Chiming Jump Hour, es el nombre oficial de una de las maravillas que Patek Philippe presentó en el evento conmemorativo de su 175 aniversario. En la segunda parte de los artículos dedicados a dicho evento ya os realicé una breve reseña de los relojes conmemorativos y ahora toca cumplir la promesa de los análisis en profundidad de ellos.
Este Chiming Jump Hour pudo pasa algo desapercibido en el evento, ya que lógicamente la mayor parte de la atención se la llevo el «Grand Master Chime«, lo cual es totalmente injusto pues se trata de un reloj realmente excepcional. Su nombre ya se aparta de lo habitual en Patek ya que no se limita tan solo a su referencia numérica, en este caso 5275P. Pero lo que realmente destaca es que Patek demuestra que la afirmación de que en Alta Relojería está todo inventado no es cierta. Por primera vez se aúnan en un reloj las tres indicaciones básicas del tiempo en modo saltante: horas, minutos y segundos. Por si fuera poco, a ellas se suma una cuarta complicación, totalmente inédita, que bautizaremos como sonería de horas.
En cierto modo, podríamos considerar a este 5275 como una gigantesca evolución, en cuanto a complejidad, del Jumping Hour (ref. 3969P) que Patek lanzó en su 150 aniversario, una de las piezas más exquisitas y puristas jamás creadas por Patek Philippe. Con él comparte el estilo de diseño de su caja y las horas saltantes por ventanilla, además de coincidir en ser relojes conmemorativos de dos importantes aniversarios de la fundación de Patek Philippe.
Patek Philippe Chiming Jump Hour – la caja
La geometría de la caja del Chiming Jump Hour es lo que en relojería se denomina habitualmente «forma cojín», que es aplicable a una caja cuadrada o rectangular cuyas caras son curvadas. No se trata de una geometría novedosa ya que era bastante habitual en los primeros relojes del pulsera de principios del siglo XX, pero su utilización en las décadas recientes se había reducido a mínimos. En Patek Philippe, este tipo de caja ha sufrido una evolución similar, y fue rescatada recientemente en el calendario perpetuo 5940 y en los cronógrafos 5950 y 5951.
La base de la caja del Chiming Jump Hour es muy parecida en sus lineas a las de los relojes mencionados, no así su tamaño que se incrementa notablemente pasando de los 37 a los 39,8 milímetros si lo medimos en la linea que transcurre imaginariamente, en sentido horizontal, por el centro de la corona.
Lo que difiere totalmente son las terminaciones, ya que en este nuevo 5275P, Patek aplica toda su sapiencia en la técnica del grabado. Para calificar un grabado evidentemente tenemos que basarnos en su complejidad y en su calidad. Ampliando las imágenes anterior o inferior apreciaréis fácilmente que en ambos parámetros es difícil imaginar trabajo más exquisito que el que han realizado los artesanos de Patek Philippe.
Un detalle típico de Patek Philippe, que podemos apreciar sutilmente en la imagen superior, es el pequeño brillante incrustado en la carrura, entre las asas inferiores, que la firma ginebrina aplica a todos sus relojes con caja de platino.
En la imagen superior, correspondiente a la parte izquierda de la carrura, podemos observar algo visto también en el «Grand Master Chime», como son los pulsadores o correderas grabados para indicar la función que realizan. En este caso se trata de la corredera que acciona o desactiva la sonería de las horas, una indicación acústica totalmente innovadora que trataremos en los siguientes apartados.
Como no podía ser de otro modo para una pieza de este nivel, el material elegido para su caja es el platino. En su fondo opaco, también de platino, encontramos grabada la inscripción “PATEK PHILIPPE GENÈVE 175e Anniversaire 1839 – 2014”, lo que por sí solo, teniendo cuenta lo poco propensa que es Patek Philippe a inscripciones y homenajes gratuitos, ya nos indica que estamos ante un reloj muy especial.
No puedo terminar este apartado dedicado a la caja sin referirme a un aspecto que nunca me cansaré de mencionar en una pieza de Alta Relojería, pues beneficia tanto a la elegancia del reloj como a la comodidad de uso: su grosor. En este caso se limita a tan solo 11,3 milímetros entre la parte superior del cristal y el fondo de la caja, una cifra realmente excelente si tenemos en cuenta el número y la complejidad de las complicaciones que alberga en su interior.
Patek Philippe Chiming Jump Hour – La Esfera
La esfera de un reloj es donde se muestran sus indicaciones, por tanto, aplicado es este reloj en particular, adquiere una relevancia aun mayor de lo habitual. En ella, lo primero que llama la atención es la ventana que nos muestra la hora, ubicada exactamente a la altura de las 12 horas de la sub-esfera que nos indica los minutos por aguja. En la zona inferior de esta sub-esfera, a la altura de las 6 horas y en perfecta perpendicular con la ventana horaria, encontramos el pequeño segundero, recorrido por otra aguja.
Si estuviéramos hablando de otro reloj, esta configuración por si misma ya atraería toda la atención, pues estaríamos hablando de un reloj con la complicación de regulador, que se distingue por indicar horas, minutos y segundos en distintos ejes. Pero como el caso es que estamos ante el Patek Philippe 5275, esta complicación queda diluida por la forma en que actúan dichas indicaciones del tiempo, mediante lo que en relojería se denomina complicación saltante. Relojes con una sola indicación saltante hay pocos. Salvo error u omisión por mi parte, relojes con tres indicaciones saltantes, no conozco ninguno.
La complicación «saltante» es realmente fascinante desde el punto de vista visual, pero extremadamente compleja desde le punto de vista mecánico. Para explicarlo brevemente, hay que tener en cuenta que en un reloj con una frecuencia de oscilación de 28.000 alternancias por hora, como es el caso de este 5275, implica que su volante realiza 8 alternancias por segundo. Estas fracciones temporales son transmitidas por el tren de engranajes desde el escape hasta la aguja del segundero, que en consecuencia realiza 8 minúsculos saltos cada segundo. En un segundero saltante, también llamado «segundos muertos», la aguja solo realiza un salto cada segundo, dando la falsa impresión de que estamos ante un reloj de cuarzo. Lograrlo no es fácil, porque la frecuencia de oscilación no varía y por tanto hay que conseguir que no se transmita de forma natural. Para ello se inserta un mecanismo que acumula estos impulsos y solo los libera una vez cada segundo.
En el Chiming Jump Hour, esto es aplicable a sus tres indicaciones del tiempo. El disco de las horas, la aguja de los minutos y la aguja de los segundos. Así, pasado un segundo de por ejemplo las 9:09:59, de forma simultánea, la aguja de los segundos realizaría un salto, la de los minutos haría lo mismo y en la ventanilla superior veríamos aparecer de forma instantánea la cifra 10 que sustituiría al 9, quedando exactamente como muestra la imagen de la izquierda. Este tipo de indicación saltante, tiene la ventaja de que es mucho más fácil de leer con precisión que una convencional, ya que la aguja no está jamás entre dos índices.
La parte negativa, o mejor dicho complicada, para quien se atreve a implantarla, es que el más mínimo fallo en el ajuste de las agujas o en la impresión de los índices provoca que ambos elementos no coincidan exactamente, lo cual transmite una impresión visual espantosa para un purista, como suelen ser todos los amantes de la Alta Relojería. Desde luego, esto no es problema para Patek Philippe, que con su permanente obsesión por la perfección consigue que las dos agujas siempre estén perfectamente alineadas con el índice correspondiente. Esto no lo afirmo por las imágenes que veis, que siempre se podría pensar que son fáciles de manipular, sino porque la pieza que vi en vivo durante el evento del 175 aniversario mostraba la misma exactitud.
Al contrario que las indicaciones de minutos y segundos, las horas de este 5275, igualmente saltantes, se muestran por ventanilla, lo que implica otra complicación mecánica adicional. Como veremos en el siguiente apartado, ello requiere la inserción de un disco giratorio que realiza un salto instantáneo a cada hora exacta para mostrar perfectamente centrada la cifra correspondiente a la hora en curso. Por tanto, estamos ante una indicación horaria saltante y además digital.
Pero ahí no termina el asunto de las horas, ya que la mayor complicación, además inédita, de este reloj también les incumbe. Me refiero a lo que podemos denominar «sonería de horas». A efectos prácticos y sensoriales, ello significa que en el segundo exacto que pasamos de una unidad de hora a otra, percibiremos un aviso acústico. Cierto que al no ser una indicación visual, la sonería de horas no tiene nada que ver con la esfera, pero tampoco lo tiene con la caja ni con ningún apartado habitual de nuestros test, y me ha parecido conveniente incluirlo en este apartado por su coincidencia como «indicación» con todas las restantes, que sí se muestran en la esfera.
Dejando de lado aspectos objetivos y entrando en el terreno de gustos o apreciaciones personales, debo decir que el equilibrio de las indicaciones de la esfera no acaba de convencerme plenamente. Como he comentado al inicio de este apartado, su simetría en el eje vertical es perfecta, pero hay un apartado en el que no lo es. Me refiero a que el espacio «libre» entre el perímetro del segundero y la parte inferior de la caja es mucho mayor que el existente entre la ventanilla de las horas y la parte superior. A efectos visuales, y sumándole que el tamaño de las indicaciones de la zona superior es mucho mayor que la del segundero de la zona inferior, la esfera me transmite una impresión de que «todo» está concentrado arriba, o visto de otro modo, que la parte inferior queda algo huérfana. Pero como he puntualizado al inicio, se trata de una apreciación meramente subjetiva. Por otra parte, desconozco si es una decisión de diseño deliberada por parte de Patek o se debe a un condicionante de la estructura del movimiento que da vida a las indicaciones.
No puedo finalizar este apartado de la esfera sin referirme a su decoración, porque forma parte por pleno derecho del ADN de este Chiming Jump Hour. Últimamente, de forma legítimamente reivindicativa, Patek Philippe está dando mucha importancia a los trabajos artísticos en miniatura. En lógica consecuencia los ha aplicado profusamente en las dos piezas conmemorativas más importantes de su 175 aniversario. Siguiendo el patrón del grabado de su caja, Patek aplica el mismo motivo de grabado de volutas en su esfera. este grabado lo apreciamos en el interior del índice de los minutos así como en toda la zona externa que envuelve las indicaciones. Para complicarlo aun más, Patek aplica a esta esfera de oro un fondo grabado en forma de estrías verticales. En contraste, el anillo del gran índice de minutos está decorado con un satinado circular.
Patek Philippe Chiming Jump Hour – El Movimiento
Le toca el turno a las entrañas de este 5275P, el motor capaz de proporcionarle todas las indicaciones que hemos mencionado. Obviamente se trata de un movimiento totalmente nuevo creado únicamente para este reloj; el calibre de carga manual 32-650 HGS PS. Por su nomenclatura deduzco que las cifras y letras que denominan este calibre siguen los patrones habituales de Patek de expresar sus dimensiones y sus complicaciones. Digo «deduzco» porque hay una letra, la G, cuyo significado se me escapa, aunque supongo que hace referencia a la sonería de horas. El resto está más claro: 32 por el diámetro del calibre (32,6mm), 650 por su grosor (6,5mm), H por hora, S por «sautante» y PS por «petite seconde».
Este mecanismo, cuyo anverso apreciamos en la imagen superior, ha requerido cuatro años de desarrollo y ha generado cuatro patentes. Una de las más significativas es la que se refiere al mecanismo encargado de acumular la energía que genera el volante liberándola una sola vez por segundo. Como sería absurdo crear mi propia descripción de este mecanismo, os cito textualmente la que nos proporciona Patek Philippe:
«La pieza maestra de todas estas innovaciones es la báscula de los segundos en Silinvar® (un derivado del silicio), que está acoplada a un muelle en espiral que permite almacenar la energía de ocho alternancias del volante por cada segundo. La báscula está unida por un gancho a una rueda en Silinvar® con “dientes de lobo” asimétricos, la cual se engrana a su vez con la rueda de segundos. Cada ocho alternancias, la báscula se levanta, la rueda con “dientes de lobo” avanza un diente y hace girar la rueda de segundos 6°, haciendo avanzar el segundero un segundo»
En la imagen superior podemos apreciar las tres piezas clave del mecanismo saltante descritas en el párrafo anterior. También se aprecia con toda claridad la rueda de las horas responsable de su indicación digital por ventanilla, al igual que la aguja de los minutos ubicada en su eje central. Elementos técnicos aparte, es importante señalar que a pesar de que todos estos elementos jamás serán visibles por el propietario del reloj, los achaflanados y pulidos de los puentes, así como el acabado de todas las piezas es tan cuidado y perfecto como en cualquier movimiento visible de Patek Philippe.
En el reverso del calibre 32-650 HGS PS se ubican los elementos responsables de la otra gran complicación de este reloj: la sonería de horas. Al igual que en cualquier mecanismo con sonería, se basa en un martillo que percute un timbre perimetral. La diferencia con una repetición de minutos convencional es que prescinde del segundo martillo, responsable de alternar los tonos al indicar sonoramente los cuartos.
Este calibre consta de 438 componentes, oscila a una frecuencia de 28.800 alternancias por hora y proporciona una reserva de marcha de entre 48 y 53 horas, en función de si la sonería de horas está o no activada. Solo queda señalar, que este nuevo calibre, como el reloj en su conjunto, ostenta el Sello de calidad Patek Philippe, el cual, además de detallar una exigencia de acabados del máximo nivel, nos garantiza una cronometría el doble de precisa de lo que se atreve a ofrecer actualmente cualquier otra firma relojera.
Patek Philippe Chiming Jump Hour – Conclusión
Emitir un veredicto de una pieza del nivel de este Patek Philippe Chiming Jump Hour, puede sonar a prepotencia e incluso a sacrilegio, y puede que lo sea. Pero esto es un TEST y por tanto estoy obligado a hacerlo.
Por mucho que me empeñe, emitir objetivamente alguna crítica negativa a este reloj me resulta imposible, pues a su originalidad e innovación hay que sumarle unos acabados y decorados en cada uno de los elementos, externos o internos, que los componen, que sinceramente no imagino quien los podría superar. En el terreno subjetivo solo podría referirme al desequilibrio subjetivo que recibo en la esfera y que ya he mencionado con anterioridad. Pero ello no deja de ser lo que indica; subjetivo y por tanto sujeto a los gustos estéticos de cada persona.
También podría añadir que su adquisición resulta difícil, por no decir imposible para la mayoría de mortales, debido a la limitación de 175 unidades en su producción y a su precio, pero sería una perogrullada ya que ambos aspectos son lógicos, y en todo caso el problema es de los que, como es mi caso, su cuenta bancaria no lo permite. Por tanto, también obviaré la típica lista de «pros» y «contras», porque la primera sería inacabable y la segunda se reduciría a lo que acabo de mencionar.
Después de presentar en su 175 aniversario piezas como el Grand Master Chime o este Chiming Jump Hour, siempre cabe preguntarse ¿Y ahora qué?…. ¿Como piensa Patek Philippe mejorar esto?. Yo realmente no tengo ni idea, aunque seguro que Patek sí la tiene, y teniendo en cuenta los años necesarios para desarrollar esta invenciones mecánicas, seguro que ya lo está haciendo. Dudo que en inminente baselworld 2015 nos presente alguna novedad de este nivel ya que su 175 aniversario está temporalmente demasiado cerca, pero nunca se sabe…
Watch-Test es una página web especializada en análisis y comparativas de relojes mecánicos de pulsera de alta gama y de lujo. Todos los artículos de Watch-Test son originales, independientes y exclusivos, escritos por editores referentes en el sector.