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Concretamente han sido tres las novedades que Omega ha introducido en su colección Speedmaster para este año 2012. Sobre el primero de ellos, el Speedmaster First Omega in Space, os hablé hace pocos días. Un segundo modelo, al que podríamos incluir en el conjunto de relojes convencionales y sobre el que escribiremos próximamente, es el Speedmaster Racing Date. Por último y el objeto de este test, el menos convencional de todos y el que más se aparta de los estándares a los que estamos acostumbrados en esta web: el Speedmaster Spacemaster Z-33.

Sin duda alguna un simple vistazo a cualquiera de las imágenes confirma la no convencionalidad de este reloj. Su prominente caja llama la atención, aunque hasta aquí hablaríamos simplemente de cierta rareza estética. Es otro detalle el que lo convierte en especial en términos generales y, en particular, para nuestra página web. Es el primer reloj de calibre no mecánico sobre el que hablaremos, se trata de un modelo con movimiento de cuarzo.

Llegados a este temprano punto del artículo, y obviando cualquier aspecto estético, podríamos iniciar un debate interminable acerca de los aspectos técnicos de los movimientos mecánicos versus los alimentados por cuarzo. Lo más habitual es encontrar posturas completamente opuestas y, en raras ocasiones, se alcanzaría un término medio en la discusión. Simplemente comentar que, precisamente la idea de sustituir los primeros por los segundos hace algunos años, supuso una de las crisis más destacadas de la industria relojera Suiza.

A nivel personal no ocultaré que yo mismo me incluiría en uno de los dos extremos que, obviamente, correspondería al de la relojería mecánica.

Omega Spacemaster Z-33
No obstante y como veremos a continuación, el reloj del que hablaremos se puede considerar más como un instrumento que como un reloj propiamente dicho. Esto hace que las funciones y complicaciones implementadas resulten de fácil integración y economicen el precio final del producto, todo ello unido al hecho incontestable de la estabilidad en la precisión de los cristales de cuarzo junto con el correspondiente a la imposibilidad, de momento y que yo sepa, de implementar una cuenta atrás en un reloj mecánico.
Para el lanzamiento del Speedmaster Spacemaster Z-33, Omega se ha inspirado en la forma de la caja correspondiente a la icónica serie “Pilot Line”. Sin lugar a dudas, esta morfología hace completamente imposible el hecho de poder confundir a este reloj instrumento con ningún otro de la colección actual de Omega y, posiblemente, de ninguna otra manufactura.
El material de fabricación de esta peculiar caja es el Titanio de grado 5, el cual aporta una importante virtud al uso diario de este reloj: la ligereza. Y esta ligereza será muy de agradecer teniendo en cuenta las dimensiones de este continente: 43 mm medidos en el eje Este-Oeste, 53 mm en sentido Norte-Sur y, nada más y nada menos que 19,85 mm de espesor. A todas luces podemos afirmar que nos encontramos ante unas dimensiones considerables como grandes. No obstante y como ya he comentado, a nivel personal veo más un instrumento de navegación aérea que un reloj de uso diario y, de este modo, quizás sea comprensible este cubicaje.

El aspecto general de esta pieza unido a su tamaño penaliza enormemente su versatilidad y lo encasilla por completo en el campo de los relojes deportivos o relojes instrumento. No nos engañemos, no se trata de un aspecto negativo sino simplemente de una necesidad dada la finalidad que se le supone. Adicionalmente, no debemos olvidar que gran parte del atractivo de este reloj es el hecho de aunar una estética pasada con la avanzada tecnología de nuestros días.

Omega Spacemaster Z-33 case

La caja combina los acabados cepillados y pulidos, con predominancia absoluta de los primeros. Su estanqueidad es de 3 bar (30 metros). Aún siendo cierto el hecho de que se trata de un reloj destinado teóricamente a pilotos de aeronaves, también es cierto que la gran mayoría de aficionados que lo adquieran no formarán parte de este colectivo. Así pues y para un uso diario y con el tipo de funcionalidad a la que se le destinará supuestamente, estos 3 bar me parecen algo justos.

Otra característica que llama la atención de la caja del Spacemaster es el hecho de que no responde a la construcción típica en tres partes: bisel, carrura y fondo. En este caso bisel y carrura forman un bloque compacto e indistinguible. Por lo que respecta a la tapa trasera es atornillada y está constituida por una doble pared que actúa como cámara de resonancia para aumentar el sonido emitido por la alarma. Esta trasera del reloj va grabada, mediante el pulido del titanio, con el caballito de mar identificativo de Omega, el logotipo de la manufactura, la palabra Speedmaster y el número de serie de la pieza.
Por lo que respecta al dial del Z-33, y como era de esperar, poco tiene que ver con lo que habitualmente estamos acostumbrados. Un anillo perimetral de color plata resalta sobre el color negro mate del fondo.
Por la zona exterior de este anillo y en color blanco y tratamiento de Super-LumiNova verde encontramos los índices y numerales que sirven de referencia para la lectura de horas, minutos y segundos implementadas a la manera tradicional gracias a tres agujas centrales. Las dos primeras en color blanco, también con Super-LumiNova verde aplicada y de morfología esqueletizada. La tercera, la correspondiente a los segundos, en color negro en su parte cercana al centro del dial y rojo en la zona que apunta a los índices. La sincronización de estas agujas se realiza actuando sobre la corona ubicada en la tradicional posición de las 3.
En la zona interior del anillo se ubican los dos paneles horizontales destinados a ofrecer la información relativa al resto de funciones de este reloj. El fondo de ambos paneles es negro, hecho que aumenta el contraste y la legibilidad de los segmentos en color rojo con los que se construyen los dígitos en tecnología LCD transreflectiva. Esta tecnología permite regular de manera automática la luminosidad de los dígitos en función del nivel de luz ambiente existente, de manera que posibilita una legibilidad perfecta tanto en la oscuridad como en aquellos casos en los que la luz del sol incide directamente sobre el dial. Adicionalmente, esta regulación en la luminosidad de ambos módulos ayuda a disminuir el consumo de la batería de alimentación.
Las funciones repartidas entre ambos paneles, dotados de retroiluminación, todas ellas ajustables gracias a los distintos pulsadores ubicados a ambos lados de la caja, Omega las clasifica en dos grupos.
Omega Spacemaster Z-33 dial
El primer conjunto de funcionalidades es el denominado como general y está constituido por las siguientes:
  • Indicación digital de la hora con opción entre modo 12 horas y modo 24 horas.
  • UTC (hora universal).
  • Doble huso horario.
  • Alarma.
  • Cronógrafo.
  • Cuenta atrás.
  • Calendario perpetuo con indicación de fecha, día de la semana, número de día del año, semana, mes y año.
El segundo conjunto de funciones es el constituido por aquellas que Omega denomina como profesionales.
  • Registro de hasta diez tiempos de vuelo y de parada (en 2 ó 4 puntos) respecto del horario UTC o del primer huso horario.
  • Visualización de los tiempos registrados con información de fecha y hora.
Algunos de vosotros, los más observadores, habréis podido pensar que la lectura de los paneles LCD se puede ver gravemente afectada por el hecho de que las agujas, aunque esqueletizadas, pasan por encima de ellos. Aún hablando de un reloj que podemos considerar como no mecánico, no debemos olvidar que estamos hablando de un Omega y raramente se dejan aspectos de este tipo al azar. Para evitarlo, Omega ha desarrollado un sistema mediante el cual, actuando sobre el pulsador ubicado a las 8 en la caja se liberan las agujas de horas y minutos de manera que ambas se posicionan horizontalmente en la parte central de la esfera en la zona intermedia entre ambos paneles, bien a las 9 o bien a las 3. Al soltar el pulsador ambas agujas retornan a sus posiciones correspondientes para indicar la hora correcta.

El calibre que alberga la caja del Spacemaster es, como hemos dicho, un movimiento de cuarzo termocompensado multifuncional, el Omega 5666. Obviamente y respecto del resto de artículos que solemos escribir en Watch-Test, en este caso no tiene sentido hablar de frecuencia de oscilación del volante, puesto que no tiene, ni de otras características habituales de los movimientos mecánicos.

Tampoco tiene mucho sentido hablar de la reserva de marcha de este reloj, puesto que nada tiene que ver con la típica acumulación de energía en el muelle real del barrilete. En este caso se trata de una batería del tipo CR2450N que tiene una duración aproximada de 24 meses.
 La correa incorporada al Speedmaster Spacemaster Z-33 es de caucho negro con las inscripciones “Omega” y “Speedmaster” en rojo. El cierre es de tipo desplegable, con el logo de Omega grabado, fabricado en titanio de grado 5 para las partes visibles y en titanio grado 2 en sus partes móviles.
Una segunda opción al respecto de la correa es la correspondiente a la de piel “Soft Touch” en color marrón y con el mismo tipo de cierre que en el caso anterior.
Aunque hemos incluido este artículo en la sección de test, permitidme que no haga el tipo de valoración a la que estáis acostumbrados. Hay algunos aspectos sobre los cuales no tendría mucho sentido emitir un veredicto y, adicionalmente, existen otros no comparables a los métodos de implementación tradicionales. Por ejemplo, el Z-33 dispone de calendario perpetuo, pero coincidiréis conmigo en que poco tiene que ver con los calendarios perpetuos mecánicos.
Indiscutiblemente nos encontramos ante un reloj acentuadamente, incluso me atrevo a decir exclusivamente, deportivo. Este hecho, conjuntamente con sus grandes dimensiones (ojo a los prácticamente 2 centímetros de alto) hacen de él un reloj poco polivalente y destinado a un uso muy determinado. No obstante es innegable el atractivo que posee la mezcla de su estética retro combinada con la tecnología de vanguardia con la que está equipado. Tengo la sensación de que, probablemente, el perfil del potencial comprador del nuevo Z-33 diferirá bastante del estereotipo de aficionado a la relojería mecánica. Según diversas fuentes oficiosas, parece ser que su precio estará alrededor de los 4.500 €.
Watch-Test es una página web especializada en análisis y comparativas de relojes mecánicos de pulsera de alta gama y de lujo. Todos los artículos de Watch-Test son originales, independientes y exclusivos, escritos por editores referentes en el sector.
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POR   

Ingeniero Técnico Industrial, de formación electrónica con pasión por la micro-mecánica. Co-fundador y editor de Watch-Test. En mi trabajo y en la vida tengo una máxima: Las cosas hay que explicarlas de manera que se entiendan. De lo contrario, el esfuerzo es en vano.

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