El Diseño
El clásico es el rey
Digna y loable aseveración. Leyendo entre lineas, viene a decir que el tiempo de las extravagancias se ha acabado. Las muchas personas que compraban relojes de precios altísimos sin tener el más mínimo aprecio por la relojería, con el único objetivo de ostentar, se ha terminado con la crisis económica. Ahora, el gran público solo adquiere bienes caros bajo estrictos parámetros de racionalidad. Estos tiempos de crisis también han provocado que la ostentación genere rechazo, justo lo opuesto de la admiración y envidia que provocaban los tochos de oro ceñidos a una muñeca.
Por todo ello, es evidente que la tendencia actual vuelve a ser la que había predominado durante toda la historia de la Alta Relojería: calidad, elegancia y discreción.
Iconos accesibles
Contar con un auténtico reloj icónico en el catálogo es el grial de cualquier marcas de Alta Relojería. Muchas de las marcas que conforman este sector cuentan con él. El problema es que también muchas se habían olvidado de él en pos de nuevos diseños, que en muchas ocasiones no aportaban nada.
Por tanto, es lógico que se recuperen estos iconos y que se cuiden como no se había hecho durante décadas.
EL más reciente caso de éxito en este sentido es el nuevo Santos que nos ha presentado Cartier este año. Un rediseño perfecto de un gran icono que además tiene la cualidad de no perder nada de su esencia. Por si fuera poco su precio se puede considerar de muy asequible. Un perfecto ejemplo de lo que la FHH define como «Iconos asequibles».
Vintagemanía
Esta es una tendencia, la de los relojes de estética vintage, que nadie puede negar que se está incrementando notablemente en los últimos años. Las razones son varias. Una de ellas es el indudable e irracional (en términos objetivos) atractivo que despiertan actualmente los diseños de principios del siglo XX, cuando se desarrollaron en todo su esplendor los relojes de pulsera.
El otro motivo es mucho más pragmático. Es extremadamente difícil crear un nuevo diseño en un objeto tan limitado por parámetros funcionales (no olvidemos que es un instrumento) como es un reloj. No es exagerado afirmar que en términos de diseño la relojería ya ha llegado al límite. Difícilmente se puede diseñar algo nuevo sin que afecte a la funcionalidad o la destruya completamente. Tampoco es algo de extrañar ya que también ocurre en un sector tan libre como es la moda.
Por ello, es lógico y casi obligado que muchas marcas recurran a sus archivos históricos para lanzar reediciones o «inspiraciones». A menudo superan con mucho los diseños más recientes.