Piaget Polo S; el ataque de la prestigiosa firma suiza al segmento más suculento y difícil de la Alta Relojería

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Estadísticamente, los apasionados o coleccionistas de la Alta Relojería mecánica somos una minoría absoluta. La mayoría absoluta de las ventas conciernen a aquellas personas que un día deciden adquirir un reloj de alto nivel que será su único y fiel compañero para el resto de su existencia. En consecuencia, este es el pastel al que aspira cualquier marca de Alta Relojería y el Piaget Polo S es el más reciente aspirante a un trozo de la suculenta tarta.

Un único reloj que nos acompañe toda nuestra vida. A priori parece sencillo ya que no estamos hablando de grandes complicaciones relojeras ni de innovación mecánica. Mas bien al contrario, un reloj de estas características prefiere la sencillez mecánica ya que ello, en teoría, es directamente proporcional a la fiabilidad, una cualidad imprescindible en este tipo de reloj. Con la indicación de las horas, minutos y segundos es más que suficiente, aunque si le añadimos un fechador a nadie le parecerá mal.

Piaget Polo S - MBJ

La realidad es bien distinta ya que un reloj versátil debe reunir imprescindiblemente una serie de cualidades bien definidas y no puede fallar en ninguna de ellas. Su tamaño y su estética deben ser igualmente apropiados cuando vestimos un traje y cuando vamos en bañador. Su movimiento debe ser mecánico y de carga automática. Su hermeticidad debe ser suficiente para permitir bañarnos con él sin riesgo. Su caja debe ser de acero. Para ceñirse a la muñeca debe utilizar un brazalete, también de acero. Su grosor debe ser contenido. La firma que lo produce debe garantizarnos mantenimiento y piezas originales de por vida, a ser posible varias vidas. Dicha marca debe ser histórica y prestigiosa. Con todas estas cualidades ya se puede aspirar al selecto grupo de marcas con posibilidades de hincarle el diente al pastel. Pero si además se aspira a poseer el trozo de pastel más selecto y deseado, debe aportar un diseño que lo diferencie de los demás y que lo convierta en icónico.

Patek Philippe Nautilus 5711-1A

Patek Philippe Nautilus 5711-1A

Relojes que cumplan relativamente todos los requisitos mencionados hay o han habido bastantes en el mercado.  Podríamos hablar del Rolex Submariner que sin duda es el más vendido de la historia como único reloj, pero siendo estrictos su estética no puede considerarse en ningún caso como elegante y además no pertenece al estricto segmento que denominamos Alta Relojería. Podríamos hablar del Omega Constellation, pero tampoco cumple el segundo parámetro. Podríamos hablar del IWC Ingenieur, pero sus últimas versiones han perdido la mayoría de las cualidades necesarias para ello. Podríamos hablar del Ballon Bleu, del Clé o del nuevo Drive, todos ellos de Cartier, pero ninguno cumple con el parámetro de la hermeticidad.

Podemos hablar del renovado Overseas de Vacheron Constantin que cumple sobradamente con todas las exigencias y que solo el tiempo determinará si cumple la de convertirse en icono. Y, desde luego, tenemos que hablar de los indiscutibles reyes de la categoría: el Nautilus de Patek Philippe y el Royal Oak de Audemars Piguet, aunque este último tampoco cumple estrictamente con la hermeticidad requerida. Veréis que para referirme a estos tres últimos relojes he recurrido a un párrafo que los separa de los anteriores, y lo he hecho de forma premeditada ya que son los únicos que pertenecen al más selecto grupo de la relojería mecánica, lo que denominamos Alta Relojería.

Por tanto, de hecho tenemos dos pasteles, que muy banalmente podríamos calificar como el de los buenos relojes y el de los grandes relojes. Lógicamente, la perfección y lo minucioso de sus acabados deriva en que los «grandes relojes» superen los 20.000 euros de precio de venta, mientras que los «buenos relojes» se mueven aproximadamente entre los 4 y los 6.000 euros. Esta es una diferencia abismal que hace que, por una cuestión de asequibilidad, el pastel de los buenos relojes sea mucho mayor que el de los grandes relojes que, eso sí, regentan de forma dictatorial la cualidad del prestigio auténtico y del valor de futuro.

Piaget Polo S - trio

Todo esto viene muy a cuento del Piaget Polo S motivo de este artículo, ya que se moverá en un abanico de precio alrededor de los 10.000 euros, es decir, en tierra de nadie. Por historia, prestigio y pertenencia al circulo auténtico de la Alta relojería, Piaget hubiese podido aspirar a competir con el pequeño grupo que forman Nautilus, Royal Oak y Overseas. También hubiese podido ubicar su nuevo Polo S en el poblado grupo de los «buenos relojes». Para ello solo tendría que imitar la estrategia de Cartier y equipar el Polo S con un movimiento de coste contenido. Desde luego, la apuesta y el riesgo son grandes ya que renuncia al grueso del pastel del grupo de los «asequibles» y también al prestigio de la élite, pero, por el mismo motivo elimina de un plumazo toda competencia. Puede captar una parte de los compradores del grupo «asequible» que incrementando el presupuesto para el reloj de su vida quieran desmarcarse de la masa. Y también puede captar a los aspirantes a la élite que no puedan permitirse su precio. Solo el tiempo dirá lo acertado o erróneo del planteamiento de Piaget.

Como veréis me he extendido mucho en esta especie de introducción al reloj versátil universal o como muchos lo denominan al reloj deportivo-elegante. Creo que era muy necesario para determinar la base con la que analizar a fondo el nuevo Piaget polo S, lo cual dejo para un próximo artículo en profundidad. Solo os adelanto que el diseño del Polo S ha creado mucha polémica en los medios especializados, por motivos que personalmente no comparto…

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Décadas de pasión heredada por la relojería. 17 años transmitiendo esta pasión por internet. Primero fue MundoPanerai, luego Cronomundi, ahora Watch-Test. Unos proyectos que nacieron bajo una idea muy clara que se mantiene en el tiempo: el lector busca opinión de calidad y fiable. Con toda la subjetividad que conlleva, opinión y crítica razonada es lo que pienso seguir ofreciendo.

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