Apenas iniciado el año y sin esperar al evento virtual Watches & Wonders 2021, se desvela el Piaget Polo Skeleton, un nuevo reloj que será sin duda una de las grandes novedades de la manufactura suiza.
Hace ya casi cinco años que Piaget anuncio a bombo y platillo su Polo S (artículo), una renovación absoluto de su reloj versátil por excelencia. Además del artículo introductorio de la novedad, posteriormente publicamos un exhaustivo análisis de este reloj, que Piaget tuvo la deferencia de cedernos durante 15 días. Tanto la importancia que concedió Piaget al lanzamiento del Polo S, como la que le concedimos nosotros mismos, estaba plenamente justificada ya que era y es la gran apuesta de una histórica manufactura suiza para adquirir protagonismo en la categoría más difícil de la relojería.
Este Piaget Polo Skeleton que ahora se desvela es la versión esqueleto de dicho Polo S, aunque curiosamente ha perdido la S en su nombre. Deduzco que es una simple cuestión semántica ya que una S seguida de la palabra Skeleton podía sonar demasiado «siseante». Cuestiones de léxico aparte, vamos a centrarnos en esta novedad, que considero tanto o más importante que el propio Polo S del que deriva.
Piaget Polo Skeleton – la caja
Desde el punto de vista estético, no apreciaremos prácticamente ninguna diferencia entre la caja del Piaget Polo Skeleton y la de los Polo S que ya conocemos. Se mantiene su diámetro, de 42 milímetros, y también uno de sus signos de identidad, que es la peculiar geometría de su bisel; un perfecto círculo en su perímetro externo que adquiere una forma octogonal suavizada en el perímetro interno.
También es idéntica a los relojes Polo S la combinación de acabados pulidos y satinados entre las distintas piezas que conforman la caja. No obstante, hay una diferencia trascendental en su grosor; la caja del Piaget Polo Skeleton mide 6,5 milímetros de grosor.
Visto en términos absolutos ya es una cifra digna de relojes extraplanos, pero en términos relativos, si la comparamos con los 9,4 mm del Polo S, es una auténtica barbaridad. Casi 3 milímetros de diferencia con respecto a un reloj que ya era plano es algo impensable y las causas de ello sin duda son varias.
De nuevo, a causa del nefasto Covid-19, nos enfrentamos con el inconveniente de no poder haber visto al natural ni haber tenido en la mano este Polo Skeleton. Ello impide la percepción, aunque subjetiva, de la realidad y obliga a guiarnos por las imágenes y los datos que nos suministra Piaget. Las imágenes son abundantes y variadas. Los textos y datos son más bien escasos.
En el aspecto relativo al grosor de la caja, la nota de prensa que emite Piaget dice textualmente: «Perfeccionar el Polo Skeleton ha requerido crear una caja que es un 30% más delgada que las versiones existentes» Esta es la traducción literal del inglés original, pero creo que sería más apropiado el término crear o diseñar que «perfeccionar» ya que este último, por lógica, se refiere a algo existente, lo que no es el caso del Polo Skeleton.
A pesar de estos inconvenientes, un solo código, el 1200S, desvela todo el misterio, tanto del salvaje adelgazamiento como de la necesidad de modificar la caja del Polo S para adaptarla a tal reducción de grosor, pero esto lo veremos más adelante. Lo que sí puedo adelantar es que lo único que tiene en común el Polo Skeleton con el Polo S es precisamente el apartado que acabamos de analizar, el de la caja. Como ahora veremos, el origen del resto de elementos que conforman este Skeleton no debemos buscarlos en el Polo S.
Piaget Polo Skeleton – la esfera y el movimiento
Nos adentramos en el elemento clave y diferenciador de Piaget Polo Skeleton que es su esfera. De hecho, debido a su condición de reloj esqueleto, deberíamos hablar del binomio esfera-movimiento.
En la mayoría de relojes esqueleto, especialmente si son de corte contemporáneo, desaparece cualquier rastro de la superficie opaca que conforma la base de la esfera en los relojes convencionales. Con ello también desaparecen los índices dejando al reloj como un ejercicio de estilo o incluso una obra artística, pero perdiendo lo esencial del motivo de ser de un reloj que es ofrecer una lectura del tiempo con un mínimo de exactitud.
Afortunadamente, Piaget sigue pensando que el poseedor de un reloj esqueleto también tiene derecho a saber la hora. Por ello ha implantado un simple pero ingenioso índice opaco que se monta en el perímetro del espacio dedicado a la esfera, por encima del movimiento. De hecho, es como si hubiéramos tomado una base de esfera convencional y la hubiéramos vaciado en su centro, dejando un anillo de tan solo un par o tres de milímetros de ancho.
Este anillo está diseñado de tal modo que se fija al montar el bisel encima y además ello reduce su grosor dejando lo esencial; unos finos índices de minutos impresos en el anillo y los doce de las horas, que se aplican encima de él. El resultado de este sistema es que aporta las ventajas de los relojes esqueleto y de los convencionales eliminando sus limitaciones. La lectura del tiempo es tan precisa como en cualquier reloj convencional al tiempo que permite una visión total del movimiento.
Como podemos apreciar en la siguiente imagen, Piaget ha decidido implementar unas agujas caladas para indicar horas y minutos. Desde el punto de vista estético, ello encaja perfectamente con el esqueletizado del movimiento, pero también perjudica su visibilidad e impide la utilización de materia luminiscente para leer el tiempo en condiciones de oscuridad.
Entrando en el apartado puro del movimiento, es cuando nos apartamos de la novedad y también del Polo S ya que el calibre 1200S que equipa es el mismo que ya conocemos del Altiplano Skeleton. Y con este calibre se desvela el misterio del brutal adelgazamiento que ha sido necesario aplicar a la caja de este Polo; en su interior alberga un movimiento creado para relojes ultra-planos.
No obstante, en la nota de prensa oficial, Piaget referencia este calibre como 1200S1 y justifica el 1 adicional para indicar una ligera evolución con respecto al 1200S. Comparando imágenes de ambos calibre no he observado ninguna diferencia aparente, pero algo debe haber, aunque puede que se trate de una cuestión meramente estética.
Lo único que diferencia de forma evidente este calibre 1200S1 del 1200S es el tratamiento de color que se aplica a sus puentes; azul o gris para cada una de las dos versiones que ofrece Piaget de este Polo Skeleton.
Piaget Polo Skeleton – el brazalete
Como reloj de vocación universal, la utilización de un brazalete metálico para ajustarlo a la muñeca ers obligatorio. Como he repetido en multitud de artículos, un brazalete metálico de calidad y bien diseñado tiene multitud de ventajas sobre cualquier otro material, ya sea piel, caucho o tela técnica.
El brazalete del Piaget Polo Skeleton aporta la versatilidad estilística de este tipo de sujeción y también su infinita durabilidad. No obstante, Piaget también piensa que el propietario del reloj debe poder alternar este brazalete con una correa de piel. Esto es algo que se puede hacer con cualquier reloj equipado con brazalete, pero la clave es que se pueda realizar el cambio sin ninguna especial habilidad y sin herramientas especiales.
Para lograr esta facilidad de intercambio, Piaget ha implantado dos pivotes en cada uno de los dos extremos del brazalete que se une con la caja. En el comunicado de prensa no se detalla su funcionamiento, pero por lo que puedo deducir de la imagen superior, parecen dos pivotes que se deben extraer de modo similar a las posiciones de la corona del reloj. La posición externa debe permitir desplazarlos horizontalmente y así fijar o liberar el brazalete.
Piaget Polo Skeleton – conclusiones
Debo admitir que nunca he sido un especial fan de los relojes con arquitectura de esqueleto, pero en el caso del Piaget Polo me resulta más atractiva esta versión que la convencional. Los motivos son varios, pero los centraría en la finura del reloj, algo que obvian muchos aspirantes a reloj universal de lata gama, y su personalidad.
En este sentido, el factor esqueleto permite a este Polo apartarse de los senderos estilísticos marcados y dominados por el Nautilus de Patek Philippe y el Royal Oak de Audemars Piguet. Además, como ya he comentado, Piaget ha tenido el buen sentido y la capacidad de diseño de implantar esta estructura sin afectar a la legibilidad del tiempo.
Como podemos comprobar en las imágenes, el Piaget Polo Skeleton se ofrece en dos versiones, siempre con caja de acero, que difieren por el color de los puentes del movimiento; gris o azul. Como siempre ocurre, se trata de una cuestión muy personal y por tanto subjetiva. De todos modos, es evidente que la versión gris ofrece un mayor grado de discreción que la azul, opción que, sin ser para nada extravagante, resulta más atrayente. Ante la duda, la respuesta es relativamente sencilla; ¿Queremos que las personas con las que hablamos dirijan su mirada a nuestro reloj o preferimos que pase desapercibido?…
Todas estas ventajas del Skeleton sobre el Polo convencional tiene un peaje y nunca mejor utilizada esta frase ya que su precio es más del doble; 29.700 EUR.