Los que nos leéis habitualmente y habéis tenido la curiosidad y la paciencia de haber navegado un poco por nuestro sitio web ya seréis conocedores de nuestra sección de Relojes Legendarios, sección en la que aunque son todos los que están no están todos los que son. El motivo de las ausencias es que el tipo de artículos que forman parte de esta sección son extremadamente laboriosos dado que requieren de un trabajo de documentación previo y de posterior síntesis que suele ser largo por un lado y dificultoso por la falta de información en muchos casos por otro. Desde el Nautilus de Patek Philippe, hasta el Royal Oak de Audemars Piguet, pasando por otras leyendas de la relojería como el Reverso, el Daytona o el Tank son algunas de las piezas que podréis encontrar en esta sección. Precisamente sobre una de ellas, el Speedmaster Professional de Omega, es sobre la que trata el artículo que estáis leyendo. Artículo que, para honrar a la verdad, es obra de la propia marca ya que venía en forma de tríptico de manera conjunta con la nota de prensa correspondiente al último de los Speedmaster presentados y sobre el que os hablé el pasado lunes: el Speedmaster Professional Apollo 11 45º Aniversario.
Lo cierto es que no se trata de un artículo de opinión ni de presentación de ninguna pieza en particular, pero al consultar la información que contenía el documento que os comentaba y que Omega nombraba como «Los diez modelos Omega Speedmaster más representativos» pensé que se trataba de una información histórica que podía resultar de interés para muchos de nuestros lectores, en particular para aquellos que, como es mi caso personal, sienten predilección por esta icónica pieza de la relojería. Sin más, paso a reproducir el texto, con ciertos matices y algún que otro punto de cosecha propia, que la manufactura ha redactado para cada uno de los modelos que integran este Top Ten particular, acompañado cada uno de ellos por su correspondiente imagen.
1. El primer Speedmaster (CK 2915).
En 1957 Omega presentaba su línea de relojes «Professional» que incluía el Seamaster 300, sobre el que precisamente hace pocos días os hablaba con motivo de su reedición en este 2014, el Railmaster y el primer Speedmaster. Lejos del hecho que lo convertiría en una de las piezas más icónicas de la relojería, inicialmente fue concebido para satisfacer la afición a la velocidad. De este modo, la referencia CK 2915 se pensó y comercializó para entusiastas del automovilismo, motoristas y pilotos de carreras. Su escala taquimétrica situada por primera vez fuera de la esfera y del cristal, en el bisel exterior de la caja, representó una primicia a nivel mundial, una más de todas las que formaban parte de larga lista de logros conseguidos por Omega durante sus años de historia. Con el calibre de remonte manual 321 latiendo en su interior y definido por la simetría de su caja así como la aguja horaria bautizada con el nombre de «Broad Arrow», el primer Speedmaster supuso un éxito de ventas inmediato.t
2. La primera revisión del Speedmaster (CK 2998).
1959 fue el año que vería la primera de las revisiones de las que el Speedmaster sería objeto. La referencia CK 2998 mantenía la caja simétrica y el calibre 321 en su interior pero las agujas cambiaban su morfología por la conocida como diseño «Alpha». Asimismo se estandarizaba el bisel taquimétrico para desembocar en la famosa versión de aluminio en color negro que todavía se utiliza a día de hoy. Fue precisamente esta referencia, la CK 2998, la que en 1962 adquirieron los astronautas del Mercury, Walter «Wally» M. Schirra y Leroy G. «Gordo» Cooper, como su reloj personal. Schirra lo llevó puesto durante su misión Mercury-Atlas 8 (Sigma 7) convirtiéndolo de este modo en el primer Omega Speedmaster utilizado en el espacio, dos años antes de que las pruebas de la NASA lo designaran como reloj oficial para todas las misiones tripuladas de la agencia espacial. Precisamente utilizando este argumento, Omega lanzó en el año 2012 una reedición de este modelo bajo el nombre de Omega Speedmaster «First Omega in Space».t
3. El modelo que sedujo a la NASA (ST 105.003).
El desarrollo que siguió a la referencia CK 2998 fue decisivo. Lanzado en 1963 y todavía albergando el calibre 321, el ST 105.003 fue el modelo entregado a y probado por la NASA. En octubre de 1964, respondiendo a un pedido de cronógrafos de pulsera, el agente norteamericano de Omega suministro a la agencia la cantidad requerida de relojes Speedmaster sin saber exactamente cual era su propósito ni, asimismo, informar a la sede central de la manufactura ubicada en Bienne. Los ejemplares ST 105.003 junto con otros modelos de diversas marcas de la competencia fueron testados hasta rozar su completa destrucción en una serie de experimentos que pueden ser calificados como los más duros que un reloj haya sufrido nunca. Victorioso y funcionando según los parámetros y especificaciones exigidas, el Speedmaster fue el único guardatiempos que no presentó fallos catastróficos, lo que le condujo a ser declarado como equipo «oficialmente certificado» por la NASA para las tripulaciones de su programa espacial. En consecuencia, la agencia espacial obtuvo más ejemplares de la referencia ST 105.003 para equipar oficialmente a sus astronautas. El modelo adquirió una fama aún mayor cuando fue utilizado por primera vez fuera de la cápsula espacial, en la muñeca del astronauta Edward White durante el primer «paseo espacial» estadounidense (actividad extravehicular o EVA), el 3 de junio de 1965, durante la misión Géminis 4.t
4. Aparece el término «Professional» (ST 105.012) y desaparece el Calibre 321 (ST 145.012).
Aunque Omega seguía sin conocer lo que estaba sucediendo en Houston, ya que obviamente el proceso de selección de la NASA se realizó sin contar con las sedes centrales de las respectivas marcas, el diseño del Speedmaster siguió evolucionando. Para ofrecer una protección adicional a los pulsadores del crono y a la corona se diseñó una caja ligeramente distinta de manera que su flanco derecho aumentaba sus dimensiones. Esta «asimetría» en la caja del nuevo Speedmaster se convertiría en uno de sus elementos característicos y distintivos. En 1964 y en determinados mercados se presentaba la nueva referencia ST 105.012 que, también por primera vez, añadía la leyenda «Professional» en la esfera. Aún con el calibre 321 el Speedy sufrió otra evolución en el año 1967, con la referencia ST 145.012, adoptando un método ligeramente mejorado en la unión de los pulsadores a la caja. Este sería el último modelo en albergar al calibre 321, un movimiento que había garantizado un cronometraje perfecto durante seis alunizajes incluyendo la última misión que bajó a la superficie lunar: Apolo 17.t
5. Nace el Calibre 861 (ST 145.022).
En 1968, un año antes de que Neil Armstrong y Buzz Aldrin pisaran la Luna, Omega presentó un hito más en la evolución de su Speedmaster: con la referencia ST 145.022, se presentaba el nuevo calibre Omega 861, el sucesor del histórico 321. Este nuevo movimiento, también de remonte manual como su predecesor, incluyó varios elementos de diseño nuevos y reflejó los avances que Omega había conseguido en los últimos años presentando, adicionalmente, ciertas mejoras en cuanto al proceso productivo. El calibre 861 y sus siguientes versiones continúan latiendo en el interior del Speedmaster «Moonwatch» hasta el día de hoy.t
6. El Speedmaster Mark II.
Supuso el primer rediseño de la caja del Speedmaster Moonwatch clásico e introdujo de este modo en el catálogo de Omega una segunda generación de modelos Speedmaster. Nació en 1969 y el nombre elegido fue «Mark II» para resaltar que se trataba realmente de la segunda generación del Speedmaster de remonte manual. El modelo fue presentado en varias alternativas distintas, todas ellas con el calibre 861 en su interior: caja de acero con esfera negra, caja de acero con esferas «racing» y «yachting» en gris y naranja, caja bañada en oro con esfera dorada y, finalmente, una última versión muy escasa en oro amarillo de 18 quilates. La caja «tonneau» del Mark II, conocida también como «Pilots’ Line», procedía de un proyecto casi secreto por aquel entonces en el que Omega estaba trabajando y que consistía en una versión mejorada y reforzada del Speedmaster para actividades extravehiculares prolongadas en la superficie lunar. Una variante de este ambicioso proyecto de investigación, que duró más de diez años y cuyo nombre en clave era «Alaska», implementaba una caja externa redonda y reforzada con asas ocultas y corona y pulsadores protegidos. Cuando el proyecto cambió de instrucciones, varias de las ideas que se habían concebido dieron pie a las cajas «Pilots’ Line» y se comercializaron en el Speedmaster Mark II y el Flightmaster. Precisamente y como muchos de vosotros ya sabréis, este modelo ha sido objeto de una reedición de dos de sus versiones en este 2014 cuya información podéis consultar aquí.t
7. Speedmaster 125.
Creado en el año 1973 para celebrar el 125 Aniversario de la fundación de Omega en 1848. El aniversario se indicó con un «125» pulido y aplicado sobre el dial negro. Este modelo incorporaba otro desarrollo: el calibre 1401, el primer cronógrafo automático del mundo que obtuvo el certificado oficial de cronómetro. Producido bajo una Edición Limitada a 2.000 ejemplares, el Speedmaster 125 se convertiría rápidamente en el objetivo de los coleccionistas.t
8. Speedmaster X-33.
Con un nombre cuyos orígenes hay que ir a buscar en un proyecto secreto de la NASA relacionado con una posible nueva versión de la lanzadera espacial, el X-33 supuso un importante logro para la marca. Diseñado y testado durante un largo período de tiempo con varios prototipos, el nuevo cronógrafo híbrido se sometió a una serie de pruebas con el objeto de asegurar que estaría a la altura en su nuevo papel: ser utilizado por los astronautas durante las misiones de transbordo espacial, dentro de la Estación Espacial Rusa «Mir» y de la Estación Espacial Internacional, donde continúa usándose a día de hoy. Desarrollado con la colaboración de astronautas, cosmonautas y pilotos profesionales, el X-33 incluyó un conjunto de funciones digitales adaptadas al uso profesional durante las misiones en el espacio. Como primicia mundial, el lanzamiento del X-33 en 1998, se televisó en directo desde la estación rusa Mir, con sus tripulantes manejando el reloj, y enlace simultáneo con el control de misión en Houston. El Speedmaster Spacemaster Z-33 presentado en 2012 podría interpretarse como una evolución de este modelo en el sentido del carácter híbrido mecánico-cuarzo de este reloj.t
9. Los movimientos Co-Axiales llegan al Speedmaster: Speedmaster’57.
Presentado en el año 2013, el Omega Speedmaster’57 Co-Axial Chronograph rinde homenaje a su antecesor incorporando las excelencias de la Colección de Calibres Co-Axiales de la manufactura. El Speedmaster’57 constituye un verdadero nexo de unión entre el pasado y el presente del modelo, una combinación perfecta entre el diseño de 1957 y la tecnología de 2014 y sobre el cual podéis leer el artículo de análisis que publicamos en su día clicando sobre el link que aparece al inicio de este párrafo.t
10. Caja de cerámica negra: Speedmaster «Dark Side of the Moon».
Aunque presentado en la edición de 2013 de la feria de Baselworld, no fue hasta hace bien poco que este modelo llegó a los distribuidores. Como gran novedad en el seno de la família de los Speedmaster, el «Dark Side of the Moon» adopta al óxido de circonio como material de fabricación de la caja y la esfera. Al igual que sucedía en el caso anterior con el Speedmaster’57, poco o más bien nada que añadir a lo que os comentábamos en el artículo de test publicado en su día.
Y hasta aquí los diez modelos que Omega utiliza para su particular revisión de la historia del que probablemente sea el estandarte de la marca. Esperamos que, dentro de unos cuantos años podamos aumentar el número de piezas representativas de este modelo puesto que si es así significará dos cosas: la primera de ellas, que el Speedmaster continuará vivo y experimentando nuevas versiones y generaciones, la segunda, que Watch-Test seguirá allí para contarlo.