Con el nuevo Calatrava «Clous de Paris» 6119, Patek Philippe ha revolucionado uno de sus iconos históricos; el clásico Calatrava con decoración guilloché en su bisel. Cuando en el 2020 se oficializó el cese de la producción de su predecesor, el «Clous de Paris» 5119, se produjo un rebomborio entre los apasionados de la manufactura ginebrina. Quizás no fue del nivel del drama producido con el Nautilus, pero no dejó de ser ciertamente significante. No obstante, en este caso el hueco se ha llenado con rapidez y todo ha sido para bien.
La gran diferencia es que el cese de la producción del Nautilus 5711 de acero es supuestamente definitivo y lo que ha ocurrido con el Calatrava «Clous de Paris» es que Patek Philippe lo ha sustituido por una nueva versión. Pero, en este caso no se trata tan solo de una remodelación o evolución estética sino de una auténtica revolución. Se puede decir que esta nueva referencia 6119 solo conserva de su antecesor los «Clous de Pais». El resto de elementos tienen poco que ver y además tiene el honor de estrena un nuevo movimiento de base de carga manual, el calibre 30-255 PS, lo que convertirá este lanzamiento en un nuevo hito dentro de la larga historia de Patek Philippe.
Tenemos que retroceder nada menos que 87 años, hasta 1934, para encontrar la referencia 96D, el primer Calatrava con bisel decorado mediante guilloché y motivo «Clous de Paris». Solo habían transcurrido dos años desde la aparición de primer reloj con este legendario nombre, lo que demuestra la herencia y la importancia histórica del Calatrava con el bisel decorado mediante este particular grabado.
Dadas las importantes diferencias que presentan entre ellos, antes de iniciar el análisis el nuevo Calatrava «Clous de Paris» 6119, es conveniente especificar que Patek Philippe nos ofrece dos versiones de este reloj, de referencia 6119G-001 y 6119R-001. Se diferencian entre ellas por el metal precioso con el que está elaborada su caja; oro blanco (G) y oro rosa (R), así como por el color y acabado de sus esferas.
Calatrava «Clous de Paris» 6119 – la caja
Hace tan solo seis días, en el análisis que dedicamos al 5236P In-Line Perpetual Calendar, mencionaba que este reloj parecía desmarcase de la tendencia de cajas más sofisticadas que habían seguido muchas de las novedades mas recientes de Patek Philippe.
La caja del 6119 sigue también esta pauta, pero solo parcialmente. Se podría calificar de estilo Bauhaus por la simpleza de su geometría, pero se aleja mucho de la del 5236P por la suavidad de sus formas. Todo es simple, pero todo es también suave; en la caja del 6119 no encontraremos ni un solo ángulo «duro». En lo que también se asemeja a la caja del 5236P es en la uniformidad de sus terminaciones ya que Patek Philippe aplica un acabado pulido a todas sus partes.
Dejando de lado los acabados, la caja del nuevo 6119 es prácticamente idéntica en su diseño a la del 5196, el Calatrava de carga manual sin decoración guilloché, que en este aspecto puede considerarse como su hermano de gama. Por contra, aparte de su redondez, no tiene nada que ver con la del Calatrava 5119 al que sustituye, un reloj de diseño extraordinariamente recto, cuyas asas prácticamente seguían el mismo plano de la carrura
Donde sí establece una diferencia importante el 6119 es en el notable crecimiento que experimenta su caja, llegando hasta los 39 milímetros de diámetro. Se trata de dos milímetros más que los 37 del 5196 y tres más que el Calatrava «Clous de Paris» 5119 al que sustituye. Hablar de dos o tres milímetros puede parecer una nimiedad, pero si son referidos al diámetro de un reloj de pulsera implican una enorme diferencia de tamaño.
Personalmente, estos 39 mm de diámetro me parece un tamaño perfecto para este tipo de reloj. No es excesivamente grande ni pequeño, por lo que solo lo parecerá en personas de morfología realmente extrema. Donde también deja su huella el nuevo 6119 es en su grosor, de tan solo 8,1 milímetros. De hecho se le puede calificar perfectamente de reloj extra-plano, una cualidad que ostentan prácticamente todos los patek Philippe en relación a la complicación que alberga su caja.
Otro elemento que sigue lo que parece ser una tendencia en los relojes más recientes de Patek Philippe es su corona sobredimensionada. Con ello no quiero decir que su tamaño sea desproporcionado sino que crece con respecto a las anteriores. Ello tienen como clara justificación la facilidad de manipulación que proporciona comparada con una corona de menor tamaño.
Y llegamos al guilloché con motivo «Clous de Paris» que decora el bisel del 6119, que es el elemento que abandera el ADN de este reloj. En él nada ha cambiado con respecto a sus antecesores y sigue el patrón de dos lineas de «clavos» que siempre ha distinguido a este Calatrava.
Tengo que admitir que nunca me había atraído el Calatrava «Clous de Paris» en ninguna de sus anteriores versiones. Estaba convencido que mi falta de empatía se debía precisamente al guilloché de su bisel, pero al ver este 6119 me he dado cuenta de que la causa no era esta. El motivo real lo veremos más adelante porque no tiene nada que ver son la caja. Lo paradójico es que ahora estoy convencido de que la decoración «Clous de Paris» de su bisel le aporta un muy elevado grado de atractivo y de personalidad.
El fondo de la caja del Calatrava «Clous de Paris» 6119 equipa un enorme cristal de zafiro que cubre un gran porcentaje de su superficie y cuya función es permitir la contemplación del movimiento que alberga. Este es un hecho inusual en la mayoría de relojes Patek Philippe ya que sus calibres de base más utilizados cuentan con unos buenos años de existencia y en su día se diseñaron pensando en relojes de menor diámetro. La consecuencia es que su fondo deja un importante anillo de metal en su perímetro y el cristal de zafiro ocupa una parte relativamente pequeña..
Al contrario que la práctica totalidad de relojes del mercado, y como detalle común en todos los relojes Patek Philippe (salvo ediciones especiales), la caja del 6119 carece de cualquier inscripción en su fondo.