Si hay una manufactura ciertamente atípica entre las que participan en el SIHH esta es, sin lugar a dudas, la de Parmigiani Fleurier. Fundada por Michel Parmigiani en 1996 y siempre bajo la tutela de este maestro relojero, Parmigiani ha conservado durante sus veinte años de historia la relojería más tradicional, y artesanal si cabe, del panorama relojero actual, honrando siempre sus orígenes basados en la restauración de piezas antiguas. De hecho y todavía a fecha de hoy, una de las actividades más importantes de esta manufactura sigue siendo la de la restauración, tal y como os contaba en este artículo dedicado a la exposición Mechanical Wonders Exhibition celebrada en Milan con motivo de este vigésimo aniversario de la marca.
Sin perder ni un ápice de esta filosofía, el proyecto de Parmigiani Fleurier para este 2017 y sucesivos es el de renovar gradualmente todas y cada una de sus piezas y colecciones, aunando la tradición implícita de la marca con diseños más actuales. No hace mucho os hacía llegar el artículo con las tres novedades que Parmigiani nos anticipaba al salón ginebrino: el Tonda Métrographe, el Tonda 1950 Météorite Special Edition y, finalmente, el Tonda 1950 Set Galaxy Special Edition (leer aquí). El primero de ellos fue, probablemente, la primera piedra de esta nueva etapa. Un Tonda Métrographe rediseñado que aumentaba de una manera más que considerable su atractivo estético a la vez que mantenía impoluta su excelencia mecánica.
Del resto de las novedades presentadas para este 2017 y desveladas durante los días del SIHH, es el modelo Toric Chronomètre el que sigue en el proceso de renovación. Una renovación que, por lo que a mí respecta, creo que será muy interesante de seguir.
Toric Chronomètre.
Se trata del primer reloj de pulsera diseñado por Michel Parmigiani que en este 2017 se presenta con una caja rediseñada que aumenta su ergonomía y, en consecuencia, su comodidad. Se trata de un guardatiempos exquisito, de una sobriedad y elegancia espectaculares y dotado de una legibilidad excelente. El nuevo Toric estará disponible en versiones de oro rojo y oro blanco con unas dimensiones de 40,8 mm de diámetro por 9,5 mm de altura y que, a su vez, combinarán bien con una esfera opalina negra bien con una plateada con acabado graneado. En todos los casos se mantiene el peculiar anillo estriado del bisel, característico de este reloj y que se inspira en las columnas de la Grecia antigua.
Nitidez y legibilidad son las principales características de la esfera que alberga las indicaciones de horas y minutos con agujas del tipo jabalina con tratamiento luminiscente, segundero central con contrapeso en forma de media luna y fechador por ventanilla abierta a las 6. Los numerales arábigos son los responsables de marcar las posiciones horarias, en tanto que una discreta y elegante escala de índices del tipo bastón situada junto al bisel ofrece una lectura precisa de minutos y segundos.
El calibre que da vida a este Toric Chronomètre es el de referencia PF331, un cronómetro de remonte automático con unas dimensiones de 25,6 mm de diámetro y tan sólo 3,5 mm de altura integrado por un total de 220 componentes. Su frecuencia de oscilación es de 28.800 alternancias por hora y la reserva de marcha entregada de unas adecuadas 55 horas. La correa es de piel de aligátor negra, obra de Hermès, con cierre del tipo ardillón.
Tonda 1950 Steel.
A pesar de ser el más sencillo de los guardatiempos presentados es, en mi opinión, el más interesante de todos ellos. Es la mínima expresión de lo que debe ser un reloj mecánico pero ejecutado con un gusto exquisito y, además, arriesgando con el acero como material de construcción de la caja. Con unas dimensiones de 40 mm de diámetro y 8,2 mm de altura bien podríamos estar hablando de un reloj de los calificados como extra-planos, característica innegociable en cualquier pieza que quiera merecer la condición de elegante.
La esfera, disponible en tonalidad negra opalina y opalina plateada, respeta la elegancia gracias a un minimalismo cuidado. Las indicaciones disponibles en el dial de este Tonda 1950 son las de horas y minutos con pequeño segundero a las 6. Índices horarios aplicados en forma triangular e índices del tipo bastón transferidos en las posiciones de los minutos.
El calibre de remonte automático con micro-rotor PF702 es el responsable de animar el movimiento de este reloj. Sus dimensiones son de 30 mm de diámetro y 2,6 mm de altura y está formado por un total de 160 componentes. La frecuencia de oscilación del volante es de 21.600 alternancias por hora y la reserva de marcha disponible de 48 horas.
El reloj se entrega con una correa de piel de aligátor de color negro y cierre desplegable.
Ovale Pantographe Édition Or.
De este modelo en cuestión y de sus versiones anteriores os hablé brevemente en el artículo de mi visita a Milán. Es importante recordar, como allí mencionaba, que muchas de las creaciones de Michel Parmigiani han tenido como inspiración las piezas que ha restaurado a lo largo de sus años como relojero. En este caso, la pieza original respondía a un reloj de bolsillo de 1780 cuya peculiaridad radicaba en sus agujas de pantógrafo, es decir, agujas telescópicas que adaptan su longitud a los diferentes radios de la forma elíptica de la esfera en su recorrido.
Las novedades presentadas en este SIHH responden a dos Ediciones Limitadas a 50 piezas cada una, la primera en caja de oro blanco y la segunda en caja de oro rosa. En ambos casos la esfera es de tonalidad plateada con una decoración guilloché «grain d’orge». Las dimensiones de la caja son de 45 x 37,7 mm con una altura de 12,5 mm y, a la complicación de las agujas – formadas por 30 componentes – se les añaden las indicaciones de fechador por ventanilla a las 6 e indicador de reserva de marcha a las 12.
El calibre PF111 que late en el interior del s es, en realidad, una de las mayores exquisiteces mecánicas de Parmigiani Fleurier. En primer lugar, se trata de un calibre de forma, es decir, abandona la morfología redonda habitual para adaptarse a la forma de la caja. Segundo, pero no por ello menos importante, está manufacturado íntegramente en oro rosa, un material extremadamente difícil de mecanizar en la construcción de calibres mecánicos dada su escasa dureza. De remonte manual y formado por un total de 267 componentes, oscila a una frecuencia de 21.600 alternancias por hora y dispone de una reserva de marcha excelente de 8 días (192 horas).
La correa con la que se entrega es de piel de aligátor en color negro, confeccionada por Hermès, y con cierre del tipo hebilla.
Bugatti Aérolite Performance.
Y llegamos al final con esta pieza de marcado carácter deportivo e inspirada en el famoso fabricante de automóviles. Espectacular. La caja presenta unas dimensiones que podríamos calificar como de contenidas – 41 mm de diámetro y 12,77 mm de altura – pero con una presencia ciertamente robusta y cuya comodidad de uso queda fuera de toda duda debido al titanio utilizado en su construcción. La esfera, en color negro matizada con pinceladas de azul y rojo en las escalas, está decorada con un patrón de diminutas picas talladas y pulidas con láser.
Horas y minutos centrales con agujas delta esqueletizadas y con tratamiento luminiscente, pequeño segundero a las 9 y fechador por ventanilla a las 6 son las indicaciones que acompañan al cronógrafo con función flyback implementado con una trotadora central para los segundos y un contador de 30 minutos a las 3. Los pulsadores del crono abandonan sus posiciones habituales para situarse, insertados en las asas del lado izquierdo, a la altura de las 10 y las 8.
El calibre albergado en el interior del Bugatti Aérolite Performance es el de remonte automático PF335, formado por un total de 311 componentes ensamblados en un espacio confinado por 30,30 mm de diámetro y 6,81 mm de altura. La frecuencia de oscilación del órgano regulador es de 4 Hz y la reserva de marcha disponible de 50 horas.
La correa de piel de becerro negra que completa el conjunto reproduce el patrón grabado en los asientos de los automóviles fabricados por Bugatti e incorpora un cierre de tipo desplegable.