Panerai Chronograph Tradition: discusión histórica
Habiendo anticipado el lanzamiento del Luminor 1950 PAM557 y resultando totalmente previsible la progresiva implantación del calibre P.5000 en los Luminor Base y Marina, la sorpresa que Panerai nos había reservado para el pasado SIHH era su nueva familia Chronograph Tradition, formada por tres nuevas referencias en edición limitada, y fabricadas con metales nobles como el oro blanco, rosa o platino. Pero en este artículo no me limitaré a describir y analizar los nuevos cronógrafos, sino que hablaremos sobre la fiebre de los «vintage», aprovechando para abriros una pequeña ventana a la historia de Panerai y sus calibres históricos.
Los chronograph Tradition
Panerai no podía elegir una mejor opción que la caja 1940 para contener estos cronógrafos. Recuperada hace un par de años, su geometría almohadillada de líneas simples y elegantes, le confieren una mayor polivalencia respecto al diseño de los Radiomir y Luminor. Aunque su hermeticidad sea de sólo 50 metros, una estanqueidad relativamente escasa para lo que nos acostumbra Panerai, resulta suficiente dado el tipo de reloj que se trata.
La típica corona cilíndrica del 1940 acompaña los modestos pulsadores situados a las 2 y 4 horas, mientras el bisel enmarca un cristal de Plexiglas que confiere a estos guardatiempos su cálida y especial transparencia que nos remonta a muchas décadas atrás. Un inciso: recordemos que Plexiglas no es un material en sí mismo, sino el nombre comercial del polimetilmetacrilato con que la empresa Röhm and Haas Company lo patentó en 1933, y que actualmente se vende bajo multitud de nombres dependiendo del fabricante: Plexiglas, Lucite, Limacryl, Plazcryl, Acrylex, Acrylite, Acrylplast, Altuglas, Polycast o Lucite, son algunos de ellos.
Si bien los metales nobles son la principal característica singular de cada uno de los tres modelos, las diferencias abarcan también las esferas, que recuperan los dos diseños primigenios de Panerai: el S.L.C. del primer prototipo ref. 2533 del año 1935 (nombre homenaje al Siluro a Lenta Corsa, el famoso Maiale o torpedo humano asociado a Panerai), y el California de los primeros 600 relojes entregados a la Marina Italiana, la referencia 3646 de 1936, aunque para ser exactos, parte de esta cifra ya implementaba la configuración más reconocida con los grandes números arábigos a las 3, 6, 9 y 12 horas, entregados a partir de 1938.
Pero estos diseños no son el elemento que más me llama la atención, sino la novedosa inclusión de una escala taquimétrica perimetral tipo chemin de fer que envuelve la escala de minutos de idéntico diseño. Si a ello le sumamos la misma escala en los totalizadores de 30 minutos a las 3 y el pequeño segundero a las 9, la sobrecarga empieza a ser excesiva, perjudicando su legibilidad. También me choca la geometría de las manecillas, cuya terminación delgada se aleja de las tipo bastón históricamente utilizadas por Panerai.
Diferenciando las tres versiones, las esferas se combinan con fondos de color blanco, marrón y negro, y cada una de ellas unidas a platino, oro rojo y oro blanco respectivamente en las siguientes referencias:
PAM518: caja de platino con esfera S.L.C. de fondo blanco marfil. Las manecillas de la función cronográfica (totalizador de 30 minutos a las 3 horas y trotadora central) son azuladas, en oposición a las de horas, minutos y segundos que también son de oro. Se entrega con una correa de aligátor de color marrón. Edición limitada a 50 unidades.
PAM519: caja de oro rojo con esfera California de fondo marrón. Se acompaña de una correa de aligátor marrón oscuro. Edición limitada a 100 unidades.
PAM520: caja de oro blanco con dial S.L.C. de fondo negro. El único de los tres con esfera de estructura sandwich. Consecuentemente, la correa de aligátor es negra. Edición limitada a 100 unidades.
El mecanismo de remonte manual OP XXV que anima estos guardatiempos no está manufacturado por Panerai, sino que corresponde al calibre Minerva 13-22, un fantástico movimiento cronógrafo de 12 ¾ líneas con embrague vertical y rueda de pilares que, latiendo a 18.800 alternancias por hora, nos ofrece una reserva de marcha de 55 horas. Este calibre es una evolución del histórico 13-20 lanzado en 1923 como monopulsante, y re-diseñado en 1940 con dos pulsadores. Su construcción es sumamente sofisticada e incluye detalles como el regulador de cuello de cisne, el pulido y biselado de ciertos componentes y la decoración Côtes de Genève de los puentes, todo ello visible desde el cristal de zafiro que cierra la trasera.
En definitiva, y si no somos demasiado estrictos con la fidelidad a su propia historia, el look vintage conseguido es sumamente elegante y atractivo, aderezado con un espectacular calibre 13-22 y una caja 1940 fabulosa. De los tres, me gustaría destacar la acertada combinación que nos ofrece el PAM520. Sólo lamentamos su no disponibilidad actual en caja de acero, aunque si bien es cierto que su comercialización masiva implicaría la imposibilidad de implementar el mismo movimiento, debiendo recurrir a los manufactura a costa de perder el indudable atractivo que supone el Minerva. Por ello, Panerai restringe su uso a ediciones especiales. Respecto a los precios, se situarán por encima de los 40.000 € (oro rojo) y por debajo de los 60.000 € (platino). Hagamos el ejercicio de contrastarlo con un reloj de sus mismas prestaciones, una de las referencias que os analizamos hace unos días, el Montblanc Meisterstück Heritage Pulsograph. En edición limitada a 90 ejemplares fabricada en oro rosa, este cronógrafo implementa el calibre monopulsante Minerva 13-21, por lo que la comparativa es totalmente justa. Pues bien, su precio se sitúa en los 27.000 €, una enorme diferencia difícilmente justificable, ¿no?.
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Tradición?
Permitid que me detenga un momento en la denominación Tradition que acompaña a estos cronógrafos, un nombre que se une a los Heritage, Vintage, Hommage o Patrimony como «apellidos» utilizados por las marcas para señalar aquellos guardatiempos que, según ellas, recuperan o se inspiran en la estética y diseño de piezas históricas, en su intento de explotar el filón comercial que supone asociarse a valores como la tradición relojera y toda la pátina que la envuelve. Pero señores, en mi humilde opinión no todo vale, y a cada uno de nosotros nos toca discriminar el polvo de la paja.
Panerai es una de las firmas que más se ha apoyado en sus orígenes. Desde sus inicios con la caja Radiomir de 1936 hasta la más actual Luminor, pasando por la 1940 y 1950, ha vinculado su imagen a relojes instrumento relacionados con la Armada Real Italiana y el mundo marítimo, imprimiendo en su ADN características como legibilidad, luminiscencia, robustez, simplicidad y una gran reserva de marcha que, asociadas a su icónico protector de corona, se reúnen bajo una inconfundible estética de grandes dimensiones que la convirtieron en una marca única en el mercado. Lo confieso: con unos cuantos años de gran actividad paneristi a mis espaldas, siempre he sido un gran fan de Panerai. Pero esta misma pasión lleva implícita cierto extremismo que nos puede hacer caer en la tentación de elevar a los altares las referencias que más nos cautivan, pero también de empujar al averno aquellas que subjetivamente no cumplen nuestras expectativas.
¿Y para qué os cuento todo esto?. Pues para intentar explicaros mi sensación dual respecto al camino que últimamente sigue Panerai, del cual los Chronograph Tradition son un buen ejemplo: por una parte, la caja 1940 me parece maravillosamente elegante, el cristal de plexiglas resulta un buen detalle vintage, y el calibre de origen Minerva es, sin duda, de una belleza clásica admirable. Las esferas California y S.L.C. no se encuentran entre mis preferidas, pero por su uso en sus orígenes están perfectamente legitimadas. En cambio… ¿para qué implementar una escala taquimétrica?, ¿en qué momento de su historia ha recurrido Panerai a esta escala?, ¿y a ese tipo de manecillas?. Respuesta: nunca. Y no, no es un error: no considero como históricas las primeras re-ediciones del Mare Nostrum, los 5218-301/A (imagen inferior) y 302 (el 304 era de bisel liso) lanzados a partir de 1993 que implementaban un taquímetro en el bisel, algunos de los cuales se reciclaron en los PAM 6,7 y 8, ya en la etapa Vendôme en el 1997 y 1998.
Otro aspecto a cuestionar: ¿qué tradición histórica de modelos cronográficos tiene Panerai?, porque una cosa es haber fabricado relojes con esta complicación en su etapa más reciente (monopulsantes, flyback, rattrapantes, regatta), y otra muy distinta es la de intentar venderlo como si fuera una especialidad histórica de la casa cuando, evidentemente, no es el caso: sólo el prototipo del cronógrafo Mare Nostrum de 1943, del cual se fabricaron sólo dos o tres unidades, ilumina esta «tradición»:
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Calibre Minerva e historia
Respecto a su calibre OPXXV, Panerai no es la primera vez que recurre a los Minerva para implementarlos en sus cronógrafos: el PAM300, la re-edición del Mare Nostrum lanzada en el 2010 ya utilizaba este mismo movimiento, mientras que en el interior del Panerai FER0024 (si, los Ferrari) latía el OPXXVIII derivado del impresionante Minerva 13-20. Frente a la imagen austera e industrial de sus calibres manufactura con grandes puentes, la estructura y decoración del Minerva son toda una bendición. Dándole el consabido toque histórico, en la nota de prensa facilitada se alude al vínculo entre dicha manufactura y la empresa de Guido Panerai. Supondremos que esa conexión que se refiere a la venta y comercialización de sus productos, ya que, Panerai en sus orígenes no fabricaba ni diseñaba sus movimientos. Al principio se limitó a comercializar marcas suizas de prestigio como Rolex, Vacheron, Longines, Minerva o Angelus, y a ofrecer a sus clientes servicios de reparación y adaptaciones. Panerai disponía de diseños y patentes propias como la famosa sustancia luminiscente Radiomir, pero no de movimientos completos. El suministro a la Marina Italiana se limitaba a instrumentos como brújulas o profundímetros, hasta que a principios de los años 30, le pidieron un reloj de buceo profesional. Para cumplir con las rígidas especificaciones, Panerai acudió a sus suministradores de confianza. Como bien sabéis muchos de vosotros, los movimientos fueron suministrados por Rolex junto a las cajas Oyster (ver factura al pie de artículo), el Cal. 618 Rolex-Cortébert, y por Angelus, el calibre Angelus SF240 (el único que ofrecía 8 días de reserva de marcha), fácilmente reconocible por implementar en las esferas el pequeño segundero a las 9 horas. En el caso del prototipo Mare Nostrum, utilizaba un Angelus 215. Así pues, tened bien claro que ninguna de las referencias vintage de Panerai (2533, 3646, 6152, 6152/1, 6154 o los Egiziano y Mare Nostrum) llevaron mecanismos Minerva.