El Nomos Ludwig 33 Gold viene a sumarse al catálogo de la colección más clásica de esta manufactura alemana. El 33 Gold conserva todos los genes de la colección Ludwig, aportando una versión de tamaño femenino con caja elaborada en oro rosa.
Si quisiéramos enumerar los rasgos que definen un reloj clásico extremo, a buen seguro todo el mundo citaría los siguientes: caja de oro, grosor reducido, pequeño segundero a las 6, indices horarios en forma de números romanos, agujas finas y movimiento de carga manual. Pues bien, todos ellos sin excepción caracterizan este Ludwig 33 Gold.
En el catálogo de Nomos ya existen diversas versiones de este reloj, pero todas ellas utilizan el acero para elaborar su caja. Por tanto, este 33 Gold es el primero de su saga en recurrir al oro rosa. Su reducido tamaño, de 33 milímetros de diámetro, le dirige sin disimulos al público femenino.
Independientemente del tamaño, la caja de este Ludwig 33 Gold sigue al pie de la letra la geometría que caracteriza esta colección: un bisel de un grosor reducido a la mínima expresión que se conjunta con unas asas finas y rectas. Por su parte, la corona también es fina en su grosor pero generosa en su diámetro, lo que facilita la operación de ajuste de las agujas y especialmente la de dar cuerda al movimiento, algo de suma importancia en un reloj de carga manual ya que normalmente deberemos realizarla a diario.
La esfera del Ludwig 33 Gold tampoco se desvía ni un ápice del diseño que caracteriza a los relojes de esta colección. El rasgo identitario son los índices horarios en forma de números romanos, que contrastan con los números árabes del resto de colecciones de Nomos. El factor diferencial de esta versión 33 Gold son las agujas, que están elaboradas con mismo oro que la caja.
El Nomos Ludwig 33 gold equipa el calibre Alpha, un movimiento de carga manual manufacturado por Nomos, cuyo diámetro es de 10 ½ lineas (23,3 mm) y su grosor de 2,6 mm. La frecuencia de oscilación de su volante es de 21.600 alternancias por hora y ofrece una reserva de marcha de 43 horas.
Una vez más no puedo dejar de resaltar la admirable obsesión de Nomos por desarrollar calibre muy delgados, algo que hoy en día ya solo encontramos en marcas de la gama más alta y de precios que multiplican por 10 el de los relojes Nomos. Esta delgadez del calibre Alpha es la que permite que el conjunto del reloj solo mida 6,6 mm, lo que contribuye a la innegable elegancia de este Ludwig.
En un reloj, siempre hay que distinguir entre el tamaño objetivo, algo mensurable y por tanto no sujeto a opinión, y el tamaño subjetivo que se ve condicionado por múltiples factores. En este apartado subjetivo es importante resaltar dos factores que influyen notablemente en la sensación de tamaño del Ludwig 33 Gold. El primero es el escasísimo grosor de su bisel, lo que deja un tamaño de esfera casi equivalente al tamaño de la caja. El segundo es la importante longitud de las asas, que también contribuye a que la sensación de tamaño subjetiva sea mayor a la objetiva.
En este sentido, la imagen superior es altamente significativa ya que Nomos, con su admirable atención al detalle, nos indica que la muñeca de la modelo mide 15,5 milímetros de perímetro. Se trata de una morfología evidentemente delgada, pero en ningún caso la sensación que transmite el reloj es de un diámetro tan reducido como indican sus datos objetivos.
El hecho de utilizar oro para elaborar su caja, implica un importante incremento del precio de este Nomos Ludwig 33 Gold con relación a las versiones de acero, que asciende a 7.800 EUR. No obstante, sigue siendo un precio casi ridículo si lo comparamos con relojes de oro de las mismas características. Además, las continuas y diversas crisis en las que estamos envueltos, no demuestran una vez más que en estas circunstancias el oro siempre se convierte en valor refugio.