En este artículo no os hablaré de relojes, ni de visitas a manufacturas, ni tampoco de ninguna de las marcas de Alta Relojería de las que os solemos informar habitualmente. En este artículo os hablaré de un libro. Como ya he mencionado en diversas ocasiones, sobretodo en algunos de mis artículos de nuestra sección de técnica, las publicaciones técnicas de relojería en español tienden a cero por lo que, si alguien se interesa por este campo de la micromecánica y quiere iniciarse o ampliar sus conocimientos lo tiene, sencillamente y hablando de manera coloquial, muy crudo. Hablo por experiencia propia puesto que he sufrido en primera persona el tener que recurrir a publicaciones escritas en francés (pocas veces dado que mi conocimiento del idioma es más bien escaso) o en inglés para intentar saber más sobre el funcionamiento de los guardatiempos, desde el “simple” mecanismo de un tres agujas – horas, minutos y segundos – hasta algunas de las complicaciones más usuales como puede ser el cronógrafo.
Pero esta engorrosa situación vera su punto final gracias a la excelente noticia que supone, por lo menos desde mi punto de vista personal, el lanzamiento de la traducción al español de una de las obras de referencia de la mecánica relojera: el “Théorie d’Horlogerie”.
Vayamos por partes. Hace un par de semanas, justo cuando me encontraba entre Dresden y Glashütte, recorriendo la historia y actualidad de la relojería sajonas de la mano de Glashütte Original – os debo el reportaje y os aseguro que es ciertamente espectacular – recibí un correo electrónico de Alberto Hernández en el que me comunicaba la edición en español de la citada obra. Ni que decir tiene que le respondí de inmediato para agradecerle la información y, al mismo tiempo, solicitarle más detalles sobre el proceso que desembocó en la traducción del libro. Las líneas que siguen son un resumen de la respuesta de Alberto.
El “Théorie d’Horlogerie”, cuyo prefacio corre a cargo nada más y nada menos que de Nicolas G. Hayek, lo redactaron originariamente Charles André Reymondin, director de la Ecole Technique de la Vallée de Joux, Georges Monnier y Didier Jeanneret, profesores de la misma organización y, finalmente, Umberto Pelaratti que colaboró en la investigación, edición del texto y en los gráficos. Adicionalmente se contó con un comité de lectura constituido por Daniel Favre y Jean-Paul Ducrest, director y decano de la Ecole d’Horlogerie de Ginebra, Michel Vermot, profesor de la Ecole d’Ingénieurs du Canton de Neuchâtel, y Christian Jubin, docente de la Ecole Technique des Montagnes Neuchâteloises. El texto se convirtió, desde entonces, en el manual utilizado en las escuelas de relojería no sólo de la Vallée de Joux sino también en otras de las cunas de la relojería suiza como Le Locle, así como en varios talleres de formación de las propias manufacturas y de relojeros reparadores que tienen estudiantes en prácticas. Todos ellos coinciden en afirmar que es la referencia esencial, no sólo para los estudiantes, sino también para los relojeros profesionales que lo utilizan para, por ejemplo, realizar los cálculos de engranajes. No obstante, y a pesar de que a priori pueda parecer que se trate de una lectura tediosa, Alberto afirma que en realidad resulta amena, accesible y muy interesante para cualquier aficionado a la relojería. Como resulta obvio, la obra original ha pasado ya por diversas ediciones en las cuales se han actualizado algunos de sus contenidos y se han añadido otros de nuevos. Precisamente, la última revisión es de este 2015 y está recogida al completo en la versión en español.
Pero, ¿cómo surge, después de más de quince años desde su lanzamiento, la idea de traducir el libro al español? Hay un párrafo en el correo electrónico de Alberto que me parece muy interesante a la vez que exquisito y en el que dice textualmente: Para mí, traducir este libro no ha sido un trabajo más ni un encargo que acepté como podía haber aceptado otro. Cualquier traductor te dirá que la especialización no se elige, sino que uno se especializa en aquello que le encargan. En mi caso, yo sí he tenido la suerte de trabajar en lo que quería, y este manual me ha permitido profundizar en algo que ya me apasionaba desde hacía tiempo. Además, me ha abierto la puerta de talleres de relojería, de manufacturas y he podido conocer a muchas personas muy interesantes.
Volvamos a la pregunta inicial del párrafo anterior. Alberto nos explica que, en 2012, un relojero de Audemars Piguet lo puso en contacto con Paul-André Hartmann, director de la Fédération des Ecoles Techniques de Le Locle y que había manifestado su interés en publicar el libro en español. El acuerdo fue inmediato y el proyecto se inició sin más, así de sencillo. Aunque la traducción lleva tiempo preparada, el lanzamiento se ha retrasado por motivos de sinergias en la impresión ya que a la versión en español se han añadido la escrita en alemán y la última de las revisiones de la obra original en francés de la que os hablaba unas líneas más arriba.
Aunque Alberto Hernández, que desde hace un año es la persona que tiene el placer de guiar las visitas al museo y a la manufactura de Audemars para clientes y periodistas venidos de España y América, ha sido la columna vertebral de la traducción, él mismo nos comenta que durante el proceso ha contado con la colaboración y ayuda fundamental – en sus propias palabras – de dos relojeros: Francisco Pasandín, antiguo responsable del servicio posventa de las grandes complicaciones de Audemars Piguet y actual restaurador del museo de la manufactura, y Ángel Jáuregui, más joven y que trabaja actualmente en el departamento de tourbillones de Omega. Debido al lapso de tiempo transcurrido entre la finalización de la traducción y la entrada a imprenta, el texto ha podido ser revisado y corregido varias veces dada la complicación del final del proceso al no hablar español la persona encargada de la impresión.
Por el momento la versión en español del “Théorie d’Horlogerie” únicamente puede adquirirse en una librería suiza de la que os dejo su página web www.booksimonin.ch. En función de la acogida que reciba este primer proyecto hay otras propuestas de traducciones al español sobre la mesa. Como os comentaba al principio, una gran noticia a la que pueden seguir una serie de traducciones que acercarían más este apasionante mundo a los países de habla hispana. Voy a escribir mi carta a los Reyes Magos, yo ya sé lo que quiero.