Inevitable. Si hace pocos días os hablábamos de las dos ediciones limitadas que Parmigiani lanzaba al mercado coincidiendo con la quincuagésima edición del Festival de Jazz de Montreux, no hubiera tenido lógica alguna que pasáramos por alto el Tonda Chronor Anniversaire, un soberbio guardatiempos que la manufactura presentaba a principios de este año, durante la celebración del SIHH, para conmemorar sus veinte años de historia. Cronógrafo integrado gobernado por rueda de pilares y embrague vertical con función rattrapante, gran fecha, movimiento en oro rosa y esmalte «grand feu» son los principales protagonistas de su tarjeta de presentación.
En lo que a mi opinión personal respecta, no tengo ninguna duda de que el verdadero protagonista de este Tonda Chronor Anniversaire es el calibre que alberga, no solo por las complicaciones implementadas, sino por tratarse del primer movimiento de cronógrafo integrado de Parmigiani, una demostración técnica que pocas manufacturas pueden asumir debido a la experiencia que requiere su desarrollo. Atendiendo pues a esta afirmación, empecemos hablando del calibre.
El calibre PF361.
Así de escueta es la referencia con la que se presenta el que, con toda seguridad y con una relación inversamente proporcional, responda a uno de los movimientos más importantes de cuantos ha desarrollado Parmigiani Fleurier. De remonte manual y con unas dimensiones de 30,6 mm de diámetro por 8,5 mm de altura, el PF361 consigue el objetivo principal de todo movimiento integrado: la delgadez. 317 componentes y 35 rubíes son el número total de piezas que forman parte de esta maravilla mecánica con más virtudes de las que, a juzgar por el nombre, podríamos esperar en un principio. Veámoslas por separado.
Como muchos de vosotros ya sabréis, las frecuencias de oscilación más habituales en los relojes actuales son aquellas que responden a 21.600 alternancias por hora (3 Hz) o 28.800 alternancias por hora (4 Hz). De esta frecuencia de oscilación depende el número de saltos que realiza la segundera por cada segundo transcurrido, es decir, a mayor frecuencia esperamos una mayor precisión del movimiento (aunque no debemos olvidar que el consumo de energía es también superior, handicap que también supera Parmigiani ofreciendo una reserva de marcha de 65 horas con un único barrilete). De este modo y para las frecuencias anteriores, la aguja de los segundos de un guardatiempos realiza un total de 6 saltos para 3 Hz en tanto que, para 4 Hz, el número de desplazamientos sube hasta 8. Si bien es cierto que en la lectura de los segundos del movimiento base este número de saltos adquiere una importancia relativa, en el caso de un cronógrafo adquiere una relevancia más que considerable. ¿Por qué?. Muy sencillo, el número de desplazamientos de la trotadora de los segundos del crono es el mismo que la del segundero. Conclusión: la precisión de lectura aumenta a mayor frecuencia (3 Hz permiten una lectura con precisión de 1/6 de segundo y 4 Hz con 1/8 de segundo).
Dicho esto, la frecuencia de oscilación del volante del Tonda Chronor Anniversaire es de 36.000 alternancias por hora, es decir, 5 Hz, es decir, permite realizar las lecturas de los segundos del crono con una precisión de una décima de segundo.
Es el órgano de gobierno de las funciones de un cronógrafo por excelencia. Mayor precisión y suavidad en el accionamiento son las principales ventajas que la rueda de pilares presenta frente a la alternativa, más económica en su producción lógicamente, del sistema integrado por leva y palanca.
En el caso del Tonda Chronor Anniversaire son dos las ruedas de pilares que encontramos. La primera de ellas, la principal, es la que sincroniza todos los elementos del crono, en tanto que la segunda es la responsable de gobernar la aguja de la función rattrapante que se activa desde el pulsador situado en la corona.
Si importante es el dispositivo de gobierno de un cronógrafo, el método de accionamiento, aquel que conecta los engranajes del crono al del movimiento de base, no debe ser desatendido en absoluto. Así, frente al embrague horizontal más habitual, Parmigiani implementa uno de tipo vertical en este nuevo guardatiempos. Sus ventajas: mayor suavidad en el accionamiento, conservación de la amplitud de la oscilación y eliminación del fenómeno conocido como «backlash».
Al respecto de la amplitud, los cronógrafos de embrague lateral se construyen de manera que al activar su funcionamiento se produce una disminución en la amplitud del conjunto del movimiento debido a que este debe suministrar energía a un mecanismo adicional. Dicho de otro modo, la configuración de los cronos de acoplamiento lateral debe entenderse como una aplicación indirecta de la energía del movimiento base hacia la rueda del crono. Así, los elementos adicionales – rueda motriz, rueda de transmisión, brazo de acoplamiento y rueda de crono – pueden ser considerados como un pequeño subsistema similar al de las rémoras.
El «backlash», también conocido como «Jumping Chronograph Hand», consiste en el ligero salto de la aguja contadora de los segundos del crono – hacia delante o hacia atrás – en el momento de la activación. Este salto tiene lugar cuando la rueda de transmisión y la rueda del crono entran en contacto ya que sus dientes pueden no estar en la posición correcta para un acople perfecto. Como resultado la rueda del crono se mueve ligeramente para permitir un engranaje más preciso. En la parte del dial este proceso se convierte en un pequeño salto de la trotadora.
Frente a la configuración de un solo brazo con un único punto de fijación, el puente del volante del Tonda Chronor Anniversaire presenta una configuración que cruza por encima del órgano regulador ofreciendo un punto de fijación adicional.
Las consecuencias directas de este tipo de construcción son una mayor estabilidad y robustez frente a los impactos, lo que refuerza la permisividad en la realización de actividades de carácter deportivo que deben ser implícitas a cualquier reloj con la función de cronógrafo. De manera adicional, el puente del Tonda permite un ajuste en su eje vertical.
Las indicaciones ofrecidas por el PF361 se completan con una gran fecha que respeta el carácter de integración del calibre. Resulta obvio que implementar el mecanismo de esta función de manera integrada, no modular, en un movimiento que alberga las complicaciones mencionadas en los apartados anteriores no resulta, en absoluto, un reto sencillo. Aun así, los relojeros de Parmigiani han conseguido el objetivo integrando en el conjunto de componentes los dos discos de 13 mm de diámetro portadores de las decenas y unidades de esta indicación.
A todo lo mencionado debemos añadirle la última complicación que, a pesar de no traducirse en indicación alguna en la esfera del reloj, supone un reto adicional debido a la maleabilidad y facilidad de deformación del oro. El proceso de fabricación ha requerido de una recalibración de todas las máquinas y de los parámetros de corte, sin olvidar las 50 horas de intervención de la mano de obra humana necesarias para la decoración de cada movimiento.
La caja y la esfera.
42,10 mm de diámetro con una excelentemente contenida altura de 14,60 mm son las dimensiones de la caja del nuevo Tonda Chronor Anniversaire que verá la luz en dos ediciones limitadas – oro blanco u oro rosa en ambos casos con acabado pulido – a 25 piezas cada una. Con un valor de estanquidad de 3 bar, el fondo de esta caja está ocupado, como no podía ser de otro modo, por un cristal de zafiro que permite disfrutar de la visión del calibre albergado. En el anillo que bordea a este zafiro encontramos el grabado de dos leyendas: en primer lugar la que informa del número individual de cada reloj «EDITION LIMITEE XX/25» y, en segundo lugar, la que reproduce los años que dan lugar al vigésimo aniversario de la manufactura «1996-2016».
Para cada una de las dos referencias existentes por lo que al material de la caja se refiere, el Tonda Chronor Anniversaire presenta dos opciones de configuración en su esfera, ambas con el exquisito esmaltado «grand feu» como protagonista principal. La primera de estas opciones consiste en un esmaltado blanco y la segunda a uno de color azul oscuro – «bleu roi» o «royal blue» – desarrollado específicamente para esta edición limitada. Si hablamos de las agujas, las referencias en caja de oro rosa presentan las de horas y minutos, así como los índices horarios, en oro blanco, manteniendo el oro rosa para la del cronógrafo el marco de la doble ventana de la gran fecha.
El modelo en caja de oro blanco funciona como un negativo perfecto del anterior, es decir, oro rosa para las agujas de horas y minutos e índices horarios, y oro blanco para las agujas del crono y el marco del fechador. La legibilidad es realmente excelente, y la nitidez encomiable, a pesar del gran número de indicaciones albergadas. Sin lugar a dudas, un ejercicio excelente de cómo debe diseñarse una esfera.
En ambos casos, las correas montadas son de Hermés, con cierre del tipo ardillón reproduciendo el logo de la manufactura y en oro rosa o blanco coincidiendo con el material utilizado en la caja. La piel es de aligátor, de color negro para la referencia con esfera azul y marrón etrusco para la blanca.