Desde sus inicios a principios de este milenio, Richard Mille se ha caracterizado por utilizar materiales sumamente avanzados y novedosos para la construcción y fabricación de ciertos componentes de sus creaciones. Su fuente de inspiración son los nuevos materiales desarrollados en las industrias automovilística y aeronáutica, tales como aleaciones metálicas y no metálicas o las nanofibras de carbono, explorando las posibilidades técnicas que éstos pueden ofrecer al ser aplicados a la alta relojería.
ARCAP, ALUSIC, Aluminium-Anticoroidal o Aluminuro de Titanio son algunos de estos materiales, a los que ahora debemos sumar el carbono NTPT, siglas de North Thin Ply Technology, utilizado para crear el RM011 NTPT. El uso de este compuesto originalmente desarrollado para el velamen de los barcos de regata, se ha extendido utilizándose también en los chasis de los coches de Fórmula 1 y en aeronática.
Se compone de múltiples capas de filamentos paralelos obtenidos mediante la separación de las fibras de carbono. Estas capas de 30 micras de espesor máximo son impregnadas de resina para ser tejidas a continuación por una máquina que dispone un ángulo de 45º entre la orientación de las fibras de dos capas. Calentado a 120º C bajo una presión de 6 bares, el NTPT está listo para ser procesado con una máquina CNC en Proart, la fábrica de cajas de Richard Mille.
Visualmente, se caracteriza por un aspecto de «madera» realmente original y característco, fruto de la superposición de multitud de capas micrométricas.
Pero ¿qué ventaja nos aporta respecto a otros composites ya utilizados hasta ahora?. Pues, por ejemplo, mejora en un 200% su resistencia a las microfisuras, y en un 25% su límite de rotura por estrés, además de sumar las ya conocidas propiedades de los composites tales como ligereza, estabilidad frente a las variaciones térmicas, etc.