A imagen de sus relojes, Patek Philippe no hace las cosas a medias. Cuando emprende un proyecto, siempre altamente meditado, lo lleva hasta sus últimas consecuencias. Cuando en febrero os anunciamos que la firma ginebrina había rediseñado totalmente su web, era un claro síntoma de su apuesta por el medio digital para comunicar su marca. Pocos meses más tarde, con total discreción, lanza un nuevo dominio con la denominación patek-institutional.com
Dentro de este dominio, paralelo a su web oficial, encontramos tres secciones: La Historia de Patek Philippe, el Sello Patek Philippe y la que es motivo de este artículo, de nombre Acoustics. No se me ocurre mejor denominación para una temática relojera tan apasionante como es la Repetición de Minutos, la complicación por excelencia de la Alta Relojería.
En los últimos tiempos, el tourbillon, una de las grandes complicaciones históricas de la relojería se ha popularizado tremendamente, hasta el punto de que prácticamente no hay marca relojera, incluso de gama media, que no ofrezca en su catálogo por lo menos un modelo con esta complicación. Pero esta moda tiene cierto truco, ya que las firmas que diseñan y desarrollan internamente sus calibres con tourbillon prácticamente se pueden contar con los dedos de una mano. La mayoría recurren a empresas externas que se han especializado en esta complejidad mecánica.
La Repetición de Minutos, como cualquier Sonería es otra historia muy distinta. No basta con añadir un mecanismo con esta complicación para obtener un reloj medianamente decente. Un elemento externo como es la caja influye decisivamente en el sonido obtenido y para conjuntar con éxito ambos componentes hacen falta unos conocimientos que pocas firmas dominan. Podríamos establecer un paralelismo con los debates sobre las formaciones de élite de música clásica. Algunos aficionados opinan que las históricas, como la Philharmoniker de Berlin, Concertgebouw de Amsterdam o Philharmoniker de Viena siguen siendo las mejores. Otros piensan que orquestas emergentes como la Festival Orchestra de Budapest, la Pittsburgh Symphony o la Tonhalle de Zurich las superan en muchas interpretaciones. Estos debates también se reproducen en muchos ámbitos de la Alta Relojería, pero en temas de Sonería no haya discusión alguna: Patek Philippe ha sido y sigue siendo el monarca indiscutible de esta asombrosa complicación relojera. Una prueba de ello son los nada menos que 11 modelos de su catálogo actual que incorporan dicha complicación.
Es factible, pero no ideal, describir la Repetición de Minutos mediante texto, pero como denota el acertado nombre de esta nueva web de Patek, estamos hablando de una cuestión de acústica y, al igual que ocurre con la música, la lectura de una partitura no puede sustituir la audición de su interpretación.
Como los medios digitales permiten cualquier tipo de comunicación, Patek Philippe ha incorporado a esta web numerosos vídeos que plasman todos y cada uno de los aspectos de la Repetición de Minutos, pero si uno me ha maravillado, es la animación en tiempo real de un 5078P, el inalcanzable reloj de mis sueños, que nos indica visualmente la hora real y además nos la reproduce musicalmente, tal como lo hace en la realidad. No se me ocurre mejor forma de entender esta complicación que observar y escuchar esta maravilla de la relojería.
Podría extenderme en los orígenes de la Repetición de minutos, muy ligada a épocas en las que la electricidad no se había descubierto. También podría llenar páginas sobre la influencia del material de la caja, del volumen de aire que contiene, de su forma, del tipo de timbres y martillos utilizados, para describir los numerosos factores que influyen en la sonoridad y en la pureza de las notas que emiten estos relojes, pero sería un tanto absurdo. No lo haría mejor que Patek y por tanto lo mejor es que reservéis un par de horas de vuestro preciado tiempo y lo dediquéis a navegar por todos los entresijos de Patek Acoustics. La única lástima para los no angloparlantes es que de momento solo está disponible en inglés.