La cerámica es el material fetiche de Rado, el elemento diferencial que se ha convertido en parte del ADN de la firma de Lengnau. Para muchos aficionados, Rado siempre será considerada ante todo una marca de diseño y moda, y pocos esperan que presente relojes súper complicados o con avances técnicos innovadores. A pesar de ello, Rado sigue siendo un pionero por derecho propio gracias a la cerámica. La colección True Square, presentada por primera vez en 2020, es uno de los mejores ejemplos de esta filosofía gracias a una elegante caja cuadrada integrada realizada en cerámica de plasma o cerámica de alta tecnología. Y dentro de la colección, el Rado True Square Automatic Open Heart es la versión esqueletada que ahora recibe dos nuevas versiones en cerámica de plasma gris o cerámica de alta tecnología negra con engastado de diamantes en la esfera que se une a la referencia en cerámica de alta tecnología blanca ya existente.
Con unas medidas de 38 mm de ancho y 9,7 mm de grosor, la caja del Rado True Square Automatic Open Heart se percibe equilibrada y elegantemente sobria en la muñeca. Sin tener en cuenta su material patentado, la forma integrada es simple y moderna, con una caja inferior cuadrada redondeada sin biseles acentuada por un bisel elevado estilizado y fluido que sigue la silueta general de la caja y continúa directamente en los eslabones centrales del pulsera.
La versión negra está realizada en cerámica de alta tecnología, mientras que la gris recurre a la cerámica de plasma exclusiva de la marca, influyendo en gran medida en la experiencia de uso de varias maneras. En primer lugar, su peso. El True Square Automatic Open Heart es impresionantemente liviano para un reloj automático con pulsera, ligeramente más liviano que una pieza de titanio equivalente pero con una apariencia y textura marcadamente diferentes.
Si la cerámica negra luce un aspecto más habitual, la cerámica de plasma moldeada por inyección tiene un brillo metálico líquido que nos recuerda al mercurio. Esto también se aplica al color del material, un profundo tono metalizado entre el titanio y el gris bronce. En conjunto, es llamativo y discreto, aunque el aspecto ultrabrillante puede desanimar a aquellos que buscan un acabado más convencional. Con una trasera de titanio, el Rado True Square Automatic Open Heart es hermético hasta 5 bar (50 metros).
A diferencia de muchas esferas esqueletizadas, Rado da prioridad a la legibilidad: cada hora (excepto las 2, 8 y las 12) tiene su propio brazo de puente exclusivo para ayudar a diferenciar la superficie de la esfera del complejo fondo mecánico del movimiento, además de conservar una escala de minutos exterior completa con engaste de diamantes. A pesar de ello, Rado implementa una sorprendente profundidad y texturas. En la parte superior de esta construcción en capas, por supuesto, se encuentra la propia esfera esqueletada. Acabada en gris o negro con cepillado vertical, esta superficie, junto con las sencillas manecillas de tipo bastón, le confiere un carácter más retro al diseño ultra contemporáneo, mientras que el anglage pulido alrededor de los bordes de cada puente le aporta mayor dinamismo.
Ya por debajo de la esfera, la marca añade un marco que rodea y adapta el movimiento a la geometría interna de la caja, rematado con Côtes de Genève verticales. La esqueletización del movimiento en sí da prioridad a los componentes que enmarca visualmente, con el volante, el muelle, elementos clave del tren de engranajes. Por su parte, los puentes calados están decarados con perlage. Rado opta sabiamente por omitir la visualización de la fecha en este modelo, lo que sin duda saturaría un diseño ya de por sí visualmente recargado.
Rado equipa el True Square Automatic Open Heart con el movimiento automático Rado C07 basado en el ETA 2824. Esta es la variante de Rado del omnipresente movimiento Powermatic 80 de la empresa matriz Swatch Group, y tiene la misma considerable reserva de marcha de 80 horas y una frecuencia de 21.600 alternancias por hora. Esta variante sin fecha del movimiento base elimina la molestia de una posición de “fecha fantasma” para la corona. Sin embargo, en términos de acabado, la vista a través del fondo de la caja es mucho menos espectacular que desde el lado de la esfera. Aparte de un poco significativo perlage en el puente central, el único acabado real visible son las Côtes de Genève del rotor levemente calado.
Para completar el aspecto elegante e integrado, Rado combina el True Square Automatic Open Heart con una pulsera de tres eslabones en cerámica de plasma o cerámica de alta tecnología a juego con las respectivas cajas, y destaca por su brillo, ligereza, suavidad y comodidad. Sin embargo, no dispone de ningún tipo de microajuste.
Una esfera esqueletada no es lo que cabe espera de la firma. Para mí, y creo que para muchos seguidores de la marca, el movimiento es la parte menos importante en un reloj Rado, por lo que es sorprendente que acapare todo el protagonismo en los Open Heart. Personalmente prefiero la legibilidad, sencillez y minimalismo de las esferas cerradas, concediendo el protagonismo a la impresionante cerámica de Rado. Las dos nuevas versiones del Rado True Square Automatic Open Heart Diamond ya están disponibles a través de distribuidores autorizados. Su precio es de 3.500 €.