Falta apenas una semana para que abra sus puertas la feria de Baselworld 2016 y vamos a analizar a fondo el Patek Philippe 5905P. No, esta vez no se trata de una de las novedades que la firma ginebrina presentará en Basel ya que este año Patek Philippe ha decidido no avanzar ninguna información de los nuevos relojes que veremos en Suiza. Se trata de una de las novedades que presentó hace un año en la edición 2015 de esta feria y que injustamente ha pasado relativamente desapercibida.
Las grandes estrellas de Patek Philippe en la edición del 2015 fueron el Chronograph Rattrapante 5370P y el Calatrava Pilot Travel Time 5524G que analizamos a fondo y en primicia para vosotros . El primero es la última versión de una de las grandes complicaciones icónicas de Patek como es el cronógrafo rattrapante y el segundo es un tipo de reloj inédito en los tiempos moderno de la firma ginebrina. Por tanto, tiene su lógica que estas dos novedades acapararan toda la atención de los medios. Pero este Patek Philippe 5905P comporta una serie de características que lo convierten en un reloj especial y de gran importancia en el catálogo de Patek Philippe, con lo que un análisis en profundidad era algo imprescindible.
Los apasionados a Patek Philippe en particular y a la Alta Relojería en general ya sabéis que una de las características de la legendaria firma ginebrina es que escatima literatura en la denominación de sus relojes y que salvo en pocos en casos se limita a bautizarlos con su número de referencia, que en el caso que nos ocupa es 5905P. Si se tratara de otra marca probablemente incluiría en su nombre los términos Chronograph Flyback y Annual Calendar, un conjunto de complicaciones que nos indicaría a las claras la excepcionalidad de este reloj.
Aunar estas dos complicaciones no es algo nuevo en Patek Philippe, ya que presento el 5960P en el año 2006, reloj ya descatalogado y al que sustituye este 5905. Tanto el 5960 como el 5905 que nos ocupa comparten el mismo movimiento y las mismas complicaciones, aunque ambos apartados conllevan ligeras diferencias que en la práctica se convierten en cruciales. Por ello, en este análisis, recurriré con frecuencia a la comparativa entre ambos relojes, y también por ello no seguiré el orden normalmente establecido en nuestros test de: caja, esfera y movimiento, en aras de la lógica que determina su dependencia.
Patek Philippe 5905P – la esfera
Iniciamos el análisis por la esfera ya que es donde se observan los cambios más importantes entre el nuevo 5905 y el ya antiguo 5960, unos cambios que como luego veremos condicionan el resto de elementos principales del reloj: su caja y su movimiento.
A simple vista, observando la imagen del primer 5960 al lado del nuevo 5905, parece que los cambios en la esfera sean muy sutiles, que estéticamente lo son, pero en realidad son bastante profundos. Vemos que la distribución de las indicaciones es idéntica en ambos relojes: las tres ventanas que nos muestran (de izquierda a derecha) el día de la semana, la fecha y el mes, se ubican en el perímetro de la zona superior de la esfera, mientras en la zona inferior, encontramos el contador del cronógrafo.
A pesar de la coincidencia y tamaño de dichas indicaciones, la impresión de equilibrio que transmite el nuevo 5905 es muy superior a las del 2006. Se trata evidentemente de una apreciación subjetiva pero intentaré razonarla. La esfera del 5960 siempre me había producido una sensación de «vacío» en su mitad superior, supongo que debido a lo pegadas que estaban las ventanas del calendario anual en su perímetro, lo cual dejaba un enorme espacio hasta llegar a su mitad, donde aparece el complejo contador del cronógrafo.
No creo que Patek haya leído mis pensamientos, pero ciertamente ha introducido una serie de cambios que han eliminado por completo mi sensación de desequilibrio.
El primero de ellos, de carácter meramente estético, ha sido introducir dos círculos que bordean la parte superior e inferior de las ventanas del calendario y que se extienden por todo el perímetro de la esfera. Solo con ello, a mi, el 5905 ya me produce una subjetiva sensación de mejor organización y equilibrio estético general.
Otro detalle muy acertado es la desaparición del marco plateado que antes encuadraba la ventana del mes y del día de la semana. Sin él, ahora las letras «respiran» mucho más ya que el borde de la ventana se confunde con el negro de la esfera.
En el mismo sentido, se ha eliminado el color plateado de las caras internas de la ventana central de la fecha, lo que también contribuye a la sensación de mayor espacio. Aunque parezca contradictorio, todas estas variaciones han contribuido a transmitir una mayor sensación de nitidez y al mismo tiempo, al quitar densidad en estas tres ventanas, la sensación de vacío entre ellas y el contador del cronógrafo desaparece. Prueba de ello es que, aunque muy ligeramente, Patek Philippe ha disminuido el tamaño de la tipografía utilizada para imprimir la marca en dicho espacio. Probablemente por el mismo motivo, ha desaparecido la pequeña indicación de reserva de marcha que encontrábamos en el 5960 debajo de la ventana del fechador.
El cambio más sustancial que contribuye a la mejora del equilibrio en la esfera es el contador del cronógrafo, que ha disminuido ligeramente su diámetro con respecto al 5960 pero que ofrece una mucho mejor legibilidad. Nuevamente puede parecer una contradicción, pero tiene una explicación de gran lógica, que además comporta modificaciones a nivel técnico de gran importancia.
Cuando Patek diseñó el calibre de cronógrafo automático 28-520 introdujo una gran revolución conceptual en el modo de mostrar el tiempo cronometrado, implementando en un mismo contador la indicación mediante agujas de las horas y minutos transcurridos desde que ponemos en marcha la función de cronógrafo. Ello se hacía a imagen y semejanza de la clásica indicación de horas y minutos del tiempo, mediante una aguja que nos indica las horas y otra, ubicada en el mismo eje, que indica los minutos.
A priori, esta solución parece de lo más lógico, pero el primer problema es que los índices que recorren ambas agujas son de un tamaño muy inferior a los que encontramos en el perímetro de la esfera, con lo que la legibilidad se ve seriamente comprometida.
Además, Patek decidió implementar la medición en este contador de una forma realmente particular, ya que una vuelta completa de la aguja de minutos no equivalía a una hora sino a 30 minutos. Como podemos observar en la imagen superior, ello obligaba a duplicar los dígitos que nos indican los minutos (5/35, 10/40, 15/45…) y a tener que leer muy precisamente al aguja de las horas para saber cual de ambos dígitos era el válido en cada momento, lo aunque aún complicaba más la legibilidad del tiempo cronometrado.
Supongo que no soy el único que pensaba que dicho sistema, aunque de gran lógica conceptual, restaba funcionalidad práctica al cronógrafo. Por ello, Patek ha decidido recurrir a un contador más convencional que se limita a totalizar un máximo de 60 minutos. Ello permite una gran simplificación gráfica del contador del nuevo 5905 con respecto al del 5960, lo que ofrece una legibilidad enormemente mejor.
Por lo evidente, es lícito pensar que con esta modificación se ha perdido la posibilidad de medir tiempos superiores a 1 hora, pero ¿tiene algún sentido en un cronógrafo acumular horas?. No olvidemos que la finalidad primaria de un cronógrafo es medir e indicar con la máxima exactitud tiempos cortos, ya que a medida que se incrementa el tiempo total cronometrado disminuye proporcionalmente la importancia de la exactitud en la medición.
Al igual que en el 5960, en la esfera del nuevo 5905 encontramos una última indicación, la de día/noche o 24 horas. Se ubica muy discretamente a la altura de las 6 en el contador de cronógrafo y mediante su color blanco o negro nos indica si el tiempo que indica el reloj se encuentra en el periodo diurno o nocturno del día. Para un reloj convencional esta indicación es totalmente prescindible ya que evidentemente conocemos si es de día o de noche, pero para un reloj con la complicación de calendario anual (o perpetuo) es de gran ayuda cuando tenemos que ajustar las indicaciones del calendario.
Un último gran cambio que se observa en la estética de la esfera del 5905P, probablemente el más visible, es que se han sustituido las agujas en forma de hoja del 5960 por otras con geometría «espada». Estéticamente, ello le resta imagen de clasicismo para otorgarle sensación de robustez, un cambio de imagen que veremos también sigue el diseño de la caja.
Patek Philippe 5905P – la caja
En el montaje de la imagen que compara frontalmente el 5960 con el nuevo 5905, he intentado que sus dimensiones sean proporcionales. En ella ya se aprecia claramente que el 5905 ha crecido hasta los 42 milímetros de diámetro, con lo que supera en 1,5 mm los 40,5 del 5960. Necesidad para ello ninguna, ya que el habitual condicionante para ello, que es el diámetro de encaje del movimiento que alberga, es idéntico para ambos relojes. De ello se desprende que ha sido una decisión voluntaria de Patek Philippe para incrementar la sensación de robustez y también de legibilidad del nuevo 5905P.
Como indica la P de su referencia y como suele ser habitual en Patek Philippe en la primera versión de un nuevo reloj, el metal elegido para la caja del 5905 es el platino, que sin duda veremos declinar en un futuro en distintas versiones de oro…. y quien sabe si de acero, como ya ocurrió con el 5960. También siguiendo su costumbre en todos los relojes de platino, muy discretamente, encontramos un pequeño diamante engastado en la carrura de la caja a la altura de las 6 horas.
La geometría redonda e incluso el bisel en forma cóncava del 5905P siguen la estética del 5960, aunque este último elemento incrementa su anchura, lo que incrementa la sensación de robustez. Pero al igual que en el tema de las agujas que hemos comentado con anterioridad, el cambio estético más notorio lo encontramos en los pulsadores del cronógrafo que pierden su clásica forma tubular para adquirir una geometría rectangular, un detalle que nuevamente contribuye a que le nuevo 5905 transmita una imagen más robusta y menos clásica.
Como es habitual, en la zona izquierda de la carrura encontramos los tres pulsadores que sirven para ajustar las indicaciones de las tres ventanas del calendario. Esta es una solución convencional que tiene el gran inconveniente de penalizar la estanqueidad de un reloj. A pesar de ello, Patek nos garantiza una hermeticidad de 3 bares en este 5905, lo que no convierte a este reloj en apto para actividades acuáticas, pero si le otorga una resistencia más que suficiente para cualquier actividad convencional.
Si observamos la carrura del nuevo 5905P, apreciamos inmediatamente la gran sensación de robustez y potencia que transmite. A ello sin duda contribuye su considerable grosor de 14,03 milímetros. Se trata tan solo de un incremento de medio milímetro con respecto al 5960, pero estéticamente se hace notar. No he tenido la oportunidad de tener simultáneamente ambos relojes en la mano, pero me da la sensación de que este incremento de grosor se aplica al bisel.
Nuevamente, al igual que en el diámetro de la caja, no hay ningún condicionante técnico ni objetivo para este incremento, por lo que debemos considerarlo como una decisión voluntaria por parte de Patek Philippe. Los que me leéis habitualmente ya sabéis que no soy precisamente un fan de los relojes de grosor elevado, aunque no creo que medio milímetro adicional influya notoriamente en la comodidad de uso del 5905P.
Patek Philippe 5905P – el movimiento
Y finalmente llegamos al mecanismo que alberga la caja de este nuevo 5905P. He iniciado el análisis por la esfera y las indicaciones que en ella se leen. Lo he hecho así porque creo que Patek ha decidido a priori los cambios que en ella quería implementar y que ha sido el condicionante para el resto de elementos que componen el reloj, lo que veremos afecta principalmente al movimiento.
Si leemos las siglas que denominan el movimiento del 5905 y las comparamos con las del que equipaba el 5960 apreciaremos que solo hay una pequeña modificación entre ambos calibres. CH 28-520 QA 24H es el nombre del calibre del nuevo 5905, lo que decodificado significa: Cronógrafo (CH), 28 mm de diámetro y 5,2 de grosor (aproximado), Calendario Anual (QA) e indicación de 24 horas (24H). Parece que lo único que varía con respecto al calibre del 5960 es que desaparecen las siglas IRM, que significan indicación de reserva de marcha, una ausencia en el 5905 que ya he comentado anteriormente.
Pero como suele ser habitual en Patek Philippe, si nos fiamos únicamente de lo que dice el código de la denominación de sus calibres nos equivocaremos. El ejemplo más claro de ello es la gran diferencia entre ambos relojes en cuanto a la forma de totalizar el tiempo cronometrado. La desaparición en el 5905 del totalizador de horas del 5960 necesariamente tiene que implicar una modificación técnica en el movimiento, que aunque desconozco su envergadura no me cabe duda de que existe.
Otro ejemplo de la discreción de Patek en este sentido, es algo que solo conoceremos si leemos detenidamente las especificaciones técnicas de ambos calibres o utilizamos una lupa para observar su volante y la espiral que sustenta. En las especificaciones técnicas del calibre del 5960 leemos «espiral Breguet» y en el 5905 «Spyromax», lo que implica que el movimiento del nuevo 5905 equipa una espiral de silicio, un detalle de gran importancia ya que significa, entre otras cosas, que es inmune a las nefastas corrientes magnéticas que nos rodean a diario. esta modificación también se encontraba en las especificaciones de la última y polémica versión del 5960 con caja de acero. Lo que desconozco es si en algún momento se utilizó la espiral de silicio en las variantes de oro del 5960.
Lo que es idéntico en ambos calibres son sus medidas: diámetro de 33 mm (movimiento base 30 mm, módulo calendario 3 mm) y grosor de 7,68 mm (movimiento base 5,20 mm, módulo calendario 2,48 mm). Ello nos confirma definitivamente que el incremento en diámetro y grosor de la caja del 5905 no esta condicionada por ningún motivo técnico, sino que se debe exclusivamente a decisiones de carácter estético.
No entraré en detalles sobre la excelencia técnica, la fiabilidad y los impecables acabados del calibre CH 28-520 QA 24H . Son los mismos que en cualquier calibre desarrollado por Patek Philippe, lo que por sí mismo ya lo dice todo.
Patek Philippe 5905P – conclusiones
Como siempre ocurre con Patek Philippe, la aparición de este nuevo 5960P implica la desaparición del catálogo del 5960, cuyas sucesivas versiones también han implicado la desaparición de las anteriores. Esta es una magnífica e inteligente política por parte de Patek, ya que no necesita anunciar la limitación en la producción de ninguno de sus relojes. Todos los son. La única incógnita es siempre intentar adivinar cuanto tiempo permanecerá en el catálogo una referencia determinada.
Como he intentado describir en este análisis, las diferencias entre este nuevo Patek Philippe 5905P y el desaparecido 5960 son de carácter estético, lo que ha provocado también modificaciones técnicas. En cuanto a lo que suponen las variaciones estéticas de su esfera no me cabe ningún atisbo de duda: todas ellas son plenamente acertadas. En cuanto al ligero incremento de sus dimensiones y la nueva geometría de las agujas y de los pulsadores del cronógrafo, opino que se trata de algo mucho más personal y por tanto subjetivo. En estos elementos, los apasionados de Patek Philippe con preferencias clásicas probablemente preferían el 5960. Los que se quejaban de un exceso de conservadurismo estético sin duda se verán satisfechos con el nuevo 5905P.