Recién llegada una nota de prensa de Moser, he hecho como siempre: abrir una primera imagen antes de leer las características del reloj, para así tener una primera impresión únicamente visual. Wow!!!!. Y utilizo esta expresión porque recién acabada la Navidad y con las buenas intenciones aún flotando en el ambiente, no resulta apropiado escribir el improperio que he soltado. ¿Que ha pasado?. ¿Es que Apple ha comprado Moser y yo sin enterarme?. Rápidamente abro el PDF con la información y, atónito, leo palabras en sus titulares como «conectar» o «desconectar»… ¿Moser un smartwatch?. Ay,ay,ay….. Me voy directo a las especificaciones, y ahí encuentro la paz interior: Calibre HMC 324 de cuerda manual. Buffffff… Tranquilos, falsa alarma. Aquí tenéis la explicación, un reloj en edición limitada a 50 unidades que casi clava el diseño del Apple Watch, en una realidad que si nos la llegan a desvelar el 28 de diciembre, seguramente habría pensado que se trataba de una inocentada por lo sorprendente que resulta a primera vista.
Como bien sabéis, el reciente boom de los relojes inteligentes ha supuesto un golpe para la industria relojera suiza, especialmente en aquellos fabricantes con un rango de precio por debajo de los 1.000 €. Con más de 6 millones de unidades vendidas en 2015 y un volumen de ventas de más de 6000 millones de dólares, su incidencia no se circunscribe al volumen de unidades vendidas este año, sino que acaba de empezar y revolucionará una vez más este mercado modificando el comportamiento de los consumidores. ¿Cómo han reaccionado los fabricantes?. Pues hay de todo, desde los que consideran que esa lucha no va con ellos, hasta los que han lanzado y lanzarán sus propios modelos, ya sean puramente electrónicos o referencias híbridas que sean una mezcolanza de ambos mundos, el tecnológico y el de la tradición relojera mecánica. En cambio, el Moser Swiss Alp Watch que hoy os presentamos no encaja con ninguna de estas actitudes, sino que representa toda una declaración de principios, una muestra de la decidida apuesta de la marca por los valores que han llevado la relojería suiza al lugar que hoy ocupa. Para ello, en lugar de crear un modelo con un corazón electrónico que intente parecerse visualmente a un reloj mecánico tradicional, Moser ha optado por hacer lo contrario, inspirarse en el diseño del smartwatch por antonomasia, para ofrecernos un guardatiempo totalmente mecánico.
Dos parágrafos que nos ofrece la firma se me antojan como el resumen perfecto de Moser. El primero, expresa las intenciones de la firma sobre esta lucha: «El futuro de la alta relojería suiza será brillante siempre que siga siendo innovadora y creativa y se centre en sus valores inherentes de calidad y tradición». El siguiente, en boca de Edouard Meylan. el CEO de Moser, que comenta no sin cierto sarcasmo, las particularidades del Moser Swiss Alp Watch, y por extensión, de toda su colección, ante las supuestas ventajas de los smartwatch: «El Swiss Alp Watch no sirve para llamar, enviar mensajes ni compartir los últimos cotilleos; no ofrece la opción de enviar bonitos bocetos creados en una pantalla de dos pulgadas ni de compartir la frecuencia cardíaca. Hace mucho más que eso: permite volver a conectar con lo que realmente importa en la vida. Invita a volver a compartir las emociones con las personas más cercanas y más queridas sin ningún tipo de filtro, interfaz o adorno. Y, lo más importante de todo, es algo que podrá legar algún día a sus hijos sin necesidad de actualizarlo»
Moser Swiss Alp Watch
Una imagen vale más que mil palabras. Evidentemente, ya sabéis en qué se ha inspirado Moser para diseñar la caja de este reloj: el Apple Watch. Su caja rectangular de formas simples, suaves y de cantos redondeados, luce unas proporciones muy parecidas. Fabricado en discreto oro blanco, el Moser mide 38,2 x 44mm frente a los 37,65 x 42 mm del smartwatch. mientras que su grosor es de 10,30 mm, ligeramente más delgado. Aquí se acaban todas las similitudes y empiezan a mostrarse el poderío relojero de Moser. En lugar de una ruedecita y un botón, implementa una corona cónica estriada roscada luce el logo de la firma, mientras unas asas de tipo soldado resultan el contrapunto más tradicional respecto a la modernidad de la caja. Se entrega con una preciosa correa de piel de kudú beis cosida a mano con forro de piel color verde Moser.
Un cristal de zafiro protege su clásica y elegante esfera fumé con motivo de rayos de sol, un diseño de transpira ADN Moser por los cuatro costados. Con índices aplicados y manecillas de las horas y de los minutos en forma de hoja, el dial se completa con un pequeño segundero a las 6 horas.
Si su exterior es una verdadera miscelánea de clasicismo y modernidad, en su interior no alberga concesión alguna. El encargado de dar vida al Moser Swiss Alp Watch es el nuevo calibre HMC 324, un movimiento mecánico de remonte manual caracterizado por su evidente forma también rectangular de 32 x 36 mm. Con un grosor de 4,80 mm, es el primer calibre no circular de Moser, por lo que esperamos que ese esfuerzo en I+D se vea amortizado en más modelos de futura aparición. Su frecuencia de oscilación es la habitual en los movimientos Moser, 18.000 alternancias por hora, que se complementan con una excelente reserva de marcha de 4 días, y que se nos indica desde la trasera mediante un indicador circular por aguja. Dos grandes puentes ocupan 3/4 partes del mecanismo, exhibiendo el característico decorado con doble Côtes de Genève en diagonal junto al biselado y pulido de su cantos. Técnicamente, implementa el escape Moser intercambiable y el Straumann Hairspring con espiral Breguet estabilizada.
Por último… supongo que os habéis fijado en el nombre, Moser Swiss Alp Watch. Ya sabemos que es un Swiss Made, pero su inclusión en la denominación de este modelo resulta una verdadera reivindicación frente al estadounidense (o más bien chino). Pero es que ademas, ¿a qué os suena fonéticamente el Alp Watch?. Pues sí, evidentemente es otra referencia al Apple Watch. Recojo un comentario de mi hijo cuando le he enseñado este reloj: «cachondos estos de Moser, ¿no?«.
Personalmente, el Moser Swiss Alp Watch me parece una excelente idea, tanto por el motivo reivindicativo de su concepción como por el producto final conseguido (¿cómo es posible que no se le haya ocurrido a nadie antes?). Además, me encanta la fina ironía que Moser imprime a este concepto, empezando por su nombre, y continuando por todo soporte comunicativo que lo acompaña, declaraciones, nota de prensa, vídeo…
Esta edición especial tendrá un precio de 22.800 €, un coste que, teniendo en cuenta lo que nos ofrece (caja de oro blanco, calibre manufactura, impecable nivel de acabados, etc.) me parece bastante ajustado, y más aún si lo comparamos con el Apple Watch en oro rosa, que ya sale por 13.200 €.
Todos conocéis la estética que rodea los anuncios de Apple; fondo blanco, voz en off de su CEO, el estilo de las imágenes directa del producto… Pues bien, incluso esto ha tenido en cuenta Moser para producir su vídeo promocional. Chapeau!