En relojería, cada vez resulta más difícil innovar estéticamente. Año tras año vemos como las firmas se «rompen los cuernos» intentado crear nuevos diseños que permitan seguir presentando novedades. Además del material de la caja, uno de los recursos más simples y habituales es lanzar nuevas referencias basadas en el color de la esfera. Si hasta hace unos años las esferas blancas y negras representaban la inmensa mayoría, hace unos años se puso de moda el azul, un filón al que se tiraron de cabeza todas las firmas. Una vez casi agotado al haberse incorporado masivamente, tocó buscar otra tonalidad que lo sustituyera: el elegido fue el verde.
Pero si el azul se centraba en tonalidades azul marino, el verde adopta un amplio abanico de matices que van desde el verde amarillento hasta el verde azulado pasando por el verde bosque, verde militar, verde océano o verde caqui entre otros. Recordemos que la gama de los verdes es resultado de las combinaciones de dos de los tres colores primarios en la teoría sustractiva de la luz, el amarillo y el cian (azul).
Veremos qué pasa cuando amaine la fiebre green, y cuál será el nuevo color de moda. Quizás una multitud de esferas rojas, amarillas o violetas, combinadas con los metales tradicionales o con los cada vez más rebuscados nuevos materiales que, más que aportar alguna ventaja física, química o estética, son la otra alternativa al color para engrasar la maquinaria de la mercadotecnia de las marcas.
Os dejamos a continuación una representación de esta tendencia, que abarca tanto relojes deportivos (la mayoría) como relojes de vestir, enlazando sus respectivos artículos dedicados al clicar sobre su nombre: