Patek Philippe Calatrava Pilot Travel Time – La Esfera
Pero la modernización en este 5524 no se limita a las funciones que se ofrece, sino que también se aplica a ciertos elementos de su signo distintivo que es la esfera. Algunos son de carácter estético o cualitativo, como son los números de los índices horarios que a pesar de la fidelidad que hemos visto mantienen con el original, cambian su forma de implantación.
Para ellos, en lugar de la técnica de estampado típica de los relojes vintage, Patek decide que sean «aplicados», es decir, realizados en una pieza de metal, en este caso oro blanco, que se fija sobre la base de la esfera. Ello implica una dificultad de implantación añadida y otorga una mayor sofisticación estética, aunque con la «gracia» de no disminuir el carácter «vintage» de este reloj.
Los otros elementos propios hay que atribuirlos a la diferencia de las indicaciones con respecto al modelo en le que se inspira este 5524G. El primero de ellos es una segunda aguja horaria, del tipo esqueleto, que mantiene las misma forma y tamaño que la principal con el fin de quedar oculta bajo ella cuando no se utiliza. Otro elemento evidente es el fechador ubicado a las 6 horas, para el cual, muy acertadamente, Patek ha optado por un esquema clásico de índice y aguja. En el interior de este fechador sí apreciamos una muy discreta decoración circular que se superpone al granulado, aunque para apreciarla hay que recurrir a ampliaciones como la de la imagen inferior.
Pero en esta sub-esfera, que lógicamente nos tiene que indicar 31 posiciones distintas, encontramos un hecho inusual en sus divisiones. Para facilitar su lectura rápida, además de los típicos índices, se implementan algunas cifras árabes distribuidas a intervalos regulares, aunque en este intervalo es donde reside lo atípico.
En lugar de implementar las cifras cada 2 horas, Patek decide hacerlo cada 3. La finalidad es que este contador no se vea excesivamente congestionado, lo cual afectaría tanto a su estética como a su legibilidad. Ahora bien, ello implica un inconveniente aritmético que no tiene solución: 31 no es múltiplo de 3. Por tanto es imposible mantener este intervalo en todo el perímetro. La solución de Patek a ello, aunque forzada, es simple y elegante: Tanto el día 31 como el 1 se señalan mediante números. Dicha unión espacial podría provocar confusión, lo que evita Patek recurriendo al color anaranjado para la cifra 1. De este modo se mantiene la simetría y la nitidez de este fechador.
Otro elemento diferenciador con respecto al reloj «ángulo horario» son las dos pequeñas ventanas circulares ubicadas simétricamente en el centro de la esfera. Su función es vital, ya que según su color nos permiten conocer de forma independiente y sincronizada el periodo diurno o nocturno de cada uno de los dos husos horarios.
Finalmente, nos queda un último detalle en la esfera que no tiene nada que ver con las funciones y que la diferencia no solo de los Patek «ángulo horario» sino de prácticamente todos los relojes vintage de aviación. Me refiero a su color azulado, que difiere del negro típico de estos relojes. Seguro que habrá quien lo califique de sacrilegio, pero a mí, que en múltiples ocasiones he manifestado mi predilección por la esferas azules, no puede dejarme más satisfecho. De todos modos, esta no deja de ser una cuestión muy subjetiva, lo que valida cualquier opinión al respecto.