Tal como anticipábamos en el anterior artículo sobre el mes de marzo, el informe mensual que la FHS (Fédération de l’industrie horlogère suisse) publica sobre las exportaciones de relojería suiza en el mes de abril muestra el brutal batacazo que han sufrido el mundo de la relojería debido a la pandemia de la Covid-19. La paralización de la actividad económica a causa de las medidas destinadas a contener la enfermedad han provocado el estancamiento de la producción industrial y la distribución, lo que se ha reflejado en una histórica caída del 81,3%, quedándose en 328,8 millones de CHF cuando en abril del año pasado fueron 1.758,3 millones de CHF (recordad que hablamos de cifras de exportación hacia los distribuidores, no de las ventas a clientes finales).
Las caídas afectan a todos los segmentos y mercados
Según el tipo de material (acero, oro, etc), todos cayeron entre el 75-90%, tanto en valor como en número de artículos. Respecto a la segmentación por precios, la tendencia al hundimiento ha sido similar en todos los sectores, ya sea en valor o en volumen, aunque cabe destacar que los peores resultados se los ha llevado la alta relojería, aquellos que disponen de un precio de venta al distribuidor de más de 3.000 CHF.
Estas cifras afectan a casi todos principales mercados por igual (entre 68 y 86%), aunque cabe destacar que China, por ser haber sido primera afectada y por tanto la primera en empezar a recuperar cierta normalidad, la caída de ventas ha sido de «sólo» el 16,1%, lo que implica que el mercado chino ha comprado una tercera parte de todas las ventas mundiales durante el mes de marzo.
Previsiones: necesaria transformación y adaptación.
Según las previsiones publicadas por la consultora Bain & Company, podemos esperar que después de caer en un estimado de 25 por ciento en el primer trimestre de 2020, la desaceleración del mercado global de artículos de lujo se agravará en el segundo trimestre y podría conducir a una contracción estimada de entre el 20 y 35% para todo el año. Los niveles del 2019 no se recuperarán hasta 2022 o 2023, momento en que el crecimiento del mercado se reanudará de forma gradual, con una velocidad que dependerá de las respuestas estratégicas de la industria y de su capacidad para transformarse y adaptarse a la nueva situación.
Todos y cada uno de los aspecto del mercado deberán ser replanteados, desde la creación hasta la distribución, desde el marketing hasta la cadena de suministros, y sobre todo, la interacción con los clientes finales. En este sentido, se estima que el 2025 las ventas online representarán aproximadamente el 30% del mercado.