El Omega Spirate System es la prueba de que afirmar que en un determinado campo técnico todo está hecho suele ser un error. A priori, no hay ningún elemento en un mecanismo relojero tan inamovible como la espiral, a la que atañe directamente este avance de Omega. En esta delicadísima pieza se basa todo el esquema de funcionamiento de cualquier movimiento mecánico.
A lo largo de los siglos ha experimentado muy pocos avances, aunque es de recibo mencionar algunos como la espiral con «curva Breguet», las curvas optimizadas de la espiral Spiromax de Patek Philippe, o la utilización cada vez más extendida para su fabricación del silicio. Aparte de esto, este crucial elemento en el funcionamiento de un reloj mecánico ha permanecido invariable en su esquela ancestral de funcionamiento. Ahora, Omega parece haber dicho basta y nos presenta un sistema, el «Spirate System», que evoluciona al mismo tiempo su estructura, su geometría y su sistema de regulación.
La imagen no deja dudas; esta espiral no se parece a ninguna que conozcamos y presenta una terminal de una geometría que casi podría calificarse como de artística. Todo se basa en una espiral Si14 de diseño totalmente nuevo, con un mecanismo de ajuste excéntrico que permite que el relojero pueda incidir con total facilidad sobre su rigidez. Poco más puedo decir, porque tan extensos e importantes son los desarrollos técnicos de Omega como escuetas las explicaciones que da sobre ellos.
La gran y lógica pregunta que os haréis ante todo este derroche tecnológico es ¿Y para que sirve? La respuesta es demoledora; para garantizar una precisión de 0 / +2 segundos de desviación máxima diaria. Este es un asombroso margen cronométrico que ningún sistema ni ninguna marca ha sido capaz de garantizar hasta ahora. Incluso podría parecer que deja en poca cosa los colosales avances cronométricos que han realizado firmas como Patek Philippe o Rolex en la última década.
No contentándose con ello, El «Spirate System» conlleva un nuevo sistema de ajuste que tampoco se parece en nada a lo conocido. En este ámbito, hace muchas décadas se utilizaba un sistema de regulación denominado «cuello de cisne» que en la actualidad ha sido desplazado totalmente por diversos sistemas, basándose casi todos en micropesos ubicados en el volante que aloja la espiral.
Todos estos sistemas de ajuste basan su eficacia en la sensibilidad y casi intuición del relojero ya que carecen de cualquier medio objetivo para medir el resultado de su intervención. En este sentido, el «Spirate System» implica una total revolución ya que, como vemos en la imagen, solo es necesario un destornillador para ajustar este sistema.
Además, contamos con una escala que nos permite regular nuestro ajuste con una precisión de décimas e incluso centésimas de segundo. Atendiendo a dicha imagen, el ajuste parece un simple juego de niños; girando en el sentido F (fast) aceleramos la marcha y en el S (slow) la ralentizamos.
Lógicamente, la implementación Spirate System requiere un nuevo movimiento y así lo hace Omega con el nuevo calibre 9920. Como no podía ser de otro modo, se trata de un Master Co-Axial Master Chronometer, que además el nuevo sistema, aporta el certificado del Instituto Federal Suizo de Metrología (METAS), lo que implica una descomunal resistencia a corrientes magnéticas.
El calibre 9920 es un movimiento de cronógrafo de carga automática que basa su accionamiento en un sistema de rueda de pilares. Su volante oscila a una frecuencia de 28.800 alternancias por hora y su sistema de dos barriletes permite una holgada reserva de marcha de 60 horas.
Omega Speedmaster Super Racing
Y llegamos al reloj que estrena este revolucionario sistema, que de forma totalmente atípica queda en segundo plano ante la magnitud del avance técnicos del Spirate System. Este será el primer reloj en incorporar este revolucionario sistema y solo por ello ya obtendrá un lugar privilegiado en el legado histórico de esta manufactura suiza.
La caja de este Speedmaster está realizada en acero y mide 44,25 milímetros de diámetro por 14,9 mm de grosor, unas dimensiones más que generosas. Para el bisel se recurre a la cerámica negra y la escala taquimétrica que aloja se realiza mediante esmalte «Grand Feu» de color amarillo, toda una exquisitez.
La esfera es del tipo sándwich, lo que implica dos niveles. El superior aporta un diseño tipo nido de abeja de color negro y en él, implementados en bajorrelieve, encontramos los subdiales correspondientes al contador de horas y minutos de las mediciones del cronógrafo y el pequeño segundero.
La escala perimetral de minutos y segundos es del tipo Racing, el detalle estilístico que origina el nombre de este Speedmaster Super Racing. En consonancia con la escala taquimétrica, tanto las agujas como los índices horarios también recurren al color amarillo. El contraste de este color con el negro de todos los fondos de la esfera genera un efecto dinámico ciertamente atractivo.
El Omega Speedmaster Super Racing se entrega con brazalete de acero y con una correa de tela tipo NATO, junto con una herramienta para facilitar el cambio. Demostrando que para Omega los avances técnicos no son ejercicios de estilo sino realidades, este Speedmaster pasa a formar parte de su catálogo de producción regular. Su precio es de 12.600 EUR.
