Cuando falta justamente un mes para que se cumplan los 50 años del alunizaje del Apollo 11 y del hito marcado por el Speedmaster al convertirse en el primer reloj en llegar a la luna, Omega, en un curioso e inteligente giro, recuerda al mundo de la relojería que son muchas sus especialidades. Una de ellas, desde 1932, es sin lugar a dudas la de los relojes de inmersión, de submarinismo, los conocidos como divers. El Omega Seamaster Planet Ocean Ultra Deep Professional es la mejor de las demostraciones de esta afirmación.
Seguro que llegará más información y, cuando la recibamos escribiremos un segundo artículo sobre este reloj instrumento (probablemente con más de lo segundo que de lo primero). Y, para avanzarnos a los comentarios, que los habrá, del tipo «el grosor de la caja es exagerado», «a ver qué muñeca puede con él», «¿quién necesita descender a esa profundidad?», únicamente recordar que el Omega Seamaster Planet Ocean Ultra Deep Professional es un reloj instrumento (sí, insisto en ello) pensado para actividades ciertamente extremas y no para llevarlo por debajo de la camisa de un traje. Se trata de un hito, otro de los de Omega, de la mecánica, de los relojes de submarinismo y, por supuesto, de la relojería.
Además, de momento no debemos preocuparnos por todas esas cuestiones ya que el Seamaster Planet Ocean Ultra Deep Professional no tendrá, de momento, una versión comercial. Dicho sea de paso, espero que no tarden en producirla. La esfera es una verdadera maravilla.
Cuando, a principios de 2019, el aventurero Victor Vescovo pilotó con éxito su sumergible Limiting Factor hasta el fondo de la fosa de las Marianas, la inmersión de 10.928 metros estableció un nuevo récord mundial. Junto a él y con un funcionamiento perfecto en profundidad, estaba el Omega Seamaster Planet Ocean Ultra Deep Professional.
La primera expedición tripulada del mundo a cada uno de los puntos más profundos de cada uno de los cinco océanos es obra del aventurero y piloto de sumergibles Victor Vescovo. Esta expedición cuenta con el barco de investigación científica DSSV Pressure Drop en la superficie, un barco equipado con un sonar de la máxima fidelidad para las profundidades oceánicas.
La intervención por debajo de la superficie es trabajo del DSV Limiting Factor, un sumergible construido por Triton y certificado comercialmente por la autoridad marítima internacional DNV-GL para inmersiones extensas y repetidas a profundidades extraordinarias. Por último, en el fondo del océano y recopilando importantes datos científicos, hay tres «Landers» o plataformas suboceanográficas de medición.
El viaje de Omega hacia las profundidades se inicia en 1932, con el que fue considerado como el primer reloj de submarinismo comercial, el Omega «Marine». A este le seguiría, en 1948, el primer Seamaster, muy apreciado por los aviadores y marinos británicos por su resistencia al agua y su fiabilidad en combate. En 1957, Omega presentaría el Seamaster 300, un reloj diseñado específicamente para buzos y profesionales que trabajaban bajo el agua.
El «Ploprof» de Omega vería la luz (a 1.200 metros de profundidad) en 1970 y fue puesto a prueba por el legendario Jacques-Yves Cousteau.
El Seamaster 1000 apareció en 1971 y, un año después, nacería el Omega Seamaster 120 «Big Blue». En 1981, cuando el buceador libre en apnea Jacques Mayol se sumergió a una profundidad récord de 101 metros, el Seamaster 120 iba en su muñeca. El popular Seamaster Diver 300M se presentó en 1993. El pasado 2018 Omega celebró el 25º Aniversario de esta colección con un rediseño actualizado.
2005 sería el año que marcaría el comienzo del desarrollo y la historia del Seamaster Planet Ocean Ultra Deep Professional, nacía la Colección Planet Ocean de la que, pura coincidencia, ayer os presentábamos sus nuevas referencias para este 2019 en este artículo.
El Seamaster Planet Ocean Ultra Deep Professional.
Para Omega, producir un reloj profesional de inmersión no es algo que salga de lo común, otro tema muy distinto es concebir un reloj adecuado para la Expedición Five Deeps que requiere empezar de cero y asumir diversos riesgos. No obstante, el esfuerzo a merecido la pena ya que Omega no solo ha conseguido desarrollar una tecnología revolucionaria para este caso en particular, sino que esta será adaptable en un futuro (y ojo que cuando Omega habla de futuro siempre es a corto plazo) a la producción de relojes de inmersión.
Por ejemplo, y si bien es cierto que el grosor de un diver debe ser necesariamente mayor que el de cualquier otro tipo de reloj, Omega ha conseguido limitar el grosor del Seamaster Planet Ocean Ultra Deep Professional por debajo de los 28 mm sin sacrificar en lo más mínimo su estanqueidad. Para garantizar que las cargas de presión en la caja del reloj se mantuvieran dentro de los límites admisibles, el Ultra Deep fue sometido a extensas simulaciones de análisis de elementos finitos, un método matemático por ordenador para calcular y analizar estructuras y sistemas mecánicos.
La ligereza es una de las premisas en el desarrollo del Seamaster Planet Ocean Ultra Deep Professional. Así, además de haber sido diseñado para el Limiting Factor, este reloj-instrumento toma como material el del casco de presión del sumergible, en titanio de grado 5 y que requirió del desarrollo de una nueva técnica avanzada de forja y una construcción totalmente libre de soldaduras.
El cuerpo del bisel, el cuerpo de la caja, el fondo de caja y la corona del Ultra Deep fueron recortados a máquina del casco. Estos recortes llevan los sellos de DNV-GL, que certifican el origen, las características y la calidad del material.
El diseño de los ojos de buey es un paso crítico en el desarrollo de un sumergible. La superficie de carga en los ojos de buey del Limiting Factor ha sido diseñada para minimizar la presión en los bordes interiores del cono, donde las tensiones son mayores.
Al igual que sucede en el montaje de los ojos de buey en un sumergible, el montaje del zafiro en la caja de un reloj para profundidades abisales es uno de los puntos críticos a tener muy en cuenta. Para ampliar la distribución de la tensión, Omega se ha inspirado en este diseño cónico para soporte de presión y utilizó Liquidmetal® para garantizar una unión firme y flexible del zafiro a la caja. Esta innovadora soldadura en caliente, con patente en trámite, permitió evitar las juntas de polímero y reducir el grosor del zafiro.
Totalmente integradas en la caja de titanio, las asas del Seamaster Planet Ocean Ultra Deep Professional se dejan abiertas, para reducir el riesgo de exceder las limitaciones de material a plena profundidad oceánica, ya que tanto el reloj como la pulsera pueden estar sujetos a elevadas cargas de tracción. Se las llama «Manta» por su aspecto, como el de un pez manta o raya.
El logotipo de la expedición está ubicado en el centro del fondo de caja, dentro de unos círculos concéntricos que evocan la tecnología sonar Multi Beam. La información relevante, incluidos el modelo, el número de referencia, los materiales, la certificación DNV-GL y las palabras: “tested 15,000m 49212ft” (probado a 15.000 m / 49.212 ft de profundidad), está grabada con láser.
Ni que decir tiene que el sistema de fijación de un diver resulta de suma importancia. Tres fueron los Omega Seamaster Planet Ocean Ultra Deep que realizaron la inmersión. Dos, acoplados a los brazos robotizados del sumergible, un tercero, a un Lander.
La elección de Omega al respecto del material de las pulseras se basó en la experiencia de la marca en el espacio exterior. La combinación de pulsera de poliamida y cierre Velcro está estrechamente relacionada con las pulseras utilizadas en las misiones Apolo.
Todos los relojes fueron sometidos a pruebas de presión en las instalaciones de Triton Submarines en Barcelona, con la asistencia de un inspector de DNV-GL. La presión máxima elegida está relacionada con las tolerancias requeridas en la fosa de las Marianas, pero, para más seguridad y cumplir con las normas de los relojes de inmersión, Omega insistió en añadir un margen del 25%, lo que significaba que los relojes tenían que funcionar a la perfección a unos asombrosos 1.500 bar / 15.000 metros.
Tras superar las pruebas de Triton y haber demostrado su valía en el lugar más profundo del planeta, los relojes Seamaster Ultra Deep de Omega fueron sometidos al más alto nivel de pruebas en el sector de relojería. Después de la inmersión, todos los relojes fueron sometidos durante 10 días a las rigurosas pruebas establecidas por el Swiss Federal Institute of Metrology (METAS). Incluso después de su descenso submarino extremo, cada reloj obtuvo la certificación Master Chronometer.