Hace pocos días analizábamos el Piaget Altiplano Automatic. Un reloj que bate récords de delgadez, ya que se trata del reloj automático más plano del mundo. Ahora Piaget nos presenta la variante “esqueleto” de este modelo. Evidentemente también se trata del reloj esqueleto automático más plano del mundo.
Este nuevo Altiplano equipa el calibre automático 1200S, cuyo grosor de 2,40mm solo sobrepasa en media décima de milímetro al calibre 1208P del modelo clásico. La caja también aumenta su grosor, pero de forma ínfima. Pasamos de 5,25 a 5,35 mm, o lo que es lo mismo, una décima de milímetro. Donde si encontramos diferencias considerables es en el diámetro de la caja que pasa de 43 a 38 mm. Sin duda el motivo es que el calibre esqueletizado ocupe la mayor superficie posible del reloj.
Pero ¿Que es un reloj esqueleto?. Sin duda se trata de unas de las complicaciones más difíciles de dominar en la relojería mecánica y su finalidad es mostrar, en la mayor medida posible, todas las piezas que componen el mecanismo del reloj. Para ello, en primer lugar, se elimina la placa que conforma la esfera, dejando al descubierto el calibre que esta normalmente oculta. Luego viene la parte más complicada que consiste en esqueletizar el mecanismo.
La mayor parte de los componentes de un mecanismo están suspendidos para evitar que rocen con otras piezas. Para sustentarlos se utilizan los denominados puentes, cuya estructura varía en función de la “escuela” a la que pertenezca el reloj. La escuela alemana: A. Lange & Sohne, Glashutte, etc… utiliza la denominada platina tres cuartos, que en realidad es un puente, que salvo el conjunto volante/espiral, sustenta el resto de componentes. La escuela suiza o francesa, utiliza más puentes independientes para el mismo fin, con lo cual no es raro que encontremos 5 o más puentes en sus relojes. Evidentemente en el segundo caso, los componentes del calibre son más visibles.
Para llevar la visibilidad de los componentes al máximo, se reducen la anchura de los puentes mencionados a la mínima expresión posible. Así dicho, no parece nada especial, pero lo es y en sumo grado, ya que con la reducción también se disminuye la rigidez y por tanto se pone en peligro la fiabilidad del reloj. Por tanto, para esqueletizar debidamente un reloj, en muchas ocasiones hay que estudiar detenidamente la geometría de cada puente para que mantenga la estabilidad mínima exigible.
Si en anteriores artículos comentaba que Piaget es uno de los grandes especialistas en relojes ultra-planos, también lo es en relojes esqueleto. Desde hace décadas cuenta en su catálogo con diversos calibres de este tipo y no ha hecho más que aplicar su conocimiento acumulado para crear este nuevo Altiplano. Además lo ha hecho de una forma que podríamos denominar contemporánea, pasando por alto los típicos gravados que se efectúan en los relojes esqueleto para dar paso a un elegante acabado satinado. Una buena decisión, ya que probablemente hay muchos clientes que aprecian un reloj esqueleto pero no les atrae la imagen barroca que desprenden los gravados.
Ahora bien, tal y como reza el titular, con este reloj todos nos haremos la misma pregunta ¿Que hora es?. La respuesta puede ser: “deben ser más o menos las cuatro o las cinco, pero de los minutos ni remota idea”. Pues si, Piaget ha tenido la genial idea (no es la primera vez) de prescindir del típico anillo perimetral indexado que se aplica a los relojes esqueleto. Si no lo hacemos así, al carecer de esfera, es imposible leer que unidad de horas y minutos indican las agujas.
Quizás Piaget piense que el comprador de este tipo de reloj no necesita saber la hora, o que no lo va a utilizar y lo mantendrá expuesto en una vitrina de su casa. Yo lo dudo mucho. Eso sí, se evitan cualquier tipo de reclamación del cliente en cuanto a la precisión de su reloj.
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