada) en Suiza.
Poco sabemos sobre el procedimiento utilizado, pero por las imágenes intuyo que el composite envuelve y encapsula el queso, que parece mantener su particular textura porosa. La caja redonda de 42 mm de diámetro y 9,4 mm de altura es un anillo perfectamente liso y redondeado, sin la típica estructura de carrura y bisel, a la que se le une la trasera fabricada con el mismo material y rematada con un cristal de zafiro. Los cuatro tornillos que se observan no sabemos si tienen la función de ensamblar el fondo con la caja o bien son el punto de anclaje de las sencillas asas

H. Moser Swiss Mad

La esfera es otro elemento ciertamente interesante. Manteniendo su característica decoración fumé con motivo «rayon soleil”, adopta esta vez un intenso y espectacular color rojo que, conjuntamente con los cuatro dobles índices horarios ubicados en las posiciones cardinales, nos remite sin ninguna ambigüedad a la bandera Suiza. El contraste de rojo con el lacado blanco de los índices y las manecillas en forma de cola de golondrina es, sencillamente, precioso.

Gracias a la ventana que nos abre el zafiro podemos admirar su calibre HMC 327, un mecanismo de remonte manual con las funciones de horas, minutos e indicador de reserva de marcha en la trasera, que late a 18.000 alternancias por hora y dispone de una reserva de marcha de tres días.

H. Moser Swiss Mad

Tanto la procedencia de los materiales como todas las etapas de diseño, producción y ensamblaj, son suizas al 100%, a lo que debemos unir la simbología de exaltación nacional que conllevan la vaca, el queso y la bandera helvética. ¿Se puede ser más suizo que este reloj?.
El exorbitante precio de esta pieza única será de 1.081.291 francos suizos (1.007.062 €), una cifra que no ha sido elegida al azar: es la fecha del día en que se firmó el Pacto Federal suizo, el 1 de agosto de 1291. Todos los ingresos obtenidos de la venta de este reloj se utilizarán para crear un fondo de apoyo a los proveedores independientes de los fabricantes de relojes suizos, que en la actualidad están sufriendo una complicada situación económica y subcontratando en Asia, reconociendo así su labor de mantener viva la fabricación tradicional de relojes suizos.

Como era de esperar, H. Moser & Cie. también ha presentado su apuesta más racional: el Swiss Mad Venturer. Con caja de oro blanco de 39 mm, implementa la misma esfera roja fumé, a excepción del diseño de las agujas, el calibre HMC 327 y la peluda correa de vaca. Esta edición limitada a 50 unidades tendrá un más terrenal precio de 19.500 CHF.

H. Moser Swiss Mad Venturer H. Moser Swiss Mad Venturer

La campaña publicitaria: ironía, sátira… ¿exceso?

Paralelamente, H. Moser & Cie. ha lanzado una campaña que nos recuerda inmediatamente a la protagonizada por Donald Trump (Make America great again!) en las accidentadas elecciones estadounidenses:  #MakeSwissMadeGreatAgain. Una vez visto el irónico y burlesco vídeo promocional (no os lo perdáis) y el eslogan utilizado, veo que la firma parece congeniar con algunos de los postulados patrióticos de tan peculiar personaje… ¿o simplemente es por llamar más la atención y subirse al carro de la actualidad?.

No es la primera vez que H. Moser & Cie. es noticia por su innovadora manera de ganar notoriedad. ¿Os acordáis el año pasado y su Alp Watch?. Imitando el diseño, nombre y estilo publicitario del Apple Watch, este modelo fue lanzado para reivindicar el reloj mecánico frente al creciente pujanza de los smartwatches, logrando que todo el SIHH hablara de él. Ciertamente, es difícil destacar si eres un pequeño fabricante de relojes con una producción muy limitada y una calidad excepcional, pero Edouard Meylan, su joven y enérgico CEO, ha conseguido que H. Moser & Cie. esté en boca de todos. Rompiendo con el conservadurismo de la industria relojera suiza, se ha apoyando en una inusual estrategia de marketing que combina la sátira, la ironía y el sentido del humor. Puede que esta táctica publicitaria no sea del agrado de todo el mundo y que sea tildada como una boutade o como un exceso en su afán por darse a conocer, pero sin duda he de reconocer que supone un soplo de aire fresco que es muy de agradecer.

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Ingeniero geólogo, Master en Geología Marina y Master en Restauración Medioambiental, Co-fundador y editor en Watch-test. Opinión, pasión y rigor, son los pilares fundamentales que sustentan la redacción de mis artículos. La clave, disfrutar de una profesión que coincide con mi afición.

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