Calatrava 5227 – la esfera
La esfera del 5227 es muy similar en la distribución de las indicaciones y en el diseño de sus elementos al 5127. Estamos ante un reloj con indicación por agujas centrales de horas, minutos y segundos. La única complicación añadida es el fechador por ventanilla ubicado a las 3 horas. A simple vista, todos estos elementos son prácticamente idénticos al 5127, pero una pieza de este nivel hay que analizarla “con lupa”. Si lo hacemos veremos que los índices horarios (aplicados y realizado en oro) abandonan la forma rectangular de 5127 para adoptar una ligera geometría trapezoidal.
Las pequeñas esferas en oro que sirven como índices de minutos y segundos son iguales a las del 5127, pero el mayor diámetro de caja del 5227, y por tanto de esfera, permiten una mayor separación entre ellas, lo que se traduce en un efecto visual más limpio. En las agujas de horas y minutos no se aprecia diferencia y conservan su diseño tipo “dauphine”. El fondo, que comparten las tres variantes de oro de la caja, es lacado y de una tonalidad crema, huyendo acertadamente del blanco estricto.
El único «pero», aunque muy subjetivo y personal, que le pondría a este Calatrava 5227, y que comparte con otros modelos de fechador por ventanilla, es el poco o nulo «aire» existente entre los extremos verticales de la cifras y el marco. Es obvio que Patek prioriza la legibilidad, utilizando unas cifras del máximo tamaño posible que permite el disco interno que las alberga, pero estoy seguro que aun hay un cierto margen (décimas de milímetro) para incrementar el tamaño de dicha ventana sin que se vean los números precedentes y posteriores a la cifra que se muestra, dejando de este modo «respirar» algo más la indicación.
Calatrava 5227 – el movimiento
El calibre 324 SC es el mismo que encontramos en otros Calatrava o en los Nautilus y Aquanaut. También sirve como base para complicaciones medias como los calendarios anuales. Pero no por ello merece menos consideración, pues estamos ante uno de los movimientos más probados, avanzados y fiables de la Alta Relojería actual.
Con el tiempo este movimiento ha ido evolucionando, aunque del modo típicamente discreto con el que nos tiene habituados Patek Philippe. De entre las innovaciones que ha incorporado este movimiento, sin duda la más importante es su espiral “Spiromax”, realizada en una aleación de silicio que Patek denomina “Silinvar”. La gran ventaja del Silinvar no solo reside en su mayor estabilidad frente a los materiales convencionales, sino en su total inmunidad a los nefastos efectos del magnetismo en un reloj mecánico, un fenómeno físico que cada día nos rodea más cercanamente a través de las emisiones de aparatos los electrónicos que utilizamos cercanamente y a diario, como son los smartphones, tablets y ordenadores portátiles.
Es importante señalar que, al igual que el resto de elementos del Calatrava 5227, su movimiento cumple con los requisitos del Sello Patek Philippe, lo que además de garantizar un nivel de acabados sin tacha, implica una garantía cronométrica de -3 +2 segundos al día, lo que es la mitad del margen de desviación que garantiza un reloj con el certificado de cronometría C.O.S.C (-4 +6) y por extensión de cualquier otro reloj del mercado.
El 324 SC es un movimiento de carga automática por rotor central, lo que aun pone en más valor su reducido grosor, de tan solo 3,3 milímetros. Su volante “Gyromax”, de inercia variable, oscila a una frecuencia de 28.800 alternancias por hora. La reserva de marcha es de un máximo de 45 horas.
Calatrava 5227 – conclusión
A pesar de ser un incondicional de Patek Philippe, debo reconocer que el diseño externo de los Calatrava nunca me había emocionado. Por ello, y a pesar de su fantástico movimiento, en su día me decidí por un modelo de otra firma como reloj “de vestir”. Si hubiera existido este Calatrava 5227 la elección hubiera sido mucho más ardua. A pesar de ser un reloj de carácter eminentemente elegante, su discreción y las tres variantes de oro lo convierten en especialmente versátil. Si disponemos de una colección relativamente amplia, la mejor elección es el oro rosa o amarillo y tendremos un reloj sumamente elegante. Si lo queremos como reloj único de uso diario (salvo actividades deportivas) me decantaría por el oro blanco que, sin prácticamente perder elegancia, solo se distingue del acero ante miradas expertas, lo que beneficia su discreción y no atrae a amigos de lo ajeno.
El precio de este Calatrava 5227 supera los 30.000 €, lo que le sitúa por encima de cualquier reloj similar de sus firma competidoras. Pero el término “similar” que he utilizado no es casual, ya que ninguna de sus alternativas cuenta con la complejidad y el atractivo estético de la caja de este Calatrava.
Cuantos más años se lleva en este mundo de la Alta Relojería, más difícil es encontrar un reloj “perfecto”, que atraiga por igual desde el punto de vista estético como técnico. En mi caso, con este Calatrava 5227, Patek Philippe lo ha conseguido.