Clásico, con dimensiones contenidas, de carga manual, con rueda de pilares y esquema bi-compax, son los parámetros que definen al cronógrafo por excelencia. Si además se trata de un Patek Philippe, entonces nos referimos sin duda alguna al cronógrafo más deseado por coleccionistas y amantes de la Alta Relojería.
Toda esta descripción encaja con el Patek 5070. Un cronógrafo dotado con el calibre CH 27-70 PS, basado en un “ebauche” Lemania elaborado exclusivamente para Patek Philippe y posteriormente modificado y acabado hasta el mínimo detalle por la marca ginebrina. Como todos los Patek Philippe complicados, se trata de una pieza de producción muy reducida que es el objeto de deseo de todos los aficionados a la marca sin excepción. El problema, aparte de su precio, es acceder a el, ya que como hemos comentado en anteriores ocasiones, Patek es muy estricto en el acceso a sus listas de espera para estos relojes.
En noviembre del 2009, aprovechando la inauguración de sus remodelados salones de París, Patek Philippe presentó su primer calibre de cronógrafo clásico manual íntegramente diseñado y desarrollado en su manufactura. Años atrás ya había presentado su calibre de cronógrafo automático CH 28-520 C y el ultra-exclusivo cronógrafo rattrapante CHR 27-525 PS. Ambos son también totalmente manufacturados por Patek, pero faltaba el cronógrafo “simple” de carga manual. Un tipo de calibre que por si mismo ya es un hito de la relojería, pero que además sirve como base para complementarlo posteriormente con complicaciones adicionales como el Calendario Perpetuo, dando forma a las icónicas Grandes Complicaciones de la firma.
Para sorpresa de todos los que asistimos al evento, este nuevo calibre de denominación CH 29-535 PS se presentó encajado en un nuevo reloj femenino!. Una sorpresa que, por otro lado, enfatizaba la voluntad por parte de Patek Philippe de tratar a su clientela femenina con el mismo respeto que a la masculina. Una muy clara demostración de que la mujer no tiene porqué conformarse con un reloj de cuarzo. Pero del que todos esperábamos, el sustituto del 5070 con el nuevo calibre manufactura, ni rastro. Evidentemente y como era de esperar, la discreción y hermetismo de todos los responsables de Patek Philippe fue absoluta. Solo la típica y amable sonrisa como respuesta al ¿cuando?
Afortunadamente la lógica casi nunca falla y cuando se refiere a una marca tan coherente en sus planteamientos como Patek Philippe, se convierte en certeza. Así, poco tuvimos que esperar para ver aparecer el ansiado cronógrafo, que fue presentado en sociedad durante la feria de Baselworld en marzo del 2010. La denominación 5170 no fue ninguna sorpresa, pero esto es lo de menos. Por fin podíamos ver, y los más afortunados tocar este nuevo objeto de absoluto deseo.
Además de incorporar el nuevo calibre, el Patek 5170 presenta una caja totalmente rediseñada con respecto a su antecesor. El bisel es mucho más fino y el diámetro de la caja disminuye en 3 mm con respecto al 5070, para llegar a unos perfectos 39 mm. Esta disminución física no implica una disminución visual, ya que la gran diferencia en el grosor del bisel compensa y el tamaño percibido de la esfera es prácticamente el mismo. El resultado final es un reloj que encarna mucho mejor que su antecesor los genes estéticos de los cronógrafos históricos clásicos.
El factor visual posterior del calibre, es probablemente el mayor logro del 5170. Si hay algo que los aficionados y coleccionistas detestan es un calibre pequeño ensamblado en una caja grande. Cuanto más predomine el mecanismo mejor, ya que en estos casos, la caja es una mera necesidad física destinada a sujetar el calibre y la esfera. Una simple cálculo comparativo de un calibre de 27mm con una caja de 42, versus un calibre de 29 en una caja de 39, nos explica el origen de un cambio tan acusado y positivo.
El nuevo calibre CH 29-535 PS es la perfecta encarnación de un diseño clásico unido a una batería de innovaciones técnicas impresionante. Nada menos que seis patentes han sido solicitadas para esta joya micro-mecánica. Como en todo mecanismo Patek Philippe, su denominación nos indica claramente sus dimensiones y funciones: CH para cronógrafo, 29 su diámetro, 535 (dos decimales incluidos) su altura en milímetros y finalmente PS para segundero pequeño.
No entraré en muchos detalles respecto a este calibre ya que por si solo requiere de un artículo a fondo, el cual por cierto ya está preparando Jordi. Solo mencionar que la frecuencia de oscilación de su volante Gyromax es de 28.800 alternancias por hora, que evidentemente su accionamiento es por rueda de pilares y que su reserva de marcha son unas impresionantes 65 horas. La suavidad y precisión de sus pulsadores es óptima, como corresponde a un cronógrafo de estas características técnicas, pero que también está determinado por los exigentes pulidos manuales de cada uno de los dientes de las ruedas y piñones que lo componen.
Un detalle que no debe pasar por alto es que este calibre está galardonado con el nuevo “Sello Patek Philippe”, sustituyendo al prestigioso “Sello de Ginebra”. Ya hacía tiempo que Patek Philippe solicitaba una actualización del Sello de Ginebra, considerando que sus altas exigencias debían ser incrementadas para adecuarse a la evolución técnica y de acabados que ha sufrido el sector en los últimos años. Por diversos motivos, esto no ha tenido lugar y Patek ha optado por “abandonar” el sello ginebrino e implantar su propio galardón en sus creaciones. Este nuevo sello incrementa las ya de por si exigentes anteriores normas en cuanto a acabados del calibre, pero lo más llamativo, es que por primera vez introduce parámetros mínimos de cronometría a cumplir, algo que inexplicablemente omite el Sello de Ginebra. Estas nuevas exigencias cronométricas superan en mucho la normativa del certificado COSC de cronometría que utilizan (si lo hacen) el resto de marcas.
La esfera es otro de los grandes cambios que incorpora el 5170 con respecto al 5070. Normalmente asociamos un cronógrafo con un reloj de carácter deportivo, generalmente destinado a medir tiempos cortos en competiciones de diversa índole. Pero esta finalidad en los cronógrafos no se ha aplicado hasta hace relativamente pocas décadas. Una de las funciones más habituales en los primeros cronógrafos era la aplicación médica, concretamente la medición precisa del ritmo cardiaco de los pacientes.
Homenajeando a sus ancestros, Patek ha implantado esta función a su nuevo 5170. El índice perimetral de su esfera no está graduado en los típicos kilómetros, sino en pulsaciones, concretamente en 15. El funcionamiento de esta escala es de lo más simple. Basta con activar el pulsador del cronógrafo y detenerlo cuando hayamos contabilizado 15 pulsaciones. Si por ejemplo la aguja trotadora se ha detenido en el 80, estas son las pulsaciones por minuto de la persona que se ha controlado.
La configuración de los contadores es la denominada bi-compax, que a diferencia de la tri-compax, no cuenta con totalizador de horas. En mi opinión, esta es la opción más lógica para un cronógrafo, ya que contar horas no encaja demasiado con la vocación de medir tiempos cortos de estos ingenios. Pero además, este esquema aporta una elegancia y una limpieza en la esfera mucho mayor, beneficiando de paso la legibilidad de las mediciones que efectuemos. Evidentemente no cuenta con indicación de fecha, que si bien resulta práctica en un uso diario, sería un auténtico sacrilegio en un cronógrafo de esta pureza.
Los acabados, tanto de la caja como de la esfera y del mecanismo son simplemente perfectos, algo que de hecho no hace falta ni mencionar en un Patek Philippe. Hasta el momento en el que escribo este artículo, el 5170 solo está disponible en versión J, que en código Patek significa oro amarillo. No creo que tarden mucho en aparecer las versiones G (oro blanco), R (oro rosa) y P (platino), muy probablemente veremos alguna de ellas en la feria de Baselworld que se celebrará el próximo mes de marzo.
Salvo para usos deportivos, la polivalencia del 5170 es absoluta. Aúna la discreción que requiere un uso diario y la elegancia adecuada para vestir en cualquier evento de protocolo exigente. Su discreta pero garantizada hermeticidad de 3 bares es suficiente para los usos anteriormente descritos.
En este caso, la típica recomendación final de nuestros test, resulta a la vez conflictiva y obvia. ¿A quién recomiendo este Patek Philippe 5170?… pues a absolutamente toda persona que pueda estar leyendo este artículo. El problema es el de siempre: precio y accesibilidad. Pero si alguno de vosotros puede cumplir ambos parámetros, no se me ocurre mejor forma de invertir varias decenas de miles de euros. Ya se que la mayoría (no todos) de los compradores potenciales de esta pieza no tendrán intención alguna de desprenderse de ella en un futuro, pero en los tiempos en que corremos no está de más tener claro que difícilmente se puede encontrar un objeto que se revalorice más que el 5170. Incluso nuevo, su valor de mercado ya está muy por encima de su precio recomendado de venta.