Patek Philippe Nautilus 5711/1A-018 «Tiffany & Co.»
En un anuncio que traerá cola, Patek Philippe desvela el Nautilus 5711/1A-018 “Tiffany & Co.”, una nueva referencia cuyas 170 unidades serán en exclusiva para la firma neoyorkina.
El Patek Philippe Nautilus 5711/1A-018 “Tiffany & Co.” es la prueba evidente de que quienes consideren a Patek como una firma demasiado seria ya es hora de que también de opinión. La exaltación que ha generado la manufactura ginebrina en la última década no tiene precedentes. El Calatrava 5522A de acero en exclusiva para el mercado de los EE.UU, los Pilot, los impensables relojes clásicos en acero, el cese de la producción del Nautilus, la aparición del Nautilus 5711/1A-014 con esfera verde… y ahora este 5711/1A-18 con esfera «Tiffany & Co.» Una buena parte de los tabúes históricos de Patek Philippe han sido profanados.
No soy yo quien debe justificar esta decisión con el Nautilus, que a buen seguro horrorizará a la mayoría de apasionados de la marca, pero creo que es justo realizar un breve resumen de la relación histórica entre Patek Philippe y Tiffany & Co. Como veréis, aparte de ser digan de una novela, este vínculo entre las dos firmas va mucho más allá que una simple entente comercial y justifica que sea el único candidato a este privilegio. Además, el motivo oficial es que se cumple el 170 aniversario de la relación entre las dos prestigiosas marcas.
Aunque no está documentado el origen de la transacción, en 1847 Tiffany & Co. vendió los primeros relojes Patek Philippe en los EE.UU. Sí está documentado que en 1951, probablemente durante la Exposición Universal de Londres, se estableció la primera relación formal entre ambas firmas, por la que Tiffany & Co. se convertía en el distribuidor oficial de los relojes Patek en New York. De todos modos el punto álgido de esta especial relación entre las dos marcas tiene su inicio cuando en diciembre de 1854 Antoine Norbert de Patek decide viajar a los Estados Unidos de Norteamérica para expandir su clientela y sus ventas.
El viaje, cuyo primer punto de destino fue New York, se transformó en un auténtico calvario en el cual Patek sufrió un conato de naufragio, un robo en su hotel, un incendio y un aislamiento por la nieve durante su viaje por el resto de los EE.UU. Ante este panorama, es más que probable que Antoine Norbert de Patek hubiera desistido de su intento de expansión, pero un pedido de 129 relojes, enorme para la época, formalizado personalmente por Charles Lewis Tiffany, cambió totalmente la situación. Representó la consolidación de la presencia de Patek Philippe en los Estados Unidos, que en el futuro se convertiría en uno de sus principales mercados. Así pues, no es exagerado afirmar que Tiffany salvó la aventura americana de Patek Philippe, un mercado que también ha sido en buena parte responsable de su éxito como marca.
Veinte años más tarde, en 1874, se produjo la situación inversa. Tiffany, consciente de que el prestigio de la relojería suiza no tenía parangón en el mundo, decidió expandirse a este país. Por ello, construyó una manufactura relojera en pleno centro de Ginebra. Su idea, lógica pero falta de conocimiento de la filosofía de trabajo europea, era aunar los modernos métodos de producción americanos con la pericia de los artesanos y relojeros ginebrinos.
Obviamente, esta pretendida fusión entre dos mundos tan opuestos no funcionó. Por ello, Tiffany se vio envuelto en un auténtico problema ya que la enorme inversión realizada en la manufactura que construyó en la famosa Place de Cornavin, no era rentable y en 1876 decide cerrarla. Aquí es donde apareció Patek Philippe y salvó a Tiffany de un desastre financiero adquiriendo dicha manufactura, con su maquinaria y equipamientos incluidos. Además se realizaron otros acuerdos paralelos por los que se fortalecía la colaboración de las dos firmas en ambos continentes.
En 1946, Henri Stern, abuelo de Thierry Stern, actual Presidente de Patek Philippe, después de haber estado diez años en el país dirigiendo la distribución de sus relojes, decidió dar un paso más y fundó la Henri Stern Watch Agency. Esta sociedad, ubicada en el famoso Rockefeller Center neoyorkino, reforzó el control de su distribución en los EE.UU. A pesar de ello, la relación entre Patek y Tiffany se mantuvo igual de firme desde entonces hasta hoy en día.
Por ello, aunque no muy conocido por el gran público, el Nautilus 5711/1A-018 «Tiffany & Co.» no es ninguna excepción ya que Tiffany es de los contados detallistas de relojería (ahora el único) que ha contado con relojes Patek Philippe con su nombre en la esfera. Estas ediciones siempre se han creado para homenajear algún aniversario que atañe a Patek Philippe y Tiffany & Co. El listado de ediciones especiales que Patek Philippe ha creado exclusivamente para Tiffany es el siguiente:
- 2001 – Refs. 5150R, 5150J y 5150G – 450 relojes
- 2009 – Refs. 4987G-001 y 4987G-010 – 100 relojes
- 2012 – Refs. 4987G-011 y 4987G-012 – 50 relojes
- 2012 – Ref. 5396G-012 – 100 relojes
Por tanto, tanto por las vicisitudes históricas comunes como por la estrecha relación entre ambas firmas, es absolutamente lógica la decisión de conceder estos 175 Nautilus 5711/1A-018 «Tiffany & Co.» exclusivamente a la firma neoyorkina. Otra cosa, también comprensible, es la más que probable indignación de muchos aficionados y puntos de venta oficiales que suspiran y se desesperan ante la imposibilidad de tener un solo 5711 y ven como de golpe 170 unidades, probablemente las últimas, del reloj más buscado y revalorizado del mercado van a parar a un solo distribuidor.
Es previsible una reacción airada desde la óptica del coleccionista y, porque no decirlo, también del económico ya que es imposible adquirir un 5711/1A, cuyo precio oficial es de 30.600 EUR, por menos de 100.000 EUR. Pero, por encima de todo, no me quiero ni imaginar el estado de ánimo de las personas que después de años de lista de espera ya eran los próximos en recibir el Nautilus… y se van a quedar sin él.
Este será probablemente el artículo sobre un nuevo reloj en el que menos he hablado de él, pero es obvio que en esta especial ocasión es más importante el «porqué» que el «qué». No obstante, vamos tratar los detalles diferenciales de este Patek Philippe Nautilus 5711/1A-018 «Tiffany & Co.» con respecto a los anteriores 5711/1A.
Una imagen vale más que mil palabras para apreciar con toda facilidad los dos hechos diferenciales visibles. Ambos los encontramos en la esfera y se formalizan por las tres cifras finales «018» de su referencia. Como todos los conocedores de Patek sabéis, esta cifras después del guion son las que clasifican la esfera. Pues bien, en este caso el 018 significa que la esfera está lacada con el Tiffany Blue®, que es el color oficial de Tiffany & Co. También implica que a la altura de las 6 horas encontramos impreso el logotipo «Tiffany & Co.»
Opinar sobre este color «Tiffany» aplicado a la esfera es difícil y arriesgado sin haber tenido este reloj en la mano. Ya opiné que no me gustaba el verde de la esfera del 5711/1A-014 y cuando lo tuve en la mano cambié totalmente de opinión. De todos modos no es un color elegido al azar ya que es exactamente el azul registrado por Tiffany como color corporativo. Dicho de otro modo, aunque al natural sea tan «poco Patek» como parece en las imágenes, en este caso es lo de menos ya que resulta más coherente y apropiado que cualquier otro tono de color.
Otra característica del Nautilus 5711/1A-018 «Tiffany & Co.», que solo verá su propietario, es la inscripción que encontramos en el cristal de zafiro del fondo de su caja, donde se lee: “170th Anniversary 1851-2021 Tiffany & Co. – Patek Philippe“
Del resto del reloj huelga hablar ya que es idéntico a todos los 5711/1A anteriores. Para los que sois nuevos en la locura del Nautilus, os recomiendo leer este extenso artículo que dedicamos a la evolución de este reloj, desde 1976 hasta el 2006 que es cuando se presenta la versión actual. Si queréis profundizar más, también podéis consultar este otro artículo donde tratamos sobre sus orígenes.