Una de las grandes virtudes de Panerai es a la vez uno de sus talones de Aquiles: el inconfundible e icónico diseño los Luminor y Radiomir, basados en sus modelos históricos, son la base de todas las creaciones de la firma, un hecho alabado por muchos puristas pero criticado por no menos aficionados que consideran que, año tras año, la mayoría de novedades no son sino versiones de los modelos clásicos. Ciertamente, la fuerte personalidad de los diseños de Panerai han sido y son uno de sus puntos fuertes, pero hemos de reconocer que ha diversificado su oferta sin renunciar a su legado. Ejemplo de ello son los delgados y elegantes Luminor Due, o los pequeños y femeninos Luminor de 38 mm. Sin embargo, estas dos nuevas ediciones especiales del Radiomir 1940 van más allá, ofreciendo una imagen hasta ahora desconocida gracias a implementar un diseño de esfera Art Déco totalmente novedoso para la firma: os descubrimos los PAM 790 y 791.
Aunque personalmente me hubiera decantado por la primigenia y elegantísima caja Radiomir, estas ediciones se ofrecen con la más robusta Radiomir 1940, que es esencialmente la caja Luminor 1950 sin el protector de corona. Fabricada en acero, retoma los históricos 47 mm de los relojes creados por Panerai para la Marina Militare italiana de los años 30 y 50, una medida XXL que me parece totalmente acertada visto el carácter histórico de ambas referencias.
Otra buena decisión ha sido optar por un cristal de plexiglas, cuya geometría abombada y calidez refuerza el espíritu vintage de estos relojes (personalmente, me encanta la distorsión que estos cristales causan sobre la esfera). Pero no es la única novedad que nos depara su exterior, ya que, supongo que debido al este cristal, el bisel es algo más ancho que lo habitual en los Radiomir 1940.
Pero vayamos al verdadero protagonista: la esfera. Según Panerai, ambos diales se inspiraron en un reloj de péndulo que se encontró en la boutique original de Panerai en Florencia. Recordemos que desde su fundación en 1860, Orologeria Svizzera Florencia, como se llamaba la tienda histórica de la familia Panerai, era un negocio minorista de relojería que vendía relojes de bolsillo, de pulsera, de mesa y relojes de péndulo de prestigiosas firmas europeas, pero no fabricaba aún sus propios relojes. Así pues, cabe aclarar que estos modelos no se basan en un reloj fabricado por Panerai.
Si no leyésemos las palabras Radiomir Panerai en ella, nunca imaginaríamos que es una esfera de un Panerai, ya que no muestra ninguno de los elementos clásicos de la marca, ya sean los típicos grandes numerales arábigos o las manecillas de tipo espada. De color negro o marfil, este nuevo diseño simple y elegantemente retro recurre a una tipografía Art Déco. Los doce números horarios se encierran en un anillo delimitado por la escala de minutos chemin de fer perimetral y una circunferencia interna de función únicamente decorativa.
Por su parte, las manecillas adoptan una forma lanceolada, aunque la horaria muestra una geometría recortada realmente vistosa que aporta carácter y personalidad a una esfera minimalista.
El mecanismo elegido es el calibre manufactura P.3000, un movimiento de cuerda manual que ofrece 72 horas de reserva de marcha gracias a sus dos barriletes. Visible a través del fondo de zafiro se observan los tres puentes satinados que protegen el mecanismo y el puente con soportes dobles sobre el que está firmemente montado el volante que late a una frecuencia de 3 Hz. El P.3000 dispone de un dispositivo para ajustar la hora rápidamente, permitiendo mover la aguja horaria hacia adelante o hacia atrás en saltos de una hora de cada vez sin interferir en el movimiento del minutero ni en el funcionamiento del reloj.
Como todos los relojes que han roto la tradicional estética de los Panerai, estas dos ediciones limitadas a 500 unidades crearán polémica, del mismo modo que la crearon los antes citados Luminor Due o los Luminor de 38 mm, por poner dos ejemplos. Si hace unos años eran más radical en este aspecto, ahora soy más receptivo a los esfuerzos de la marca por ofrecer nuevos productos que se aparten, ya sea técnica o estéticamente hablando, de los cánones tradicionales de Panerai y su ADN.
A pesar de ello y de apreciar que estos dos Radiomir 1940 son bonitos (especialmente con la esfera negra), he de reconocer que mis gustos se decantan por los modelos más fieles a sus orígenes, aquellos que exhiben el ADN de Panerai en todo su esplendor. ¡Qué le voy a hacer!, purista que es uno.